todos rectos, el chaqué bien ajustado,
las manos
pasando dedos contoneando la espalda,
en hilera ,
( ta ta tannn )
ni una pluma sin gomina,
nada que presumiera un alma en desasosiego.
¿ Quién amordazó los verbos clamando por la injusticia ?
¡ Que duerma el pobre cartones y el niño los basureros !
Que hilen hilos los necios en carretes de otros sueños
que no concibe mi mundo
ni casa con los conciertos de burguesas sociedades.
Voy a tomarme un Martini mientras repaso mis botas
- que se llevan y eso mola -
con pantalones por dentro.
(Siguen las hileras de pingüinos engominados y pingüinas entobilladas ¿acaso soy ya una de ellas? de momento no me gusta el Martini y me sigue matando la mirada del niño que pide hambre)