...Y TÚ DE REPENTE

[José Manuel Sáiz]

Este poema ha sido modificado

[Pilar Morte]

Comprendo el poema perfectamente porque eso mismo me pasó a mí hace dos semanas.
Tus versos son muy hermosos fiel reflejo del instante. Me encantó leerte
Abrazos y Feliz Año Nuevo
Pilar

[E. R. Aristy]

"Treinta años después… media vida por delante,
sin esperarlo, en un instante, de repente…
¡tú!

Un autobús al que no vi,
me previno con su claxon a un suspiro de arrollarme;
que la nostalgia nos pone a veces
como sonámbulos caminantes en mitad de la calle.

Deberían colocar en las ciudades
grandes semáforos intermitentes
con luminosos corazones rojos
que advirtieran del peligro que conlleva
encontrarse a un viejo amor, cruzando en ese instante
las aceras.

Pues el poeta urbano tiene
los pies hollando la tierra, el alma volando cometas
y la mente viajando libre, lejos, en un jardín
del limbo en las afueras. "


Disfrute mucho este poema, capturas una experiencia que todos hemos vivido en algun momento, y lo haces muy bien.

[lazaro Habana]

Sabes contar en sensaciones y esa
es la belleza poética : sentir la palabra de otro.
Me gustó José, la admiración por lo vivido es el buen recuerdo

abrazos


lázaro

[Ramón Carballal]

Todas tus historias tienen un encanto especial por cómo sabes contarlas. En este caso se trata del reencuentro con un antiguo amor, algo que me suena muy cercano. Enhorabuena y feliz año.

[Julio Gonzalez Alonso]

Me temo que todos tenemos 30 años - algunos, incluso 40 - pendiente de algún reencuentro, casual o no. Me alegra haber descubierto lo que hay detrás de ello.
Salud

[Gabriela Cobian]

Es un poema bellísimo, lo he sentido en el alma, describes emociones tan reales, son cosas que suceden y te cambian el rumbo, te distraen quizás por un momento, o tal vez por un buen tiempo te quedes pensando en ese encuentro.
Abrazos
Gabriela

[Gabriel Vidal]

...Y TÚ DE REPENTE


Ayer te vi pasar frente a mí.
Treinta años después… al cabo de media vida…
sin esperarlo, en un instante, de repente…
¡tú!

Descabalgaron de mi mente cien jinetes a tu paso,
robando como bandidos
los latidos de mi corazón.

Estabas tan distinta… Ya no eras aquella niña
que reía mis bobadas de joven adolescente.
Pero seguías siendo, a pesar de todo,
la hermosa princesa rosa de mis sueños incipientes.

Y tú, la de ahora, aún llevabas como entonces
la misma aurora azul, asomando como una luz
por los labios de tu boca.

La ciudad, como nunca enloquecida,
se detuvo ante mi por un segundo.
(O tal vez… no se detuvo;
porque yo, al frente de mi espejismo,
pude verte desfilar como una reina
ante mil farolas reverentes).
La gente, los coches, los edificios…
todo se vino abajo en un momento
bajo el influjo de tus pasos.

Treinta años después… media vida por delante,
sin esperarlo, en un instante, de repente…
¡tú!

Un autobús al que no vi,
me previno con su claxon a un suspiro de arrollarme;
que la nostalgia nos pone a veces
como sonámbulos caminantes en mitad de la calle.

Deberían colocar en las ciudades
grandes semáforos intermitentes
con luminosos corazones rojos
que advirtieran del peligro que conlleva
encontrarse a un viejo amor, cruzando en ese instante
las aceras.

Pues el poeta urbano tiene
los pies hollando la tierra, el alma volando cometas
y la mente viajando libre, lejos, en un jardín
del limbo en las afueras.

(Lo digo tan sólo como ocurrencia…
…y como simple advertencia
de posibles accidentes).

--oOo--

Parece que la mente olvida, y el corazón le desmiente

Deberían colocar en las ciudades
grandes semáforos intermitentes
con luminosos corazones rojos
que advirtieran del peligro que conlleva
encontrarse a un viejo amor, cruzando en ese instante
las aceras.

Me ha gustado mucho tu poema, tiene todo melancolia, belleza y humor.

Lo mejor de lo mejor para ti, para este año que se asoma.

Un abrazo. Gabriel

[Ramón Ataz]

Muy bueno, José Manuel. Encantador y dotado de ese estilo personal que define tu poesía.

Abrazos y feliz año nuevo.