los cajones somnolientos bostezan intimidades
y mis bolsos juegan al Monopoly probándose los carmines,
el sin fin de pañuelos y foulares con que ajusto los vaqueros
yacen estupefactos alfombrando
las cornisas del Puente de los Suspiros.
Pero.. ¿dónde? ¿dónde lo habré colgado ?
He intentado un cierto orden deshojando los senos de mi cabeza:
el cerebro, el cerebelo y hasta el bulbo raquídeo se oxigenan
rememorando a Caravaggio en la decapitación de Holofernes.
No hay duda, se ha evaporado en volcánica ebullición,
cada vez que oiga el pitido de la olla exprés,
recordaré el largo tren de los somorgujos
aguardándome impacientes.
Me reconforta pensar, TIEMPO , que posiblemente
no te he dejado tirado en una cuneta,
que he bebido tus pasos y las prisas y los años.
TIEMPO , vamos a darnos tregua pero sin pactos con Cronos:
Yo te dejo a tu albedrío y tú
me conduces a Berna.
( A veces, hay que dialogar con lo que acompaña tu vida, como es el caso imperioso de Don Tiempo, escribí este pseudopoema en 2007 y en Alicante, lo retomo en 2010 y en Alicante, ni siquiera sé si nos hemos respetado en el pacto ¿tú qué dices, TIEMPO? ) (Ah, y sé que son somoMUjos, pero mi amigo Lucas dice que este palabro es tipicamente mío , vidaliano,y que lo deje así, bueno, como ya dije que es bobo... le hago caso)