Carta a una amiga en Santa Mónica, California

[jorge muñoz]

Carta a una amiga en Santa Mónica, California

Querida amiga:

Aquí llueve. Las gotas caen pesadas y forman pequeños riachuelos que desaparecen al borde del sendero. Mi espíritu por momentos se empequeñece y me gana la ansiedad. Pienso en otros lugares y otras manifestaciones naturales. La nieve, que baja del cielo como pequeñas motas de algodón y todo lo convierte en blanco. Los pequeños, con sus gorros y trineos deslizándose formando caminos. Los acantilados y los grandes picos montañosos. Veo el vuelo del águila dorada o el majestuoso cóndor en los Andes. Las flores que enriquecen con su colorido la existencia y en el recorrido del pensamiento. Pienso en ti, la mujer que es prototipo de belleza y dulzura. Entonces, mi corazón se transforma. Mi mente se ilumina, como si el sol apareciera de repente en la ruta que trasciende a mi espíritu. Con su luz, la naturaleza recobra su vitalidad. A lo lejos oigo el ladrar del perro como sinónimo de alegría.

Las horas han pasado. En mi ensimismamiento el chaparrón ha cesado. La tierra tiene ese olor tan característico, que comulga la vida. Se acerca la noche con sus propias magias. Empiezan a encenderse las luces artificiales para dar paso a otro tipo de vida. Los bares adquieren importancia para ayudar a disfrazar alegrías y tristezas. Las dueñas del strepteasse, desfilan con sus atuendos multicolores y la máscara en sus rostros. El bohemio cantante, espera los efectos del licor en su cuerpo. Es la vida multiforme de pueblos y ciudades, donde todo tiene su razón de ser.

Amanece. El rocío de la mañana posa sus labios frescos en las rosas y los niños en busca de sapiencia acuden a la escuela. El baño mañanero sacará el sopor del sueño, y pronto las tareas de oficina ocuparán mi inteligencia. Más tarde, vendrá la hora de salir a enfrentar los fantasmas del tiempo.

Siento que se detiene el reloj. Como ayer, llueve. Es la típica estación del invierno en el Trópico, donde el cielo se desgrana en nubosidad, truenos y lluvia.

Pienso lo divertido que sería compartir contigo las montañas que rodean mi pueblo y también hablar de tu mundo fantástico. Es difícil, lo sé. Lo que no me parece irrealizable es soñar contigo como lo estoy haciendo ahora. Justo cuando todavía faltan horas para que llegue el momento de dormir. Insensato me dicen, cuando creo metáforas inalcanzables. Otras me dice, poeta tu estás loco.

Espero cosas buenas de ti. Te estoy imaginando rodeado de viñedos en California. Me gusta tanto el vino como la dulzura de unos ojos verdes.

Abrazos
_________________

[Miguel Santillana]

Muy bello y entusiasta poema lleno de sosiego y esperanza. Un gusto haberte leído.
Mi saludo.

[jorge muñoz]

Muy bello y entusiasta poema lleno de sosiego y esperanza. Un gusto haberte leído.
Mi saludo.

Gracias Miguel por tu comentario y atención. Un saludo

[Andrés Caparrós]

Estupenda prosa poética, me ha gustado mucho ese estilo literario tan sincero y las metáforas tan bien plasmadas. Mi enhorabuena.
Saludos cordiales.

[jorge muñoz]

gracias Andrés por tu comentario. Un saludo