“Mire vuestra merced –respondió Sancho,
que aquellos que allí se aparecen no son gigantes
sino molinos de viento”.
La joven el valiente y los delfines
Qué importante es tener a nuestro lado
un buen amigo sancho que prevenga
de cantos de sirena y de molinos
tomados por gigantes
Lo digo más que nada porque la otra tarde en el náutico
me tropecé con una muchacha que miraba
al mar con ojos tristes y yo la miraba también a ella
con los míos
no tan tristes
Y me dio por pensar quijote de mí que aquella joven
trataba de arrojarse al mar desesperada por culpa de un amor
o una pena o tal vez por ambas cosas pero arrojarse
al fin y al cabo al mar
y al instante saltar valiente yo tras ella y sentirnos
hundir bajo la espuma
y en una acción heroica cogerla a mí con fuerza
tratando de subir a toda prisa
Alcanzada por fin la superficie
nadar con una mano separando
con el pecho ella yo con los labios el millar de caracolas
que se acercan curiosas al evento pasado el susto
relajarnos
y dejarnos llevar por los delfines que en estos casos
vienen siempre al auxilio de los hombres
Y ya en tierra quijote y dulcinea tratar de abrir los bronquios
y los párpados
inspirar con apremio dando gracias desenredando el alga
que por costumbre cuelga del hombro del ahogado e ignorar
al barbo y al erizo que nos miran
con algo de nostalgia
Resuelta la proeza permitir que la joven
me bese cuanto quiera
mientras miro para otro lado como quitándome
importancia
Dulcinea es usted un héroe
Quijote no lo crea tampoco es para tanto
Dulcinea jamás le olvidaré
Quijote bah ha sido poca cosa
Finalizado el diálogo
y al cabo de un silencio prolongado
jurarnos un paseo con derecho
a cena y a café
Pero nada de esto sucedió
lo que pasó realmente es que un corsario
moreno y con bigote
se acercó a la muchacha al timón de su flamante galeón
4x4 azul descapotable rescatando
a ella de su naufragio y a mí de mis ensueños
Nadie se percató que mientras tanto
en el náutico
los delfines saltaban incomprensiblemente y por decenas
a tierra desde el mar quizá por error quizá por pena
tal vez por ambas cosas engañados posiblemente
por cantos de mujeres o por faros
tomados por gigantes
Por eso qué importante es tener a nuestro lado
un buen amigo sancho que prevenga a quijotes
y delfines de estos y otros muchos
disparates
