Editorial Alaire

J. J. Martínez Ferreiro escribió: ↑Sab, 29 Jun 2013 22:47 Hace ya tiempo que agoniza la belleza
en la fiebre paciente de la casa.
Cuando marchaste rompieron los huesos del verano.
De las ropas tiradas en el suelo
quedaron trozos amorfos del amor
y exfoliados aromas de una carne
ya muy lejana.
Pero, así como titila en la niebla
el filo de un cuchillo,
reaparece tu cuerpo en la humareda de los días.

Todas las cosas de la ausencia,
son como buques quietos
que no lastiman;
en su cansancio apenas rozan los delfines interiores.
Pero sí que atormenta el peso de algunas maromas,
esa animalidad que surge inesperadamente
en la frialdad de los puertos, sesgando las esquinas,
tropezando de frente con los sólidos del aire,
antimateria impura, revés de los acuíferos de oro.

El postrero naufragio de tu avance
resistirá como una lancha sumergida,
envejeciendo abandonada
pero soñando.

Amigo Ferreiro, mi sinmcera felicitación, poeta.


Desde la soledad de mi isla, un fuerte abrazo.

José Manuael F. Febles

J. J. Martínez Ferreiro escribió: ↑Sab, 29 Jun 2013 22:47 Hace ya tiempo que agoniza la belleza
en la fiebre paciente de la casa.
Cuando marchaste rompieron los huesos del verano.
De las ropas tiradas en el suelo
quedaron trozos amorfos del amor
y exfoliados aromas de una carne
ya muy lejana.
Pero, así como titila en la niebla
el filo de un cuchillo,
reaparece tu cuerpo en la humareda de los días.

Todas las cosas de la ausencia,
son como buques quietos
que no lastiman;
en su cansancio apenas rozan los delfines interiores.
Pero sí que atormenta el peso de algunas maromas,
esa animalidad que surge inesperadamente
en la frialdad de los puertos, sesgando las esquinas,
tropezando de frente con los sólidos del aire,
antimateria impura, revés de los acuíferos de oro.

El postrero naufragio de tu avance
resistirá como una lancha sumergida,
envejeciendo abandonada
pero soñando.

J. J. Martínez Ferreiro escribió: ↑Sab, 29 Jun 2013 22:47 Hace ya tiempo que agoniza la belleza
en la fiebre paciente de la casa.
Cuando marchaste rompieron los huesos del verano.
De las ropas tiradas en el suelo
quedaron trozos amorfos del amor
y exfoliados aromas de una carne
ya muy lejana.
Pero, así como titila en la niebla
el filo de un cuchillo,
reaparece tu cuerpo en la humareda de los días.

Todas las cosas de la ausencia,
son como buques quietos
que no lastiman;
en su cansancio apenas rozan los delfines interiores.
Pero sí que atormenta el peso de algunas maromas,
esa animalidad que surge inesperadamente
en la frialdad de los puertos, sesgando las esquinas,
tropezando de frente con los sólidos del aire,
antimateria impura, revés de los acuíferos de oro.

El postrero naufragio de tu avance
resistirá como una lancha sumergida,
envejeciendo abandonada
pero soñando.

Josefa A. Sánchez escribió: ↑Mar, 17 Mar 2015 4:05 Lo vuelvo a leer con el mismo asombro y admiración de la primera vez. No si si mejora con los cambios, pero sí que las dos versiones me gustan.
Un abrazo.
Pepa

Juan Cruz Bordoy escribió: ↑Mié, 03 Jun 2015 0:50 Querido José Juan: Es un poema muy logrado en el cual nos muestras situaciones que reflejan nostalgias. Pero tu pluma, ha querido tal vez conducirlas por sentimientos con claras consecuencias del pasado, todavía presente en el martirio de un recuerdo que posiblemente diriges a una persona oculta ante mis ojos por la niebla del vivir. Largo es para ti el tiempo del silencio, engendrado por el destino en el mar de la mente. ¿Quisieras tu que las olas se llevaran aquel naufragio perdido en tu alma, o que la marea devolviera los restos del encanto para reconstruir la ilusión?
Un abrazo y un beso, Juan Cruz.

Mitsy Grey escribió: ↑Sab, 27 Feb 2016 0:46 Preciosa entrega de extrema calidad poética... Felicitaciones Ferreiro, es siempre bello el encuentro con tu buena poesía.

Un gran abrazo.

Mitsy

Vicente Fernández-Cortés escribió: ↑Mié, 03 Jun 2015 1:22 Realmente un poema sensacional que me pone a cavilar.
No hay duda, poeta por los cuatro costados.

Mi abrazo emocionado.