Editorial Alaire

Ramón Carballal escribió:Enhorabuena, es muy merecida la distinción a tu poema. Un abrazo.

Guillermo Cuesta escribió:Introspectivo y propio es el enigma que cuaja en tu poema. Dosificas la tentación de dar a conocer todos los alrededores del sentir
con una pluma maestra de atención y literatura.

un abrazo

Ana Muela Sopeña escribió:Un poema, Jerónimo, con una gran carga simbólica.

Es un poema original, lleno de aciertos poéticos y con un estilo diferente a lo que te había leído.

Enhorabuena
Aplausos a montones
Besos de amistad y fraternidad poética
Ana

Manuel Sánchez escribió:Jerónimo, mi enhorabuena por la distinción a tu poema.

Un fuerte abrazo.

Rafael Zambrano Vargas escribió:Jerónimo Muñoz: Gran poema y merecedor de la distinción, hecho con gusto estilista de vanguardia y élite, preciosas
metáforas, que mucho sugieren y satisfacen al lector, por su simbolismo.

Aplaudo este poema con gusto

Un abrazo poeta

Rafael

Josefa A. Sánchez escribió:Ültimamente entro poco al foro y hacerlo y encontrarte ahí arriba, tan justamente premiad0, me produce una profunda alegría. Tu soberbio poema no merece menos. Enhorabuena.
Un abrazo.
Pepa

Ramón Castro Méndez escribió:Gran poema, cargado de simbolismo, donde una voz agónica parece rebelarse frente a su destino y frente al mundo. Un placer pasar por tus letras. Mi enhorabuena por el merecido galardón.

Un abrazo.

Rosa Marzal escribió:Tu magnífica voz poética pone el dedo en la llaga de una sangrante realidad.

Un poema que me ha encantado en fondo y forma. Mi sincera enhorabuena, Jerónimo. Merecido reconocimiento.

Un abrazo.

Manuel Alonso escribió:Enhorabuena Jerónimo, es un poema sobrecogedor y hermoso. Un abrazo, amigo.

Jerónimo Muñoz escribió:GLOBALIZACIÓN DEL METAL

Eran tan obvias las desigualdades
que nadie se atrevió a pedir perdón
por miedo a los cadalsos de inicua sodomía.
Sabía que los mayores estaban muy versados
en los tirabuzones del pensamiento
y que yo únicamente alcanzaba a sentir
la sed de las palomas que vuelan en la niebla.
Sabía que la carencia de metales
me vedaba lograr el eco de mi voz,
voz de algodón relleno de utopías,
voz que golpeaba indefensa
contra el muro de la continuidad
perpetua.
Y yo, ¿qué podía hacer?
Grité, vociferé. Miré a lo lejos
y allá, en el horizonte
de las palomas que en la niebla vuelan,
hallé al fin un espejo en el que vi mi carne,
carne sanguinolenta, carne líquida,
sangre que mitigaba, en pro de los mayores,
la sed de las palomas disecadas.
Triste destino el de los roncos,
ovejas conducidas por sendas pedregosas
hasta el acantilado altísimo
que conduce a las simas de esta especie,
donde yacen los huesos de todos los afónicos
que no tienen metales para arropar su voz.
Miré a lo lejos y avisté los cadáveres,
todos los esqueletos que sustentan la base
de este imperio del lodo y las gafas de sol.

Arturo Rodríguez Milliet escribió:

Jerónimo Muñoz escribió:GLOBALIZACIÓN DEL METAL

Eran tan obvias las desigualdades
que nadie se atrevió a pedir perdón
por miedo a los cadalsos de inicua sodomía.
Sabía que los mayores estaban muy versados
en los tirabuzones del pensamiento
y que yo únicamente alcanzaba a sentir
la sed de las palomas que vuelan en la niebla.
Sabía que la carencia de metales
me vedaba lograr el eco de mi voz,
voz de algodón relleno de utopías,
voz que golpeaba indefensa
contra el muro de la continuidad
perpetua.
Y yo, ¿qué podía hacer?
Grité, vociferé. Miré a lo lejos
y allá, en el horizonte
de las palomas que en la niebla vuelan,
hallé al fin un espejo en el que vi mi carne,
carne sanguinolenta, carne líquida,
sangre que mitigaba, en pro de los mayores,
la sed de las palomas disecadas.
Triste destino el de los roncos,
ovejas conducidas por sendas pedregosas
hasta el acantilado altísimo
que conduce a las simas de esta especie,
donde yacen los huesos de todos los afónicos
que no tienen metales para arropar su voz.
Miré a lo lejos y avisté los cadáveres,
todos los esqueletos que sustentan la base
de este imperio del lodo y las gafas de sol.

Vuelo alto de palomas en la niebla, reconocimiento del espejo como inexorable limite final
que nos permite escrutar la propia miseria mientras más nos acercamos a la esencia,
sobrevolar la historia humana hecha osamenta y continuar el vuelo reconociendo la inutilidad del grito...

Exquisita filigrana de ricos simbolismos que dan cuenta de una sabiduría sensible y cercana.
Un elevado conocimiento de lo humano con una sobresaliente destreza lírica
que hace gala de un ritmo que cautiva y nos eleva con su vuelo.

Me has hecho recordar aquello que aprendí en aquel intercambio contigo:
La poesía te toma en primera instancia por el disfrute estético,
mucho antes de que tomes de ella su significado.
Me emociona leerte en esta entrega y me alegra mucho su merecido reconocimiento.
Un abrazo Jerónimo!

Jerónimo Muñoz escribió:
...ovejas conducidas por sendas pedregosas
hasta el acantilado altísimo
que conduce a las simas de esta especie,
donde yacen los huesos de todos los afónicos
que no tienen metales para arropar su voz.
Miré a lo lejos y avisté los cadáveres,
todos los esqueletos que sustentan la base
de este imperio del lodo y las gafas de sol.