Angel Sarroca escribió:Óscar,
Estremecedora introspección en la que late una reflexión sobre la propia vida y su sentido.
El poema me ha gustado. He intentado analizar tu estructura rítmica, pues sé que cuidas mucho tus poemas, y encuentro una forma polimétrica con apoyo en general en la 6ª sílaba, salvo quizás en el 4º verso, pero te agradecería algún autocomentario al respecto para avanzar en mi comprensión de la estructura de este tipo de formas.
Un abrazo,
Ángel
En primer lugar, compañero Ángel, gracias por el comentario sobre el contenido del poema.
En segundo, me pides un análisis de la forma de este poema. Creo que podría darte un somero recorrido versal, a modo de justificación rítmica del poema, pues se basa en la yuxtaposición de metros imparisílabos.
Estamos de acuerdo en que existe una polimetría, aclarando que esta polimetría es absolutamente imparisílaba. Hasta hoy no me convence la mezcla de versos pares con impares; me parece muy difícil lograr un ritmo armónico bajo estas condiciones (o todo par o todo impar, esta es mi premisa). Ahora bien, en este poema existe una yuxtaposición de metros, enlazados de forma tal que las pausas deberían nacer de una entonación que el lector intuya (aunque lleva una señal intrínseca que, en la mayoría de los versos, nace de las cláusulas psíquicas). Pero, debo reconocer que estas pausas no están marcadas, no son visibles, por lo que, ante una mala lectura, podría perderse la armonía rítmica.
En este punto, no estaría de más agregar que la yuxtaposición está hecha de tal forma que pueda leerse cada verso sin rigidez alguna. Para ello se apela también a los emparejamientos métricos. Por ejemplo, si un verso está compuesto por dos metros yuxtapuestos, digamos, por ejemplo: 7+9; entonces, tratar de “emparejar” con otro de la misma índole, para que el oído del lector logre recibir la armonía de la aclimatización.
A continuación, te presento la escansión de los versos y algunas observaciones puntuales.
Hoy es aún mi tiempo, (7) tal vez una de las últimas noches (11)
De fácil entonación, ya que la puntuación ayuda decididamente
donde pueda oír un nocturno de Chopín. (13)
En este verso tridecasílabo existe un acento antirrítmico en 5ª, pero el acento en 8ª y 12ª rescatan su naturaleza imparisílaba.
Soy un hombre mecánico, (7) con ritmo temporal (7)
en mi estructura osteológica (9) y en la función de mis arterias, (9)
y tan sólo me resta ennoblecer (11) los sucesos errantes de mi psiquis (11)
por las venas con tufo (7) a sangre accidentada, (7)
a sueños carcomidos por la abulia, (11)
a eternidad sin gloria, (7)
como tristes historias (7) de amor de drogadictos. (7)
En toda esta estrofa no se presentan mayores traumas. Quizás el único verso que podría confundir un poco es el 2º: (9+9), ya que exige deshacer la sinalefa (dialefa).
Crear palabras cordiales (7) para los solitarios, (7)
y como ellos (5) ser también un hombre nocturno (9)
acostumbrado al coro (7) impertinente de los grillos. (9)
No desangrarme más (7)
rastreando las notas (7) de algún violín muerto de amor. (9)
En esta estrofa existe una supremacía de versos eneasílabos yuxtapuestos, por cuya razón, creo, la lectura puede presentarse sin mayores problemas. Quizás el verso (5+9) sea un tanto forzado, pero, en todo caso, podría enmendarse con este arreglo: “y como todos ellos (7)”.
Estoy junto a la vida, amo lo vivido, (13)
cerca de los recuerdos (7) -grandes blanqueadores de mi alma-. (11)
Pero pasaron muchos años, (9)
y a montones recojo (7) escombros de mi empeño, (7)
y se vuelven los árboles más débiles, (11) como mi madre, (5)
aunque la noche sigue (7) tranquila hacia su lecho helado. (9)
En esta estrofa, la mayoría de las pausas internas están definidas por la puntuación; así, pues, no exigen mayor esfuerzo para la entonación. El primer verso, donde se lee un claro heptasílabo, seguido de una coma, debe entenderse como un verso largo (tridecasílabo), porque el contenido semántico es casi idéntico en ambas oraciones. La segunda es como un eco de la primera. El 4º que carece de puntuación interna, es, sin embargo, un alejandrino fácil de detectar, para leerlo sin sinalefa. Reconozco, sí, que el verso (7+9) es el más difícil de descubrir, ya que el adjetivo se encuentra ubicado fuera de su cláusula natural. Digamos, entonces, que se trata de una pequeña licencia.
Voy cayendo a la tierra (7) como una semilla con alas, (9)
en búsqueda poética (7) de hundirme en surco fértil, (7)
y un temblor de retoño (7) se extiende por mis ramas, (7)
y cada día saco fuerzas de mis hojas muertas, (15)
del crepúsculo –cofre (7) de todos mis secretos-. (7)
En esta estrofa, el verso ubicado en medio de dos alejandrinos, un pentadecasílabo, exige la lectura de corrido, cualquier pausa interna haría perder su armonía. La lectura corrida nos da la ventaja de los acentos absolutamente rítmicos. Los acentos de este verso caen todos en sílabas pares: 2-4-6-8-12-14. En cuanto a los demás (con 3 alejandrinos), creo que la entonación no reviste problema alguno.
Y en una de estas noches (7) de brillantes estrellas (7)
descargará el destino (7) su furia sobre mí. (7)
Por último, nos encontramos ante dos parejas de alejandrinos, versos muy apropiados para componer poemas en verso libre.
Podríamos terminar diciendo que el poema tiene una predominancia de versos alejandrinos (7+7), y variantes hechas sobre este esquema.
Un abrazo, querido amigo.
Óscar