SÓLO POR MIRAR

[José Manuel Sáiz]

Este poema ha sido modificado

[Julio Gonzalez Alonso]

SÓLO POR MIRAR


Sentado en la terraza de mi casa
contemplo el atardecer.

No miro más allá, ni me dejo llevar por las metáforas
traslucidas del aire. No. Es sólo
ese mirar displicente, sosegado, nada más –si acaso
contemplo a lo lejos el perfil de las montañas, los pájaros
o la alineación que toman algunos árboles
próximos al evento, sólo eso: a veces miro
sólo por mirar.

Desde el interior de la casa
ella me ve entregado a mi contemplación y piensa
que nacerá después un poema con la cara
de un ángel triste, o de un mirlo, y buscará ese verso
que lleve implícito, como tantas veces, su nombre
o nuestro amor (cariño mío, esta vez no.
Créeme cuando te digo, que a veces miro
sólo por mirar).

Y por descansar de ser poeta
todo el tiempo.


--oOo--

Me alegra llegar el primero a este poema. La casa, la exterior y física y la interior e inmaterial, es una imagen recurrente en tu universo poético, así como la contemplación de la que nacen estas aguas serenas del pensamiento y la emoción. Excelentes versos. Los he leído en voz alta y resultan soberbios. Enhorabuena.
Salud.

[Alejandra Goerne]

Y nuevamente está ahí, dentro de tu poema sin querer o queriéndolo. Me encanta entrar a tu ventana y asomarme por una esquinita para disfrutar tus versos.... siempre.
Un abrazo compañero poeta.

[Pilar Morte]

Uno se encuentra sosegado en la contemplación y también al leer tus poemas, ese sello inconfundible de tu paz. Reconforta leerte
Abrazos
Pilar

[Josefa A. Sánchez]

Es necesario a veces.(Pero no se si posible) Tu forma de contar siempre me llega y me fascina el hecho de que muchas veces parece que escribes mi vida.
Un abrazo.
Pepa

[lazaro Habana]

Mirar siempre mirar. Se escudriña y se llega
a la esencia pero es casi imposible dejar la poesía.
Hoy José te creces.

abrazo hermano


lázaro

[E. R. Aristy]

SÓLO POR MIRAR


Sentado en la terraza
contemplo el atardecer.

No miro más allá, ni me dejo llevar por las metáforas
traslucidas del aire. No. Es sólo
ese mirar displicente, sosegado, nada más –si acaso
contemplo a lo lejos el perfil de las montañas, los pájaros
o la alineación que toman algunos árboles
próximos al evento, sólo eso: a veces miro
sólo por mirar.

Desde el interior de la casa
ella me ve entregado a mi contemplación y piensa
que nacerá después un poema con la cara
de un ángel triste, o un mirlo, y buscará ese verso
que lleve implícito, como tantas veces, su nombre
o nuestro amor (cariño mío, esta vez no.
Créeme cuando te digo, que a veces miro
sólo por mirar).

Y por descansar de ser poeta
todo el tiempo.


--oOo--

Yo le llamo a esta contemplacion el sueno del poema, y si es un poema el acto mismo de la contemplacion y la comunion con la naturaleza. Me maravillas siempre, Jose Manuel.

Con admiracion y respeto,

ERA