Carceleros

[Ana Muela Sopeña]

Ellos dicen que aman
pero van enjaulando con palabras
a sus víctimas del frío.

Se pasean con llaves por pasillos
controlan los teléfonos, las puertas,
las agendas, los móviles, las sábanas,
la ropa, los relojes y las frases.

Ellos dicen que todo lo que hacen
es por el bien del otro...,
pero todo es mentira.

Les gusta castigar,
meter entre las rejas a la gente
y así se van contentos a la cama.

Manipulan las horas y los días,
los meses y los años,
nadan entre sobornos y chantajes
y van minando al otro
hasta que ya no sabe ni quién es.

Los carceleros saben de la angustia
y sus víctimas crecen
en esa desnudez, hambre y exilio
de las prisiones lóbregas.

Sus casas ya no tienen luz ni agua,
toda la oscuridad se va adueñando
de las almas dormidas,
entre la muerte cruel o la desidia.

Caminan como zombis por los cuartos
de la desolación y la locura.

Parejas y familias que en el nombre
de un dios desconocido que es demonio
se cierran con candados a la vida
y se ponen grilletes para ser.

Mujeres, hombres, niños,
se meten en las jaulas
de hierro, cobre, acero y dobles vínculos.

Los carceleros saben que la angustia
es el noray de muchos seducidos
por esa soledad y ese vacío
que flotan en al aire del marasmo.


Ana Muela Sopeña

[Josefa A. Sánchez]

Cuanta verdad en estos versos de una clarividencia que estremece. Gracias por dejarlos.
Un abrazo.
Pepa

[Ana Muela Sopeña]

Gracias, Josefa, por pasar y dejar tu huella.

Un beso
Ana

[E. R. Aristy]

Ellos dicen que aman
pero van enjaulando con palabras
a sus víctimas del frío.

Se pasean con llaves por pasillos
controlan los teléfonos, las puertas,
las agendas, los móviles, las sábanas,
la ropa, los relojes y las frases.

Ellos dicen que todo lo que hacen
es por el bien del otro...,
pero todo es mentira.

Les gusta castigar,
meter entre las rejas a la gente
y así se van contentos a la cama.

Manipulan las horas y los días,
los meses y los años,
nadan entre sobornos y chantajes
y van minando al otro
hasta que ya no sabe ni quién es.

Los carceleros saben de la angustia
y sus víctimas crecen
en esa desnudez, hambre y exilio
de las prisiones lóbregas.

Sus casas ya no tienen luz ni agua,
toda la oscuridad se va adueñando
de las almas dormidas,
entre la muerte cruel o la desidia.

Caminan como zombies por los cuartos
de la desolación y la locura.

Parejas y familias que en el nombre
de un dios desconocido que es demonio
se cierran con candados a la vida
y se ponen grilletes para ser.

Mujeres, hombres, niños,
se meten en las jaulas
de hierro, cobre, acero y dobles vínculos.

Los carceleros saben que la angustia
es el noray de muchos seducidos
por esa soledad y ese vacío
que flotan en al aire del marasmo.


Ana Muela Sopeña

De la misma forma que hay muchas prisiones, y modos de imprisionar, asi tambien hay muchas liberaciones, y estados de liberar. Me ha conmovido tu entendimiento de tood cuanto nos entrampa.

abrazo,
E.Roxane Aristy

[Pilar Morte]

Hay unos cuantos carceleros para todos y luego hablamos de libertad. Qué dificil librarse de sus rejas. Lo dices muy bien.
Abrazos
Pilar

[Mario Martínez]

Hola Ana.
Hay cárceles y carceleros que ni siquiera sospechamos que existen, amiga mía.
Me ha encantado el poema. Abrazos.
Mario.

[Aubriel Camila de la Prad]

Ellos dicen que aman
pero van enjaulando con palabras
a sus víctimas del frío.

Se pasean con llaves por pasillos
controlan los teléfonos, las puertas,
las agendas, los móviles, las sábanas,
la ropa, los relojes y las frases.

Ellos dicen que todo lo que hacen
es por el bien del otro...,
pero todo es mentira.

Les gusta castigar,
meter entre las rejas a la gente
y así se van contentos a la cama.

Manipulan las horas y los días,
los meses y los años,
nadan entre sobornos y chantajes
y van minando al otro
hasta que ya no sabe ni quién es.

Los carceleros saben de la angustia
y sus víctimas crecen
en esa desnudez, hambre y exilio
de las prisiones lóbregas.

Sus casas ya no tienen luz ni agua,
toda la oscuridad se va adueñando
de las almas dormidas,
entre la muerte cruel o la desidia.

Caminan como zombies por los cuartos
de la desolación y la locura.

Parejas y familias que en el nombre
de un dios desconocido que es demonio
se cierran con candados a la vida
y se ponen grilletes para ser.

Mujeres, hombres, niños,
se meten en las jaulas
de hierro, cobre, acero y dobles vínculos.

Los carceleros saben que la angustia
es el noray de muchos seducidos
por esa soledad y ese vacío
que flotan en al aire del marasmo.


Ana Muela Sopeña

Ana querida, tremendo tema y tremendo poema.
Los "carceleros", además de encarcelar a otros, se encarcelan también a sí mismos. Coincido con Roxane, hay muchas formas de aprisionar pero también muchas de liberación.

Beso enorme.

[Ramón Carballal]

Lúcidos versos, Ana. Por desgracia hay mucha verdad en ellos. El poema es otra muestra de tu talento. Un abrazo.

[José Manuel Sáiz]

Corroboro los comentarios de mis compañeros. Pero añado la reflexión de preguntarnos de quién o de quienes somos a veces carceleros nosotros aparte de nosotros mismos. Ahora me viene a la cabeza algunas de estas personas prisioneras de mis actos y corro, abiertos los ojos por ti, a abrirles a ellas las puertas de sus celdas.
Un poema escrito con soltura que imprime una reflexiva agilidad a cada verso.
Un abrazo, amiga.
J. manuel

[Angel Valles]

Ana, simplemente aplaudo estos versos.
angel

[lazaro Habana]

Esto me llegó al alma.
Conozco muy cerca esos rostros de mosntruosos carceleros.
Me gusta cuando una mujer trata estos temas con tanta valentía,
he aprendido mucho de las mujeres..

Gracias Ana


abrazos

lázaro.

[Ana Muela Sopeña]

Roxane, es un placer que el poema te haya gustado.

Un abrazo grande, compañera poeta
Ana

[Susa Campos]

Me encanto este poema que habla de las cárceles aun las invisibles que son las más injustificables.Aplausos, Ana.

[Ana Muela Sopeña]

Mil gracias, Pilar, por venir:

Un beso grande
Ana

[Ana Muela Sopeña]

Gracias, Mario, por brindarme tus palabras.

Un beso grande
Ana