DIME QUE ME AMAS

[Maria Pilar Gonzalo]

Algunas noches, cuando las olas enfurecidas entregan su pecho entre las rocas, la espuma rellena de rabia me despierta envuelta de escarchas primigenias, lagos que siempre poblaron mi cuerpo con los labios amoratados esperando el amor recorrer mis entrañas.

Esta noche no me dejaré sorprender por la cencellada que paraliza mi huida.

Siempre soñé con esparcir a mi paso amapolas febriles, lilas inquietas, simientes perpetuas.

El mar me llama poderoso con un espasmo desafiante mas yo lo ignoro con canciones fantaseadas en mi niñez, me escondo en los bosques repletos de carrasca, en la lucha por sobrevivir entre lobos poderosos por la sangre regalada en el camino.

Cuando la hiedra renace cuajada de corazones, miro al infinito por si te veo llegar hablando de nuevo la lengua olvidada de los hombres.

Todo es en vano, ya abandonaste mis labios de niña enamorada. Ignoraste mis manos sedientas bordando tu camisa blanca con ribetes y ondas, dime romero ¿En qué corazón habitas...?

¿Tanto te cuesta decirme que me amas?

Ya salté al vacío de nuevo, las hierbas de enamorar se perdieron para siempre.

Mis cabellos fueron perdiendo sus brotes blancos, mis vestidos de conchas y estrellas de mar se oscurecieron entre eclipses totales en tus entrañas.

Ya solo queda suspirar amarrando los troncos que el mar devuelve en cada amanecer, por si uno de ellos te cobija en calma, cansado y perdido reclamando toda mi fe.

[Arancha Garci]

Bellas confesiones para arrancar una respuesta de amor, un gusto leerte.
Mis saludos.

[Maria Pilar Gonzalo]

Muchas gracias Arancha por pasarte a comentar.

Un abrazo.

[Gustavo Ledesma]

Dejo constancia de mi paso por tu bello poema, me gustó.
Saludos.

[Maria Pilar Gonzalo]

Muchas gracias compañero Gustavo por detenerte a leer este poema.

Un saludo.

[Begoña Egüen]

Algunas noches, cuando las olas enfurecidas entregan su pecho entre las rocas, la espuma rellena de rabia me despierta envuelta de escarchas primigenias, lagos que siempre poblaron mi cuerpo con los labios amoratados, esperando el amor recorrer mis entrañas.



Esta noche no me dejaré sorprender por la cencellada que paraliza mi huida.



Siempre soñé con esparcir a mi paso amapolas febriles, lilas inquietas, simientes perpetuas.



El mar me llama poderoso con un espasmo desafiante, mas yo lo ignoro con canciones fantaseadas en mi niñez, me escondo en los bosques repletos de carrasca, en la lucha por sobrevivir entre lobos poderosos por la sangre regalada en el camino.



Cuando la hiedra renace cuajada de corazones, miro al infinito, por si te veo llegar hablando de nuevo la lengua olvidada de los hombres.



Todo es en vano, ya abandonaste mis labios de niña enamorada. Ignoraste mis manos sedientas bordando tu camisa blanca con ribetes y ondas, dime, romero ¿En qué corazón habitas...?



¿Tanto te cuesta decirme que me amas?



Ya salté al vacío de nuevo, las hierbas de enamorar se perdieron para siempre.



Mis cabellos fueron perdiendo sus brotes blancos, mis vestidos de conchas y estrellas de mar se oscurecieron entre eclipses totales en tus entrañas.



Ya solo queda suspirar amarrando los troncos que el mar devuelve en cada amanecer, por si uno de ellos te cobija en calma, cansado y perdido reclamando toda mi fe.

Estimada amiga:
Me ha encantado tu poema aunque en sí es muy melancólico. Tengo yo un poema que en uno de los versos, empleo la misma frase que tú, y la verdad es muy difícil , cuando uno se encuentra en esa circunstancia. Espero que sea una inspiración - y no real.
Me encanta como escribes lo haces realmente bien.
Un beso amiga.
BEGOÑA.
uN BESO

[Begoña Egüen]

Algunas noches, cuando las olas enfurecidas entregan su pecho entre las rocas, la espuma rellena de rabia me despierta envuelta de escarchas primigenias, lagos que siempre poblaron mi cuerpo con los labios amoratados, esperando el amor recorrer mis entrañas.



Esta noche no me dejaré sorprender por la cencellada que paraliza mi huida.



Siempre soñé con esparcir a mi paso amapolas febriles, lilas inquietas, simientes perpetuas.



El mar me llama poderoso con un espasmo desafiante, mas yo lo ignoro con canciones fantaseadas en mi niñez, me escondo en los bosques repletos de carrasca, en la lucha por sobrevivir entre lobos poderosos por la sangre regalada en el camino.



Cuando la hiedra renace cuajada de corazones, miro al infinito, por si te veo llegar hablando de nuevo la lengua olvidada de los hombres.



Todo es en vano, ya abandonaste mis labios de niña enamorada. Ignoraste mis manos sedientas bordando tu camisa blanca con ribetes y ondas, dime, romero ¿En qué corazón habitas...?



¿Tanto te cuesta decirme que me amas?



Ya salté al vacío de nuevo, las hierbas de enamorar se perdieron para siempre.



Mis cabellos fueron perdiendo sus brotes blancos, mis vestidos de conchas y estrellas de mar se oscurecieron entre eclipses totales en tus entrañas.



Ya solo queda suspirar amarrando los troncos que el mar devuelve en cada amanecer, por si uno de ellos te cobija en calma, cansado y perdido reclamando toda mi fe.

Estimada amiga:
Me ha encantado tu poema aunque en sí es muy melancólico. Tengo yo un poema que en uno de los versos, empleo la misma frase que tú, y la verdad es muy difícil , cuando uno se encuentra en esa circunstancia. Espero que sea una inspiración - y no real.
Me encanta como escribes lo haces realmente bien.
Un beso amiga.
BEGOÑA.

[Maria Pilar Gonzalo]

Admirada Begoña

No sabes cómo me alegra saber que te ha gustado este poema.
Habrá sido la casualidad, sin duda, lo de emplear la misma frase...
A veces, las inspiraciones traspasan la realidad cuando menos lo esperamos ¿no crees?

En cualquier caso, agradezco tus palabras llenas de generosidad y cariño.
Aprovecho para hacerte llegar desde aquí, toda mi admiración.
Tu poesía es toda ternura y belleza.

Un beso azul

[Isabel Moncayo]

Creo que tengo que venir más por este espacio de prosa, me gustaron enormemente esas imágenes, aunque melancólicas, o tal vez por eso mismo, que tan bien has plasmado, María Pilar, yo además adoro el romero (es casi un fetiche) así como esas imágenes del mar adolorido.

Un abrazo.

[Maria Pilar Gonzalo]

Creo que tengo que venir más por este espacio de prosa, me gustaron enormemente esas imágenes, aunque melancólicas, o tal vez por eso mismo, que tan bien has plasmado, María Pilar, yo además adoro el romero (es casi un fetiche) así como esas imágenes del mar adolorido.

Un abrazo.

Muchas gracias Isabel por detenerte en este poema. Es un honor que te acerques a mis letras y tengas la deferencia de comentarlas.

Un saludo y mi admiración... bella dama amante del penitente.

[F. Enrique]

Tu poema es un descubrimiento fresco y extraño ¿Podría atreverme a decir que es un poema escrito en prosa? Sea como fuere y esto sé que no seré el único que lo perciba, está lleno de atractivos y lleno de poesía, con momentos que impactan a pesar de su sencillez; " Todo es en vano, ya abandonaste mis labios de niña enamorada."

Enhorabuena, María Pilar. Un saludo.

[Maria Pilar Gonzalo]

Tu poema es un descubrimiento fresco y extraño ¿Podría atreverme a decir que es un poema escrito en prosa? Sea como fuere y esto sé que no seré el único que lo perciba, está lleno de atractivos y lleno de poesía, con momentos que impactan a pesar de su sencillez; " Todo es en vano, ya abandonaste mis labios de niña enamorada."

Enhorabuena, María Pilar. Un saludo.

Hola F. Enrique

Te agradezco que hayas subido este poema que ya tiene algún tiempo y al que además le tengo un especial cariño.
Es muy bonito que pienses en su frescura y su sencillez porque es así como yo concibo los intentos poéticos.

Recibe un fuerte abrazo.

[Víctor F. Mallada]

Me gusta como escribes, María Pilar
Dejas aquí algunas frases para saborearlas una y otra vez.

Enhorabuena,
Un abrazo,

Víctor

[Maria Pilar Gonzalo]

Me gusta como escribes, María Pilar
Dejas aquí algunas frases para saborearlas una y otra vez.

Enhorabuena,
Un abrazo,

Víctor

Muchas gracias Víctor.

Me estoy acostumbrando a tus visitas compañero y me encantan porque son muy gratificantes.

Otro abrazo para tí.

[jose junco]

Precioso poema. Un beso.