EHÉCATL X, XI

[deepeye]

EHÉCATL

X

...lo único cierto pues,
es que hay al menos algo que es verdad.
Aquí hemos hablado de tres verdades:
Dios, el viento y nos/
y es quizá el viento, el puente que une a Dios
con su creación de vida y muerte.
Porque para cada Ser y para cada cosa
a sí misma se mira cierta –y no deja de ser interpretación- pero no puede igual
con lo demás/
ni los despóticos glaciares
que en los polos transgreden sigilosos su faraónica morada
ni las furibundas brasas de los volcanes agrestes
de raíces embarazadas
ni siquiera el tumultuoso estallido de insectos
presas de su propia muchedumbre
pueden decir con certeza plena
que cuanto les rodea es tal
desde sus más desorbitados sentidos;
y de sí mismos, sólo el pulular del viento
-por instantes- puede darles tal certeza
porque él no puede ocupar nuestro lugar
más que como un respiro que se apaga,
más que como una caricia que nos envuelve
dándonos dulces cucharaditas de clima y sonetos.

XI

Cantando van las almas por la cuesta esquizofrénica
del lado oscuro del revolvente río de imágenes caducas
bajo la mirada de una simiente escurridiza
de vetos moderados y caóticos,
donde se inventa el rojo almendro de las delicias
que las almas a su paso van robando al viento;
llorando van ellas en su viaje desconcertante
-aunque siempre repetido- debajo de la noche/
como gambusinas se dispersan,
en un solar azul de luna fría/
en aullidos de lobo de la estepa;
perdidas van, somnámbulas –y pese a ello-
trémulas de un miedo añejo.
¡Ay, los ojos del viento que todo lo miran! –y-
¡Ay, de las almas que se pierden en su noche!
Porque no hay mayor tristeza que regresar a su simiente
envueltas en olvido –perturbadas, sí-
pero insolentemente amnésicas.
Porque la verdad vista a ojos de lechuza
en ese cúmulo de instantes, se ha ido:
se pierde en la memoria, se esconde... se aniquila.

Ya viene el despertar
que es el sueño torpe de la vida,
...o de la muerte en vida.

Fin

[Administración Alaire]

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