Obertura sin olvido

[Isabel Moncayo]

Me embriagas,
como una saeta que eriza la piel sin clemencia.

La noche se moja de un feble aguacero
cuando el corazón se embauca en acordes
del pentagrama que censura la palabra
y la aloja en el fondo del alma.

¿Con qué tormenta vienes? - instinto de pasión-
si traes en el pecho tatuado la mudez de una pauta,
la mirada que tiembla como gota de lluvia
precipitándose en la hoja para saciar de la flor su pétalo
y su pistilo soñador.

Descifro la sensual cariátide con la ofrenda rupestre
para que subsista en mi vientre el perfume,
su perfume, que mora en las ansias bailarinas
con velos de peces que zigzaguean en las areolas de los senos.

Embriagada, en esta pasión amorosa
como una manada de antílopes en estampida,
con fantasías de jilgueros en campos de trigales,
con alas para volar acrobacias por las orbes del paraíso
y perderse en las miradas de la piel en su pleamar.

¿Cómo, cómo no voy a entender
el sigiloso suspiro azul de una obertura sin olvido
de un arpa que llora su desnudo tacto?

*

[Julio Gonzalez Alonso]

Me embriagas,
como una saeta que eriza la piel sin clemencia.

La noche se moja de un feble aguacero
cuando el corazón se embauca en acordes
del pentagrama que censura la palabra
y la aloja en el fondo del alma.

¿Con qué tormenta vienes? - instinto de pasión-
si traes en el pecho tatuado la mudez de una pauta,
la mirada que tiembla como gota de lluvia
precipitándose en la hoja para saciar de la flor su pétalo
y su pistilo soñador.

Descifro la sensual cariátide con la ofrenda rupestre
para que subsista en mi vientre el perfume,
su perfume, que mora en las ansias bailarinas
con velos de peces que zigzaguean en las aureolas de los senos.

Embriagada, en esta pasión amorosa
como una manada de antílopes en estampida,
con fantasías de jilgueros en campos de trigales,
con alas para volar acrobacias por las orbes del paraíso
y perderse en las miradas de la piel en su pleamar.

¿Cómo, cómo no voy a entender
el sigiloso suspiro azul de una obertura sin olvido
de un arpa que llora su desnudo tacto?

*

Isabel, creo que tiene uno el derecho a quedarse sin palabras ante poemas como éste. Vehemencia en los versos de cierre que refuerza esa pregunta que encierra tan hermosa metáfora, y excelencia en los versos que los preceden en los que recreas esa atmósfera sutil y sensual que nos subyuga. Muchas enhorabuenas...
Salud.

[Pilar Morte]

Hablas del amor con elegancia, con esa sensibilidad que envuelve. Un placer, sin duda, encontarme con tus letras. Felicidades porque me ha encantado.
Abrazos
Pilar

[Isabel Moncayo]

Me embriagas,
como una saeta que eriza la piel sin clemencia.

La noche se moja de un feble aguacero
cuando el corazón se embauca en acordes
del pentagrama que censura la palabra
y la aloja en el fondo del alma.

¿Con qué tormenta vienes? - instinto de pasión-
si traes en el pecho tatuado la mudez de una pauta,
la mirada que tiembla como gota de lluvia
precipitándose en la hoja para saciar de la flor su pétalo
y su pistilo soñador.

Descifro la sensual cariátide con la ofrenda rupestre
para que subsista en mi vientre el perfume,
su perfume, que mora en las ansias bailarinas
con velos de peces que zigzaguean en las aureolas de los senos.

Embriagada, en esta pasión amorosa
como una manada de antílopes en estampida,
con fantasías de jilgueros en campos de trigales,
con alas para volar acrobacias por las orbes del paraíso
y perderse en las miradas de la piel en su pleamar.

¿Cómo, cómo no voy a entender
el sigiloso suspiro azul de una obertura sin olvido
de un arpa que llora su desnudo tacto?

*

Isabel, creo que tiene uno el derecho a quedarse sin palabras ante poemas como éste. Vehemencia en los versos de cierre que refuerza esa pregunta que encierra tan hermosa metáfora, y excelencia en los versos que los preceden en los que recreas esa atmósfera sutil y sensual que nos subyuga. Muchas enhorabuenas...
Salud.

Y yo te agradezco, Julio, la lectura tan amable que haces de mis poemas y que le animan a una a continuar en este mundo tan apasionante de la poesía.

Un abrazo agradecido.

[Isabel Moncayo]

Hablas del amor con elegancia, con esa sensibilidad que envuelve. Un placer, sin duda, encontarme con tus letras. Felicidades porque me ha encantado.
Abrazos
Pilar

Un placer sabe que te ha gustado mi poema, Pilar, gracias por dejar tu huella, un abrazo.

[lazaro Habana]

Me embriagas,
como una saeta que eriza la piel sin clemencia.

La noche se moja de un feble aguacero
cuando el corazón se embauca en acordes
del pentagrama que censura la palabra
y la aloja en el fondo del alma.

¿Con qué tormenta vienes? - instinto de pasión-
si traes en el pecho tatuado la mudez de una pauta,
la mirada que tiembla como gota de lluvia
precipitándose en la hoja para saciar de la flor su pétalo
y su pistilo soñador.

Descifro la sensual cariátide con la ofrenda rupestre
para que subsista en mi vientre el perfume,
su perfume, que mora en las ansias bailarinas
con velos de peces que zigzaguean en las aureolas de los senos.

Embriagada, en esta pasión amorosa
como una manada de antílopes en estampida,
con fantasías de jilgueros en campos de trigales,
con alas para volar acrobacias por las orbes del paraíso
y perderse en las miradas de la piel en su pleamar.

¿Cómo, cómo no voy a entender
el sigiloso suspiro azul de una obertura sin olvido
de un arpa que llora su desnudo tacto?

*

Uff Isabel has tocado cielo con tus sensibles y apasionados
versos. Ha de hablársele al amor con garras de sedas cubiertas
con pétalos de rosas.
Me gustó mucho, te felicito

abrazos

lázaro

[Marisa Peral]

Me embriagas,
como una saeta que eriza la piel sin clemencia.

La noche se moja de un feble aguacero
cuando el corazón se embauca en acordes
del pentagrama que censura la palabra
y la aloja en el fondo del alma.

¿Con qué tormenta vienes? - instinto de pasión-
si traes en el pecho tatuado la mudez de una pauta,
la mirada que tiembla como gota de lluvia
precipitándose en la hoja para saciar de la flor su pétalo
y su pistilo soñador.

Descifro la sensual cariátide con la ofrenda rupestre
para que subsista en mi vientre el perfume,
su perfume, que mora en las ansias bailarinas
con velos de peces que zigzaguean en las aureolas de los senos.

Embriagada, en esta pasión amorosa
como una manada de antílopes en estampida,
con fantasías de jilgueros en campos de trigales,
con alas para volar acrobacias por las orbes del paraíso
y perderse en las miradas de la piel en su pleamar.

¿Cómo, cómo no voy a entender
el sigiloso suspiro azul de una obertura sin olvido
de un arpa que llora su desnudo tacto?

*

Yo te digo lo mismo que Julio, tenemos derecho a quedarnos sin palabras. Una belleza estos versos, Isabel.
Cachis la mar ¿por qué no me los chivaron las musas a mi?

Un abrazo grande y felicidades.

[Gabriel Vidal]

Me embriagas,
como una saeta que eriza la piel sin clemencia.

La noche se moja de un feble aguacero
cuando el corazón se embauca en acordes
del pentagrama que censura la palabra
y la aloja en el fondo del alma.

¿Con qué tormenta vienes? - instinto de pasión-
si traes en el pecho tatuado la mudez de una pauta,
la mirada que tiembla como gota de lluvia
precipitándose en la hoja para saciar de la flor su pétalo
y su pistilo soñador.

Descifro la sensual cariátide con la ofrenda rupestre
para que subsista en mi vientre el perfume,
su perfume, que mora en las ansias bailarinas
con velos de peces que zigzaguean en las aureolas de los senos.

Embriagada, en esta pasión amorosa
como una manada de antílopes en estampida,
con fantasías de jilgueros en campos de trigales,
con alas para volar acrobacias por las orbes del paraíso
y perderse en las miradas de la piel en su pleamar.

¿Cómo, cómo no voy a entender
el sigiloso suspiro azul de una obertura sin olvido
de un arpa que llora su desnudo tacto?

*

Un poema bellisimo que me ha encantado leer. Un sutil forma de decir tantos cosas, reservadas al universo femenino y que pocos hombre entienden

Gracias por tu poema

Un beso. Gabriel

[Guillermo Cumar.]

Un arpa que no duerme en el oscuro rincón, sino que suena de maravilla en estos versos de ecológica sensualidad.

un abrazo

Guillermo

[Mario Martínez]

Directos y hermosos versos, Isabel.
Con fuerza arrolladora llega este poema que tanto dice y tanto sugiere.
Un placer estar en tus versos. Abrazos.
Mario.

[Gustavo Ledesma]

Poema de gran belleza para disfrute de los sentidos. Felicitaciones, Isabel.

[Hallie Hernández Alfaro]

Isabel: tiene toda la razón nuestro amigo Julio. Un poema excelente, que despliega un sinfín de imágenes preciosas, trascendentes y hondas, muy hondas.

Ovación cerrada y sostenida, poeta.

Hallie

[Isabel Moncayo]

Me embriagas,
como una saeta que eriza la piel sin clemencia.

La noche se moja de un feble aguacero
cuando el corazón se embauca en acordes
del pentagrama que censura la palabra
y la aloja en el fondo del alma.

¿Con qué tormenta vienes? - instinto de pasión-
si traes en el pecho tatuado la mudez de una pauta,
la mirada que tiembla como gota de lluvia
precipitándose en la hoja para saciar de la flor su pétalo
y su pistilo soñador.

Descifro la sensual cariátide con la ofrenda rupestre
para que subsista en mi vientre el perfume,
su perfume, que mora en las ansias bailarinas
con velos de peces que zigzaguean en las aureolas de los senos.

Embriagada, en esta pasión amorosa
como una manada de antílopes en estampida,
con fantasías de jilgueros en campos de trigales,
con alas para volar acrobacias por las orbes del paraíso
y perderse en las miradas de la piel en su pleamar.

¿Cómo, cómo no voy a entender
el sigiloso suspiro azul de una obertura sin olvido
de un arpa que llora su desnudo tacto?

*

Uff Isabel has tocado cielo con tus sensibles y apasionados
versos. Ha de hablársele al amor con garras de sedas cubiertas
con pétalos de rosas.
Me gustó mucho, te felicito

abrazos

lázaro

Gracias, amigo Lázaro, el amor tiene varios idiomas, sí, pero una sola máxima, amar. Es un placer saber que te ha gustado este poema amoroso, como casi todos los que escribo.

Un abrazo.

[Isabel Moncayo]

Me embriagas,
como una saeta que eriza la piel sin clemencia.

La noche se moja de un feble aguacero
cuando el corazón se embauca en acordes
del pentagrama que censura la palabra
y la aloja en el fondo del alma.

¿Con qué tormenta vienes? - instinto de pasión-
si traes en el pecho tatuado la mudez de una pauta,
la mirada que tiembla como gota de lluvia
precipitándose en la hoja para saciar de la flor su pétalo
y su pistilo soñador.

Descifro la sensual cariátide con la ofrenda rupestre
para que subsista en mi vientre el perfume,
su perfume, que mora en las ansias bailarinas
con velos de peces que zigzaguean en las aureolas de los senos.

Embriagada, en esta pasión amorosa
como una manada de antílopes en estampida,
con fantasías de jilgueros en campos de trigales,
con alas para volar acrobacias por las orbes del paraíso
y perderse en las miradas de la piel en su pleamar.

¿Cómo, cómo no voy a entender
el sigiloso suspiro azul de una obertura sin olvido
de un arpa que llora su desnudo tacto?

*

Yo te digo lo mismo que Julio, tenemos derecho a quedarnos sin palabras. Una belleza estos versos, Isabel.
Cachis la mar ¿por qué no me los chivaron las musas a mi?

Un abrazo grande y felicidades.

Porque tú escribes de maravilla, Marisa, y tus musas te inspiran de lujo, gracias por tus palabras, y un abrazo.

[Miguel Iervolino]

Isabel, tu poema es muy bello, para disfrutar de una buena lectura. Aplausos.