DISERTACIONES EXISTENCIALES
Publicado: Dom, 21 Ago 2011 5:22
La presente publicación ha sido aprobada por la Dirección General de Revista Alaire.
Respetuoso de su normatividad, y agradeciendo todas sus gentiles atenciones, me permito presentar la obra ganadora del Certamen Internacional de Poesía, Literalia México, cuya autora, Debrah Riddleton, aceptó sea publicada por única vez en este importantísimo foro.
Literalia México no conserva derecho alguno sobre su obra, y manifiesta su total gratitud al cordial acogimiento que se sirvan prestar a ella.
Se hace mención que dicho Premio es compartido con Vanesa Giordano, cuya obra será igualmente publicitada.
DISERTACIONES EXISTENCIALES
Hay miles de cosas que quizá no entienda. En el ir y venir de las ideas, se atropellan las razones y surgen victoriosas las dudas reincidentes.
En esta ocasión, al igual que he manifestado a través de mi discurso, la segunda oportunidad que he decidido tomar sobre mi vida, me ha hecho cavilar sobre una serie de disertaciones existenciales que encajan en ese sentido.
He elegido tres de ellas, las cuales quedan atadas al mismo cabo suelto, a la misma zozobra emocional por intentar siquiera comprender mi paso por la tierra.
PRIMERA DISERTACIÓN
Al hombre citado pero abandonado a su suerte en sus áridas tierras y hundido en sus costumbres.
Todos hablan de él, de su pobreza, de sus enfermedades, de su abandono. Todos dicen entenderlo, amarlo, impulsarlo.
En realidad, lo miran como oportunidad de estudio, propuesta, experimento. No, nadie sabe siquiera cómo se llama. Yo le llamo: El Hombre de sal.
EL HOMBRE DE SAL
¡Y sin embargo, existes todavía!
Escriben de ti, no tienes nombre;
Tu cuerpo desgarbado es exhibido como emblema
de un destino marcado de antemano.
Yaces entonces en tu tumba de sal,
como cardo inanimado que mañana,
será el motivo central de magro óleo
en la entrada soberbia de una galería.
¡Y sin embargo, existes todavía!
Tu voz, si es que tuviste, no la escucha nadie.
Te has vuelto reminiscencias de un eco que se extingue;
No hay coro que recoja tus tragedias ni tus hambres,
ni tus días de sequía labrados en la cara enjuta donde habitas.
Eres como escama convertida en trazo de oropel;
Sólo te queda tu postura estoica,
callada, serena, retando al que te admira.
¡Y sin embargo, existes todavía!
De nada sirvieron tus llagas purulentas.
De nada sirvieron tus pies ensangrentados,
tus exangües brazos lacerados en sus venas muertas.
¿De qué sirvieron los miles de poemas
que fingieron conocerte en tu verdad eterna?
Los cretinos que lloraban por ti, tienen los ojos
brillando, admirando a algún poeta.
SEGUNDA DISERTACIÓN
Interpretar la obra del Demiurgo, es una imposibilidad fáctica. Es un acto de fe, de esperanza y de obligación del ser humano. Probablemente, en el trance feliz de la búsqueda de la verdad, exista una oportunidad para descubrir sus secretos.
Cuando me enteré que descubrieron vida a más de 10,000 metros de profundidad en el océano, sentí el impulso de escribir este poema a la obra magnificente del Creador, intentando interpretar el simbolismo subyacente en cada manifestación de la Naturaleza.
¿QUÉ ME QUIERES DECIR?
¿Qué me quieres decir?
Con tu cristal de roca pura.
Con tus alas de crisálida incendiada.
Con tu espuma de mar iridiscente.
Con tus brazos de viento abrazando la montaña.
¿Qué me quieres decir?
Con el fuego de tu vientre en llamas.
Con tu diamante fragmentado en cada gota.
Con tu aliento vuelto símbolo de vida.
Con tu brillo dorado en la mañana.
¿Qué me quieres decir?
Con tu voz derramada en el bramido
perfumado de cascadas.
Con el lienzo de arena enmudecida
que sólo tú lo tocas en húmeda alborada.
¿Qué me quieres decir?
Con la vida que palpita en el abismo
del océano en su recóndito infinito.
Con cada flor, con cada fruto, cada verso
que sólo tú, poeta taciturno, me has legado.
TERCERA DISERTACIÓN
Me azora la dualidad de sentimientos encontrados; la inexplicable razón por la cual intercambiamos pasiones por desencanto, amor por depresión.
Yo, que canto a la vida como símbolo total de mi estadía, me estrello ante la inexplicable destrucción de todo sentido, ante la pérdida de un ser llamado hijo…
INEXISTENCIA
Sumergida en esta aislación enajenante,
consumo los últimos cabos de mi vida.
Yo, que todo lo tenía,
me destruyo entre las sombras
de paredes yertas,
sin sol, sin luna, sin aurora.
Ya no admiro los párpados cerrados
de los vientos; ni los corceles feroces
de una noche preñada en la tormenta;
ya no siento la seda de los huertos,
incendiarse en oro con su llama eterna.
Las luces macilentas de mi estancia
sublevan la danza mortuoria de mis penas.
En carrusel, semejan destellos
de lo que fue mi infancia,
mi pasado, mi otrora inexistencia.
Sola yo, mi alma, mi martirio,
y un lirio que quedó atrapado en la cadencia
de esta muerte lenta.
Mis brazos arrullan aún tu cuerpo vacío;
Te acarician mis silencios y
te besan mis nostalgias huecas;
Ya no estás para cantarte,
ya no estás para mirarte,
sólo quedan las franelas blancas,
de tu cruda inexistencia.
Debrah Riddleton
www.debrahriddleton.blogspot.com
debrahriddleton@gmail.com
Respetuoso de su normatividad, y agradeciendo todas sus gentiles atenciones, me permito presentar la obra ganadora del Certamen Internacional de Poesía, Literalia México, cuya autora, Debrah Riddleton, aceptó sea publicada por única vez en este importantísimo foro.
Literalia México no conserva derecho alguno sobre su obra, y manifiesta su total gratitud al cordial acogimiento que se sirvan prestar a ella.
Se hace mención que dicho Premio es compartido con Vanesa Giordano, cuya obra será igualmente publicitada.
DISERTACIONES EXISTENCIALES
Hay miles de cosas que quizá no entienda. En el ir y venir de las ideas, se atropellan las razones y surgen victoriosas las dudas reincidentes.
En esta ocasión, al igual que he manifestado a través de mi discurso, la segunda oportunidad que he decidido tomar sobre mi vida, me ha hecho cavilar sobre una serie de disertaciones existenciales que encajan en ese sentido.
He elegido tres de ellas, las cuales quedan atadas al mismo cabo suelto, a la misma zozobra emocional por intentar siquiera comprender mi paso por la tierra.
PRIMERA DISERTACIÓN
Al hombre citado pero abandonado a su suerte en sus áridas tierras y hundido en sus costumbres.
Todos hablan de él, de su pobreza, de sus enfermedades, de su abandono. Todos dicen entenderlo, amarlo, impulsarlo.
En realidad, lo miran como oportunidad de estudio, propuesta, experimento. No, nadie sabe siquiera cómo se llama. Yo le llamo: El Hombre de sal.
EL HOMBRE DE SAL
¡Y sin embargo, existes todavía!
Escriben de ti, no tienes nombre;
Tu cuerpo desgarbado es exhibido como emblema
de un destino marcado de antemano.
Yaces entonces en tu tumba de sal,
como cardo inanimado que mañana,
será el motivo central de magro óleo
en la entrada soberbia de una galería.
¡Y sin embargo, existes todavía!
Tu voz, si es que tuviste, no la escucha nadie.
Te has vuelto reminiscencias de un eco que se extingue;
No hay coro que recoja tus tragedias ni tus hambres,
ni tus días de sequía labrados en la cara enjuta donde habitas.
Eres como escama convertida en trazo de oropel;
Sólo te queda tu postura estoica,
callada, serena, retando al que te admira.
¡Y sin embargo, existes todavía!
De nada sirvieron tus llagas purulentas.
De nada sirvieron tus pies ensangrentados,
tus exangües brazos lacerados en sus venas muertas.
¿De qué sirvieron los miles de poemas
que fingieron conocerte en tu verdad eterna?
Los cretinos que lloraban por ti, tienen los ojos
brillando, admirando a algún poeta.
SEGUNDA DISERTACIÓN
Interpretar la obra del Demiurgo, es una imposibilidad fáctica. Es un acto de fe, de esperanza y de obligación del ser humano. Probablemente, en el trance feliz de la búsqueda de la verdad, exista una oportunidad para descubrir sus secretos.
Cuando me enteré que descubrieron vida a más de 10,000 metros de profundidad en el océano, sentí el impulso de escribir este poema a la obra magnificente del Creador, intentando interpretar el simbolismo subyacente en cada manifestación de la Naturaleza.
¿QUÉ ME QUIERES DECIR?
¿Qué me quieres decir?
Con tu cristal de roca pura.
Con tus alas de crisálida incendiada.
Con tu espuma de mar iridiscente.
Con tus brazos de viento abrazando la montaña.
¿Qué me quieres decir?
Con el fuego de tu vientre en llamas.
Con tu diamante fragmentado en cada gota.
Con tu aliento vuelto símbolo de vida.
Con tu brillo dorado en la mañana.
¿Qué me quieres decir?
Con tu voz derramada en el bramido
perfumado de cascadas.
Con el lienzo de arena enmudecida
que sólo tú lo tocas en húmeda alborada.
¿Qué me quieres decir?
Con la vida que palpita en el abismo
del océano en su recóndito infinito.
Con cada flor, con cada fruto, cada verso
que sólo tú, poeta taciturno, me has legado.
TERCERA DISERTACIÓN
Me azora la dualidad de sentimientos encontrados; la inexplicable razón por la cual intercambiamos pasiones por desencanto, amor por depresión.
Yo, que canto a la vida como símbolo total de mi estadía, me estrello ante la inexplicable destrucción de todo sentido, ante la pérdida de un ser llamado hijo…
INEXISTENCIA
Sumergida en esta aislación enajenante,
consumo los últimos cabos de mi vida.
Yo, que todo lo tenía,
me destruyo entre las sombras
de paredes yertas,
sin sol, sin luna, sin aurora.
Ya no admiro los párpados cerrados
de los vientos; ni los corceles feroces
de una noche preñada en la tormenta;
ya no siento la seda de los huertos,
incendiarse en oro con su llama eterna.
Las luces macilentas de mi estancia
sublevan la danza mortuoria de mis penas.
En carrusel, semejan destellos
de lo que fue mi infancia,
mi pasado, mi otrora inexistencia.
Sola yo, mi alma, mi martirio,
y un lirio que quedó atrapado en la cadencia
de esta muerte lenta.
Mis brazos arrullan aún tu cuerpo vacío;
Te acarician mis silencios y
te besan mis nostalgias huecas;
Ya no estás para cantarte,
ya no estás para mirarte,
sólo quedan las franelas blancas,
de tu cruda inexistencia.
Debrah Riddleton
www.debrahriddleton.blogspot.com
debrahriddleton@gmail.com