Historias que van y vienen
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
- José Manuel Sáiz
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Historias que van y vienen
Vemos la luz del astro que ya no es y pensamos
he ahí la realidad. Antes, en lo remoto,
la estrella proyectó sobre el espacio
el último estertor de su estallido.
Sin embargo es la ausencia la que brilla
real ante los ojos.
Nada es lo que parece. Vivimos la mentira,
la exhibición virtual de la apariencia;
mientras tanto seguimos navegando
bajo estrellas que tal vez, ya no existen.
……………………
Es él, no cabe duda, mi enemigo.
Ante mí el coronel,
el hombre que arruinó mi vida.
Como un guerrero herido
desfila ante un ejército de árboles en su jardín.
Saluda, gesticula (en el suelo se proyecta
la sombra de lo grotesco). No es el mismo.
El tiempo ajó lo altivo de su porte, el terrible
aspecto de su rostro.
Es él, sí, el sanguinario; el coronel.
Cada orden de sus labios fue la angustia,
la muerte para muchos (sin embargo es la baba
la que rezuma ahora por su boca).
Le llamo. Se detiene.
No recuerda quien soy, quien fui,
ni sabe a lo que vengo. Me mira con candor,
con dulzura; como un cordero;
quizás el tiempo le hizo vulnerable.
Reclamo mi venganza con el odio
que jamás olvida. Una bala lleva
su nombre en mi revólver. A ella enfrento
la sien de su cabeza.
Sumido en una insólita inocencia
el anciano no advierte mi amenaza.
Por sorpresa me coge por el brazo al sentir la imagen
horrible del espanto: sutil como un soldado
un insecto repta por su hombro;
lo señala, balbucea, llora de impotencia;
parece el llanto de un niño temeroso.
Me enfrento con asombro al desconcierto
cegado por la gloria de una extraña
luz ligera: es el aura compasiva de un ángel invisible.
¿Qué fue de mi enemigo? ¿dónde está el sanguinario?
sólo veo la ruina de un anciano, un insecto,
y a lo lejos la sombra del rencor
huyendo entre su ejército de árboles.
Y le venzo -o me vence-
y al fin descanso para siempre cuando acaricio
con ternura, su sienes con mi mano.
……………….
El hombre se olvidó del pez.
El pez también olvida quien se encarga
de darle su sustento. Nos mira en su pecera
con ingenua paciencia transitiva.
Su temporal memoria le hace libre.
Tropieza en cada giro a su universo
con el vidrio que acota su existencia pensando que su ahora
nunca es lo acontecido; que todo es nuevo, efímero,
precario en su presente inabarcable.
El hombre se acordó del pez.
El pez siente caer el alimento y come. Respira, vive;
después olvida. Y juzga por vasto y por enorme
lo exiguo de ese mundo que no vemos.
………......
Como el astro que alumbra sin estar;
como la compasión que duerme, y sin un porqué despierta
fugaz ante nosotros; como la transparencia
del pez tras un cristal, así también
las obras y los frutos de los que ya no están evocan
a veces su recuerdo; y nos dicen: Eh, mirad, seguimos
aún entre vosotros.
--oOo--
- Marisa Peral
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- Registrado: Mié, 30 Jun 2010 19:06
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Re: Historias que van y vienen
Pues como tú has hecho, José Manuel, yo también tengo el honor de quitarle el cero a este poema en que observo un cambio de registro.
Las historias van y vienen, puede que nos persigan a lo largo de nuestras vidas y lo que antes fue odio se torna lástima, incluso ternura.
Buenísimos versos en este poema que he disfrutado, amigo.
Un abrazo.
Marisa Peral Sánchez
- Ramón Ataz
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re: Historias que van y vienen
Un abrazo.
- Luna de Nos
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Re: Historias que van y vienen
José Manuel Sáiz escribió:HISTORIAS QUE VAN Y VIENEN
Vemos la luz del astro que ya no es y pensamos
he ahí la realidad. Antes, en lo remoto,
la estrella proyectó sobre el espacio
el último estertor de su estallido.
Sin embargo es la ausencia la que brilla
real ante los ojos.
Nada es lo que parece. Vivimos la mentira,
la exhibición virtual de la apariencia;
mientras tanto seguimos navegando
bajo estrellas que tal vez, ya no existen.
……………………
Es él, no cabe duda, mi enemigo.
Ante mí el coronel,
el hombre que arruinó mi vida.
Como un guerrero herido
desfila ante un ejército de árboles en su jardín.
Saluda, gesticula (en el suelo se proyecta
la sombra de lo grotesco). No es el mismo.
El tiempo ajó lo altivo de su porte, el terrible
aspecto de su rostro.
Es él, sí, el sanguinario; el coronel.
Cada orden de sus labios fue la angustia,
la muerte para muchos (sin embargo es la baba
la que rezuma ahora por su boca).
Le llamo. Se detiene.
No recuerda quien soy, quien fui,
ni sabe a lo que vengo. Me mira con candor,
con dulzura; como un cordero;
quizás el tiempo le hizo vulnerable.
Reclamo mi venganza con el odio
que jamás olvida. Una bala lleva
su nombre en mi revólver. A ella enfrento
la sien de su cabeza.
Sumido en una insólita inocencia
el anciano no advierte mi amenaza.
Por sorpresa me coge por el brazo al sentir la imagen
horrible del espanto: sutil como un soldado
un insecto repta por su hombro;
lo señala, balbucea, llora de impotencia;
parece el llanto de un niño temeroso.
Me enfrento con asombro al desconcierto
cegado por la gloria de una extraña
luz ligera: es el aura compasiva de un ángel invisible.
¿Qué fue de mi enemigo? ¿dónde está el sanguinario?
sólo veo la ruina de un anciano, un insecto,
y a lo lejos la sombra del rencor
huyendo entre los árboles.
Y le venzo -o me vence-
y al fin descanso para siempre cuando acaricio
con ternura, su sienes con mi mano.
……………….
El hombre se olvidó del pez.
El pez también olvida quien se encarga
de darle su sustento. Nos mira en su pecera
con ingenua paciencia transitiva.
Su temporal memoria le hace libre.
Tropieza en cada giro a su universo
con el vidrio que acota su existencia pensando que su ahora
nunca es lo acontecido; que todo es nuevo, efímero,
precario en su presente inabarcable.
El hombre se acordó del pez.
El pez siente caer el alimento y come. Respira, vive;
después olvida. Y juzga por vasto y por enorme
lo exiguo de ese mundo que no vemos.
………......
Como el astro que alumbra sin estar;
como la compasión que duerme, y sin un porqué despierta
fugaz ante nosotros; como la transparencia
del pez tras un cristal, así también
las obras y los frutos de los que ya no están evocan
a veces su recuerdo; y nos dicen: Eh, mirad, seguimos
aún entre vosotros.
--oOo--
Coincido con quien me precede en ese 'cambio de registro' lo cual es muy bueno, los cambios lo son en general, aunque solemos resistirnos, a pesar de que es lo ùnico permanente en el universo y en nosotros mismos desde que nacemos.
La realildad, estimado Josè Manuel, es como cada uno la ve, y asì, a veces, perseguimos algo que es producto de nuestra imaginaciòn o de nuestra torpeza para discernir.
Afortunadamente, en la mayorìa de los casos, el tiempo, su paso, nos da una percepciòn diferente de las cosas, en fin, creo que no es èste un comentario al poema, què difìcil resulta a veces despegarse del contenido...
Un poema sì para la reflexiòn, para ahondarse en las fibras màs ìntimas de recorrido de vida.
Aprovecho para felicitarte por estar entre los tres ganadores del premio Blanca Sandino, es un concurso que tiene una emotividad particular para quienes intercambiamos con ella.
Un fuerte abrazo, Luna.-
José Chapa
http://www.karikanfibolia.blogspot.com
http://www.elsolyanoeselsol.blogspot.com
- Julio Gonzalez Alonso
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re: Historias que van y vienen
Salud
-
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- Registrado: Sab, 25 Jun 2011 17:21
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Mi enhorabuenatambién por ese Segundo premio en el I Certamen Blanca Sandino-
Un abrazo
Guillermo
más dura es la caída.
- Isabel Moncayo
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- Josefa A. Sánchez
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Un abrazo.
Pepa
y no adjetiva.
Perfecta ¿para qué?
si no es amandote.
-
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re: Historias que van y vienen
Ya te felicité , lo vuelvo a hacer y lo haré con dos sonoros besos en Madrid.
Abrazos
Pilar
- José Manuel Sáiz
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Re: Historias que van y vienen
Muchas gracias Marisa. Agradezco mucho tu comentario.Marisa Peral escribió:José Manuel Sáiz escribió:HISTORIAS QUE VAN Y VIENEN
Pues como tú has hecho, José Manuel, yo también tengo el honor de quitarle el cero a este poema en que observo un cambio de registro.
Las historias van y vienen, puede que nos persigan a lo largo de nuestras vidas y lo que antes fue odio se torna lástima, incluso ternura.
Buenísimos versos en este poema que he disfrutado, amigo.
Un abrazo.
Un abrazo
J. Manuel
- José Manuel Sáiz
- Mensajes: 4502
- Registrado: Vie, 14 Dic 2007 16:31
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Re: re: Historias que van y vienen
Juan Fionello escribió:Vaya, José Manuel, pedazo de miscelánea poéticas nos dejas. Por cierto, observo un ritmo que envuelve y que es algo diferente al que veo en otros poemas tuyos, quizá más clásico. Un poema a ratos emocionante y a ratos reflexivo. Espléndido.
Un abrazo.
Bueno, veo que eres un buen observador Juan. En efecto, este es un poema que presenté al concurso y del que cuidé la métrica, el ritmo y la acentuación. He dicho muchas veces que no pretendo escribir para poetas... sin embargo en este caso sí lo hice, ya que era precisamente eso, un concurso entre poetas. Tenía la esperanza de llegar lejos en el certamen con este poema, y en efecto, así fue, quedó finalista. Pero me sorprendió que me concedieran el 2º premio con otro poema que a mi entender es más flojo aunque no menos querido. En fin, cosas de los concursos.
Un abrazo y muchas gracias por tus certeras apreciaciones.
J. Manuel
- lazaro Habana
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- Registrado: Mié, 11 Ago 2010 17:26
Re: Historias que van y vienen
Tratas lo medular con esa compasión que tanto me hace reflexionar !José Manuel Sáiz escribió:HISTORIAS QUE VAN Y VIENEN
Vemos la luz del astro que ya no es y pensamos
he ahí la realidad. Antes, en lo remoto,
la estrella proyectó sobre el espacio
el último estertor de su estallido.
Sin embargo es la ausencia la que brilla
real ante los ojos.
Nada es lo que parece. Vivimos la mentira,
la exhibición virtual de la apariencia;
mientras tanto seguimos navegando
bajo estrellas que tal vez, ya no existen.
……………………
Es él, no cabe duda, mi enemigo.
Ante mí el coronel,
el hombre que arruinó mi vida.
Como un guerrero herido
desfila ante un ejército de árboles en su jardín.
Saluda, gesticula (en el suelo se proyecta
la sombra de lo grotesco). No es el mismo.
El tiempo ajó lo altivo de su porte, el terrible
aspecto de su rostro.
Es él, sí, el sanguinario; el coronel.
Cada orden de sus labios fue la angustia,
la muerte para muchos (sin embargo es la baba
la que rezuma ahora por su boca).
Le llamo. Se detiene.
No recuerda quien soy, quien fui,
ni sabe a lo que vengo. Me mira con candor,
con dulzura; como un cordero;
quizás el tiempo le hizo vulnerable.
Reclamo mi venganza con el odio
que jamás olvida. Una bala lleva
su nombre en mi revólver. A ella enfrento
la sien de su cabeza.
Sumido en una insólita inocencia
el anciano no advierte mi amenaza.
Por sorpresa me coge por el brazo al sentir la imagen
horrible del espanto: sutil como un soldado
un insecto repta por su hombro;
lo señala, balbucea, llora de impotencia;
parece el llanto de un niño temeroso.
Me enfrento con asombro al desconcierto
cegado por la gloria de una extraña
luz ligera: es el aura compasiva de un ángel invisible.
¿Qué fue de mi enemigo? ¿dónde está el sanguinario?
sólo veo la ruina de un anciano, un insecto,
y a lo lejos la sombra del rencor
huyendo entre los árboles.
Y le venzo -o me vence-
y al fin descanso para siempre cuando acaricio
con ternura, su sienes con mi mano.
……………….
El hombre se olvidó del pez.
El pez también olvida quien se encarga
de darle su sustento. Nos mira en su pecera
con ingenua paciencia transitiva.
Su temporal memoria le hace libre.
Tropieza en cada giro a su universo
con el vidrio que acota su existencia pensando que su ahora
nunca es lo acontecido; que todo es nuevo, efímero,
precario en su presente inabarcable.
El hombre se acordó del pez.
El pez siente caer el alimento y come. Respira, vive;
después olvida. Y juzga por vasto y por enorme
lo exiguo de ese mundo que no vemos.
………......
Como el astro que alumbra sin estar;
como la compasión que duerme, y sin un porqué despierta
fugaz ante nosotros; como la transparencia
del pez tras un cristal, así también
las obras y los frutos de los que ya no están evocan
a veces su recuerdo; y nos dicen: Eh, mirad, seguimos
aún entre vosotros.
--oOo--
Tal vez el tiempo diluya los odios y las malas memorias, no se, depende
intrínsicamente de la persona o de las mentes sociales. A veces me cuesta muchísimo imaginar
que todo puede ser perdonado.
Un gran poema José. Mis felicitaciones siempre
abrazos
lázaro
Hay que estar loco.
A la literatura, al amor y a los animales
no se les puede hacer trampas.
- José Manuel Sáiz
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- Registrado: Vie, 14 Dic 2007 16:31
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Re: Historias que van y vienen
Luna de Nos escribió:José Manuel Sáiz escribió:HISTORIAS QUE VAN Y VIENEN
Coincido con quien me precede en ese 'cambio de registro' lo cual es muy bueno, los cambios lo son en general, aunque solemos resistirnos, a pesar de que es lo ùnico permanente en el universo y en nosotros mismos desde que nacemos.
La realildad, estimado Josè Manuel, es como cada uno la ve, y asì, a veces, perseguimos algo que es producto de nuestra imaginaciòn o de nuestra torpeza para discernir.
Afortunadamente, en la mayorìa de los casos, el tiempo, su paso, nos da una percepciòn diferente de las cosas, en fin, creo que no es èste un comentario al poema, què difìcil resulta a veces despegarse del contenido...
Un poema sì para la reflexiòn, para ahondarse en las fibras màs ìntimas de recorrido de vida.
Aprovecho para felicitarte por estar entre los tres ganadores del premio Blanca Sandino, es un concurso que tiene una emotividad particular para quienes intercambiamos con ella.
Un fuerte abrazo, Luna.-
Muchas gracias Luna por tu precioso comentario y por tu felicitación.
Un abrazo enorme para ti.
J. Manuel
- Javier Dicenzo
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