1ª Parte: Antes de la Pasión

Poemas en verso y/o en prosa de cualquier estructura y/o combinación.

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José Manuel Sáiz
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1ª Parte: Antes de la Pasión

Mensaje sin leer por José Manuel Sáiz »

No hace falta ser creyente para leer estos poemas “prosoversados”.
Son historias de la vida de los personajes secundarios que aparecen en el evangelio.
La figura de Cristo aparece como en segundo plano.
Estas historias y estos personajes se interrelacionan entre sí en la segunda parte
de este trabajo que editaré en breve.
Por eso considero que se deben leer ambas partes a quien le interese, como simples historias.



1ª Parte. ANTES DE LA PASIÓN


Juan 8, 1-11

No temía a la muerte. Más le dolía
la hipocresía de los sacerdotes que aquella tarde
la condenaban injustamente.

Allí estaban ellos, escribas y fariseos;
hipócritas todos. Y allí estaba ella, en medio de la plaza,
frente al hombre al que un día
se entregó por amor.

Cerró los ojos. Se reclinó en el suelo.
Maldijo aquella tierra.
Soportó las blasfemias de los que la llamaban
adúltera y pecadora. Se protegió la cabeza;
y esperó caer del cielo
la primera piedra.

Pasaron minutos de angustia y de temor…
Pero no ocurría nada. Ni un insulto; ni un grito…
Sólo el rumor de una gente que se perdía
como a lo lejos.
Ni una hoja rozó su túnica.

Abrió los párpados. Estaba sola. ¿Dónde estaban
los escribas y fariseos? ¿Dónde aquél que un día
la abandonó a su suerte? (en la plaza solamente
la sombra de un hombre que escribía en el suelo
nombres y pecados, junto a unas piedras).

Se levantó. Se fue a casa. Se abrazó a los suyos.
Al sentir el sol sobre su cara bendijo aquella tierra.
(A contraluz, tras la ventana, veía a una niña alegre
jugar bajo una higuera. De nuevo todo
estaba en calma).


--oOo--



Marcos 5, 35-43

La niña que jugaba se cayó.
Se cayó su muñeca de trapo.
Se cayó mientras trepaba.
Se cayeron de una higuera
sus doce primaveras blancas.
El pañuelo en la cabeza; el vestido de lino;
todo era blanco y puro, pero se tiñó de oscuro
sobre las piedras del camino.

“La pequeña no se mueve… decían,
parece que no respira

La hija de Jairo hace días que murió.
Su cuerpo embalsamado olía
como los naranjos de Palestina
al llegar la primavera.

Alguien vio llegar al pueblo
la silueta de un hombre extraño.
“La niña duerme, ¿Qué teméis?
Dadle su muñeca de trapo.
Ponedle su vestido blanco.
Que se oiga bajo la higuera
la alegre música de sus labios.
“Talihta, pequeña… confía en mí.
Talihta, despierta… Talitha, levanta…
Talihta qumi”

………..

El padre suspira ahora
cada vez que ve jugar a la niña junto a la higuera.

La pequeña de vez en cuando
le mira y le sonríe.
A veces le pregunta: Papa,
¿porqué mi muñeca de trapo
parece que duerme
y que respira?.



--oOo--



Juan 4, 4-15

Su marido la mandó a por agua.
Ella estaba acostumbrada a obedecer y soportar
el desprecio de los hombres. Por eso,
cuando aquel forastero llegó a la fuente y le pidió de beber
la mujer obedeció sin decirle nada.

La samaritana le acercó el cántaro a las manos.
El hombre bebió, y le dio las gracias. Le dijo
que él le daría ahora de esa agua eterna
que sacia para siempre la sed de los afligidos.


La mujer no comprendió. Y entró en la casa.

Ofreció a su marido la frescura
del agua viva de la fuente. El esposo bebió; la miró;
y la agarró fuertemente por el brazo.
Ella se protegió el rostro por instinto. Mujer, no temas,
sólo quiero abrazarte… y decirte que te amo.


Afuera, junto a la fuente, un Judío lavaba los pies
a unos niños samaritanos.



--oOo—



Lucas 8, 43-48

Su padre cultivaba lino.
Su madre tejía con él las túnicas y lienzos
que ella vendía después en la ciudad.

Aquel fue otro tiempo, otra vida. Ahora ella
se siente enferma; recorre Palestina
en busca de un augur. Por eso se sorprendió
al encontrar en la colina al hombre
al que un día vendió una túnica
a las afueras de Cafarnaúm.

Era él. Sin duda.
Recordaba la mirada amable de aquel judío.
Desde el monte, aquel hombre consolaba a los pobres,
a los enfermos y a los afligidos.
Les hablaba con parábolas de la fe y del amor.
Estaba rodeado de ciegos, paralíticos… Le llamaban
mago y sanador.
Ella escuchaba atenta bajo un olivo.
Hacía tiempo que una hemorragia
consumía la flor de su juventud.

La muchedumbre le impedía acercarse. Pero tenía fe.
Ella sabía. Tenía esperanza en las palabras de aquel hombre.

Era su oportunidad. Estaba allí, a un paso.
Apenas tuvo tiempo de alargar el brazo
y tocar con los dedos un pliegue de su túnica
-la misma túnica cuyo lino cultivó su padre, tejió su madre
y que ella misma le vendió en un mercado
a las afueras de Cafarnaúm.

Apenas le rozó… apenas. Pero él se dio cuenta;
se dio la vuelta y la miró.

Ella supo que nunca más
tendría que recorrer los montes de Palestina
en busca de un augur.


--oOo--



Mateo 26, 74-75

Le decían que aquello traería mala suerte:
hacía meses que su gallo no cantaba al amanecer. Y eso
traía mala suerte, le decían.

Sin embargo aquel día
su gallo cantó al amanecer.

De camino a sus campos
se cruzó con un hombre que lloraba
y angustiado repetía: Tres veces le he negado; tres;
fueron tres las veces que le negué.


Cuando el sembrador volvió a su casa,
le dijeron que su gallo al fin cantaba.
Las desgracias no serían
todas para él.


--oOo—

(Continuará en la 2ª parte)

Enlace 2ª parte: http://www.editorialalaire.com/viewtopi ... 742#152742
Última edición por José Manuel Sáiz el Mié, 20 Abr 2011 12:13, editado 5 veces en total.
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Begoña Egüen
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Re: 1ª Parte: ANTES DE LA PASIÓN

Mensaje sin leer por Begoña Egüen »

José Manuel Sáiz escribió:No hace falta ser creyente para leer estos poemas “prosoversados”.
Son historias de la vida de los personajes secundarios que aparecen en el evangelio.
La figura de Cristo aparece como en segundo plano.
Estas historias y estos personajes se interrelacionan entre sí en la segunda parte
de este trabajo que editaré en breve.
Por eso considero que se deben leer ambas partes a quien le interese estas historias.


1ª Parte. ANTES DE LA PASIÓN


Juan 8, 1-11

No temía a la muerte. Más le dolía
la hipocresía de los sacerdotes que aquella tarde
la condenaban injustamente.

Allí estaban ellos, escribas y fariseos;
hipócritas todos. Y allí estaba ella, en medio de la plaza,
frente al hombre al que un día
se entregó por amor.

Cerró los ojos. Se reclinó en el suelo.
Maldijo aquella tierra.
Soportó las blasfemias de los que la llamaban
adúltera y pecadora. Se protegió la cabeza;
y esperó caer del cielo la primera piedra.

Pasaron minutos de angustia y de temor…
Pero no ocurría nada. Ni un insulto; ni un grito…
Sólo el rumor de una gente que se perdía
como a lo lejos.
Ni una hoja rozó su túnica.

Abrió los párpados. Estaba sola. ¿Dónde estaban
los escribas y fariseos? ¿Dónde aquél que un día
la abandonó a su suerte? (en la plaza solamente
la sombra de un hombre que escribía en el suelo
nombres y pecados, junto a unas piedras).

Se levantó. Se fue a casa. Se abrazó a los suyos.
Al sentir el sol sobre su cara bendijo aquella tierra.
(A contraluz, tras la ventana, veía a una niña alegre
jugar bajo una higuera. De nuevo todo
estaba en calma).


--oOo--



Marcos 5, 35-43

La niña que jugaba se cayó.
Se cayó su muñeca de trapo.
Se cayó mientras trepaba.
Se cayeron de una higuera
sus doce primaveras blancas.
El pañuelo en la cabeza; el vestido de lino;
todo era blanco y puro, pero se tiñó de oscuro
sobre las piedras del camino.

“La pequeña no se mueve… decían,
parece que no respira

La hija de Jairo hace días que murió.
Su cuerpo embalsamado olía
como los naranjos de Palestina
al llegar la primavera.

Alguien vio llegar al pueblo
la silueta de un hombre extraño.
“La niña duerme, ¿Qué teméis?
Dadle su muñeca de trapo.
Ponedle su vestido blanco.
Que se oiga bajo la higuera
la alegre música de sus labios.
“Talihta, pequeña… confía en mí.
Talihta, despierta… Talitha, levanta…
Talihta qumi”

………..

El padre suspira ahora
cada vez que ve jugar a la niña junto a la higuera.

La pequeña de vez en cuando
le mira y le sonríe.
A veces le pregunta: Papa,
¿porqué mi muñeca de trapo
parece que duerme
y que respira?.



--oOo--



Juan 4, 4-15

Su marido la mandó a por agua.
Ella estaba acostumbrada a obedecer y soportar
el desprecio de los hombres. Por eso,
cuando aquel forastero llegó a la fuente y le pidió de beber
la mujer obedeció sin decirle nada.

La samaritana le acercó el cántaro a las manos.
El hombre bebió, y le dio las gracias. Le dijo
que él le daría ahora de esa agua eterna
que sacia para siempre la sed de los afligidos.


La mujer no comprendió. Y entró en la casa.

Ofreció a su marido la frescura
del agua viva de la fuente. El esposo bebió; la miró;
y la agarró fuertemente por el brazo.
Ella se protegió el rostro por instinto. Mujer, no temas,
sólo quiero abrazarte… y decirte que te amo.


Afuera, junto a la fuente, un Judío lavaba los pies
a unos niños samaritanos.



--oOo—



Lucas 8, 43-48

Su padre cultivaba lino.
Su madre tejía con él las túnicas y lienzos
que ella vendía después en la ciudad.

Aquel fue otro tiempo, otra vida. Ahora ella
se siente enferma; recorre Palestina
en busca de un augur. Por eso se sorprendió
al encontrar en la colina al hombre
al que un día vendió una túnica
a las afueras de Cafarnaúm.

Era él. Sin duda.
Recordaba la mirada amable de aquel judío.
Desde el monte, aquel hombre consolaba a los pobres,
a los enfermos y a los afligidos.
Les hablaba con parábolas de la fe y del amor.
Estaba rodeado de ciegos, paralíticos… Le llamaban
mago y sanador.
Ella escuchaba atenta bajo un olivo.
Hacía tiempo que una hemorragia
consumía la flor de su juventud.

La muchedumbre le impedía acercarse. Pero tenía fe.
Ella sabía. Tenía esperanza en las palabras de aquel hombre.

Era su oportunidad. Estaba allí, a un paso.
Apenas tuvo tiempo de alargar el brazo
y tocar con los dedos un pliegue de su túnica
-la misma túnica cuyo lino cultivó su padre, tejió su madre
y que ella misma le vendió en un mercado
a las afueras de Cafarnaúm.

Apenas le rozó… apenas. Pero él se dio cuenta;
se dio la vuelta y la miró.

Ella supo que nunca más
tendría que recorrer los montes de Palestina
en busca de un augur.


--oOo--



Mateo 26, 74-75

Le decían que aquello traería mala suerte:
hacía meses que su gallo no cantaba al amanecer. Y eso
traía mala suerte, le decían.

Sin embargo aquel día
su gallo cantó al amanecer.

De camino a sus campos
se cruzó con un hombre que lloraba
y angustiado repetía: Tres veces le he negado; tres;
fueron tres las veces que le negué.


Cuando el sembrador volvió a su casa,
le dijeron que su gallo al fin cantaba.
Las desgracias no serían
todas para él.


--oOo—

(Continuará en la 2ª parte)
Estimado amigo:
Me ha encantado la descripción de los personajes que incluyes en tu poema “prosoversado”.
Te felicito por tu ejemplar escrito.
Estoy ávida de leer tu segunda parte.
"Disculpa si no te contesto en breve, pues me voy de vacaciones".
Un abrazo.
BEGOÑA
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.
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Nimaos Llombart
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Registrado: Mar, 19 Abr 2011 17:57
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Mensaje sin leer por Nimaos Llombart »

En medio del parafraseo bíblico, también resurge la milagrera del poeta a mitad de todo el asunto cristológico, en donde se desborda la imaginación y esa gana de volver al plano resurreccional para que triunfe lo bueno y lo divino. Me parece muy reflexivo con un buen tono lleno de historicismo y del asombro reflexivo.

Recibe mi apoyo y un abrazo, poeta.
Desde mi óptica personal tengo el derecho de ver al mundo a mi manera y sin tener que coincidir con el aumento o la miopía de otras perspectivas.
El poeta "incorrecto" es el mejor ademán de la poesía.

O. Llombart.
Margarita Rosa Oviedo
Mensajes: 190
Registrado: Lun, 29 Mar 2010 17:55

Mensaje sin leer por Margarita Rosa Oviedo »

Es una propuesta muy original que aplaudo largamente. Leeré la segunda parte.
Un saludo.
Mario Martínez
Mensajes: 7693
Registrado: Sab, 20 Sep 2008 18:59

re: 1ª Parte: ANTES DE LA PASIÓN

Mensaje sin leer por Mario Martínez »

Hole José Manuel.
No, no hace falta ser creyente, querido amigo. De hecho yo no creo demasiado y los poemas me han parecido hermosos, bien escritos y con conocimiento de lo que se ha contado, además de tener una dosis inteligente de imaginación, que es algo que siempre admiro.
Y a decir verdad, a mí suele pasarme algo parecido cuando escribo sobre temas místicos o religiosos, me dejo ir y suelen salir cosas más o menos decentes, como el poema que publico hoy siguiendo tu ejemplo.
Un abrazo, amigo mío.
Mario.
"La poesía es una límpida gota de emoción sobre la sucia e insensible cara del mundo"
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José Manuel Sáiz
Mensajes: 4502
Registrado: Vie, 14 Dic 2007 16:31
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Re: 1ª Parte: ANTES DE LA PASIÓN

Mensaje sin leer por José Manuel Sáiz »

Begoña Egüen escribió:
José Manuel Sáiz escribió:No hace falta ser creyente para leer estos poemas “prosoversados”.
Son historias de la vida de los personajes secundarios que aparecen en el evangelio.
La figura de Cristo aparece como en segundo plano.
Estas historias y estos personajes se interrelacionan entre sí en la segunda parte
de este trabajo que editaré en breve.
Por eso considero que se deben leer ambas partes a quien le interese estas historias.


1ª Parte. ANTES DE LA PASIÓN


Juan 8, 1-11

No temía a la muerte. Más le dolía
la hipocresía de los sacerdotes que aquella tarde
la condenaban injustamente.

Allí estaban ellos, escribas y fariseos;
hipócritas todos. Y allí estaba ella, en medio de la plaza,
frente al hombre al que un día
se entregó por amor.

Cerró los ojos. Se reclinó en el suelo.
Maldijo aquella tierra.
Soportó las blasfemias de los que la llamaban
adúltera y pecadora. Se protegió la cabeza;
y esperó caer del cielo la primera piedra.

Pasaron minutos de angustia y de temor…
Pero no ocurría nada. Ni un insulto; ni un grito…
Sólo el rumor de una gente que se perdía
como a lo lejos.
Ni una hoja rozó su túnica.

Abrió los párpados. Estaba sola. ¿Dónde estaban
los escribas y fariseos? ¿Dónde aquél que un día
la abandonó a su suerte? (en la plaza solamente
la sombra de un hombre que escribía en el suelo
nombres y pecados, junto a unas piedras).

Se levantó. Se fue a casa. Se abrazó a los suyos.
Al sentir el sol sobre su cara bendijo aquella tierra.
(A contraluz, tras la ventana, veía a una niña alegre
jugar bajo una higuera. De nuevo todo
estaba en calma).


--oOo--



Marcos 5, 35-43

La niña que jugaba se cayó.
Se cayó su muñeca de trapo.
Se cayó mientras trepaba.
Se cayeron de una higuera
sus doce primaveras blancas.
El pañuelo en la cabeza; el vestido de lino;
todo era blanco y puro, pero se tiñó de oscuro
sobre las piedras del camino.

“La pequeña no se mueve… decían,
parece que no respira

La hija de Jairo hace días que murió.
Su cuerpo embalsamado olía
como los naranjos de Palestina
al llegar la primavera.

Alguien vio llegar al pueblo
la silueta de un hombre extraño.
“La niña duerme, ¿Qué teméis?
Dadle su muñeca de trapo.
Ponedle su vestido blanco.
Que se oiga bajo la higuera
la alegre música de sus labios.
“Talihta, pequeña… confía en mí.
Talihta, despierta… Talitha, levanta…
Talihta qumi”

………..

El padre suspira ahora
cada vez que ve jugar a la niña junto a la higuera.

La pequeña de vez en cuando
le mira y le sonríe.
A veces le pregunta: Papa,
¿porqué mi muñeca de trapo
parece que duerme
y que respira?.



--oOo--



Juan 4, 4-15

Su marido la mandó a por agua.
Ella estaba acostumbrada a obedecer y soportar
el desprecio de los hombres. Por eso,
cuando aquel forastero llegó a la fuente y le pidió de beber
la mujer obedeció sin decirle nada.

La samaritana le acercó el cántaro a las manos.
El hombre bebió, y le dio las gracias. Le dijo
que él le daría ahora de esa agua eterna
que sacia para siempre la sed de los afligidos.


La mujer no comprendió. Y entró en la casa.

Ofreció a su marido la frescura
del agua viva de la fuente. El esposo bebió; la miró;
y la agarró fuertemente por el brazo.
Ella se protegió el rostro por instinto. Mujer, no temas,
sólo quiero abrazarte… y decirte que te amo.


Afuera, junto a la fuente, un Judío lavaba los pies
a unos niños samaritanos.



--oOo—



Lucas 8, 43-48

Su padre cultivaba lino.
Su madre tejía con él las túnicas y lienzos
que ella vendía después en la ciudad.

Aquel fue otro tiempo, otra vida. Ahora ella
se siente enferma; recorre Palestina
en busca de un augur. Por eso se sorprendió
al encontrar en la colina al hombre
al que un día vendió una túnica
a las afueras de Cafarnaúm.

Era él. Sin duda.
Recordaba la mirada amable de aquel judío.
Desde el monte, aquel hombre consolaba a los pobres,
a los enfermos y a los afligidos.
Les hablaba con parábolas de la fe y del amor.
Estaba rodeado de ciegos, paralíticos… Le llamaban
mago y sanador.
Ella escuchaba atenta bajo un olivo.
Hacía tiempo que una hemorragia
consumía la flor de su juventud.

La muchedumbre le impedía acercarse. Pero tenía fe.
Ella sabía. Tenía esperanza en las palabras de aquel hombre.

Era su oportunidad. Estaba allí, a un paso.
Apenas tuvo tiempo de alargar el brazo
y tocar con los dedos un pliegue de su túnica
-la misma túnica cuyo lino cultivó su padre, tejió su madre
y que ella misma le vendió en un mercado
a las afueras de Cafarnaúm.

Apenas le rozó… apenas. Pero él se dio cuenta;
se dio la vuelta y la miró.

Ella supo que nunca más
tendría que recorrer los montes de Palestina
en busca de un augur.


--oOo--



Mateo 26, 74-75

Le decían que aquello traería mala suerte:
hacía meses que su gallo no cantaba al amanecer. Y eso
traía mala suerte, le decían.

Sin embargo aquel día
su gallo cantó al amanecer.

De camino a sus campos
se cruzó con un hombre que lloraba
y angustiado repetía: Tres veces le he negado; tres;
fueron tres las veces que le negué.


Cuando el sembrador volvió a su casa,
le dijeron que su gallo al fin cantaba.
Las desgracias no serían
todas para él.


--oOo—

(Continuará en la 2ª parte)


Estimado amigo:
Me ha encantado la descripción de los personajes que incluyes en tu poema “prosoversado”.
Te felicito por tu ejemplar escrito.
Estoy ávida de leer tu segunda parte.
"Disculpa si no te contesto en breve, pues me voy de vacaciones".
Un abrazo.
BEGOÑA


Gracias Begoña. Un comentario halagador el tuyo que mellena de satisfacción. Que pases unasbuenas vacaciones amiga.
Abrazos.
J. Manuel
E. R. Aristy
Mensajes: 15475
Registrado: Dom, 11 May 2008 20:04
Ubicación: Estados Unidos
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Mensaje sin leer por E. R. Aristy »

Te felicito Jose Manuel por enfocar en los personajes que habitan a estas historias. Es asi,, que es una historia sin personajes? Cada personaje de la vida juega un papel estelar en la historia humana, sea que lo reconozcamos o no. Cuando alguien habla "de vidas pasadas", dicen que provienen de algun abolengo, nadie, ni en la fantasia, se identifica con la verdera poblacion del mundo.

Un fuerte abrazo,
ERA
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Josefa A. Sánchez
Mensajes: 11443
Registrado: Mar, 27 Nov 2007 21:33
Ubicación: Bizkaia

Mensaje sin leer por Josefa A. Sánchez »

Ya te había leído tus poemas bíblicos y ya me gustaron la primera vez. Un acierto.
Un abrazo.
Pepa
Prefiero ser verbal
y no adjetiva.
Perfecta ¿para qué?
si no es amandote.
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Israel Liñán
Mensajes: 4087
Registrado: Lun, 02 Mar 2009 0:38
Ubicación: Allá donde se cruzan los caminos...
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Mensaje sin leer por Israel Liñán »

Jose Manuel, con la sencillez de unos personajes secundarios consigues crear un halo de misterio, consigues que quiera conocer más, con tus versos has despertado más curiosidad en mí acerca de los Evangelios que todas las clases de religión juntas.

Voy a por la segunda parte.

Un abrazo.
Ana Muela Sopeña
Mensajes: 12245
Registrado: Sab, 29 Dic 2007 14:18
Ubicación: España - Bilbao
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Re: 1ª Parte: ANTES DE LA PASIÓN

Mensaje sin leer por Ana Muela Sopeña »

Muy interesante, José Manuel:

Historia sagrada y reflexiones del poeta que llegan profundamente al corazón.

Un abrazo grande
Gracias por compartir
y
Felicitaciones
Ana
La Luz y la Tierra, explosión que abre el corazón del espacio.
http://www.laberintodelluvia.com
Guillermo Cumar.
Mensajes: 14139
Registrado: Sab, 25 Jun 2011 17:21
Ubicación: Madrid

Re: 1ª Parte: Antes de la Pasión

Mensaje sin leer por Guillermo Cumar. »

La flor y nata del poder y la cultura estuvo en contra. De esa posición salieron Escribas y fariseos a dar la nota.
Aunque no quedó nada escrito sobre el tema hasta el año doscientos y pico.
Como la fe hace milagros estamos por creer y por pensar en un futuro muy muy muy desconocido.

Un abrazo
Cuanto más alto subes
más dura es la caída.
Responder

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