Escuchando a Leonard Cohen

[Joan Port]

Se me había pasado éste Joan. Tremendo poema hermano. No sé que están bebiendo tú y Jaume pero cada poema que les leo es mejor, aquí, además de la habitual genialidad de imágenes y sensaciones que disparan tus poemas, noto un ritmo preciso y armónico. Y la puerquedad de siempre jaja.

Un abrazo grande!!

JAJAJAJ, bueno hermano siempre queda el puerco, abrazos fuertes Fermin

[F. Enrique]

Vamos a tener que ir admitiendo, Joan, que tenemos algunos puntos en común que nos acerca, y ahora, un poco perdido en esta ola que se lleva los recuerdos, encuentro que tú también le rindes un homenaje a quien alguien definió como un judío con alma de gitano. Leo tu poema y me recuerda por la cadencia a esa etapa de Cohen en la que volvió a surgir desde el más sórdido fracaso, allá a mediados de los años ochenta, una etapa que hasta hace poco no conocía suficientemente, centrado como estuve casi siempre en sus primeros trabajos, y que me ha dado canciones imprescindibles, empezando por "Tower of songs". Alabo tu poema y celebro que nos veamos con Leonard y te invito, aunque supongo que ya lo conoces, en la inmersión radical en su mundo de perdedores incorregibles pero con alma, aunque siempre en el límite de perder ese nombre.

Vamos, socio, algun día tendremos que brindar por los viejos y, en cierta forma, buenos tiempos, y que sean regados con versos como los tuyos.

Un abrazo.

[F. Enrique]

Creo, Joan (estoy seguro de que eres más joven que yo) que tu introspección en Cohen es espléndida, pero sólo das unas pocas pinceladas del Cohen de 1971, el de canciones de amor y odio. No es el mejor disco de la música popular, no tiene la complejidad, ni el universo diverso de Revólver. Lennon, McCartney y Harrison parecen una sola persona, y el mal batería que era Ringo ralentiza el ritmo con toques jazzísticos que deja rienda suelta a los genios que tenía como amigos y flirtean con los alucinógenos que no necesitan para decir basta ya de ser una máquina de hacer dinero.

Avalanche, Joanne of Arc y Famous blues raincoat sólo están al alcance de un genio que se sufre a sí mismo perdido entre dos religones que siendo la misma se odian en silencio. No manchemos el nombre de Cohen otorgándole el Nobel de literatura, no necesita estrella quien nació estrellado.Un abrazo, tengo el placer de haber llamado la atención de jóvenes que daréis que hablar; Naster, Alberto y tú, rodeados de cuentasílabas y buscadores de metáforas. Reconozco, Joan, que soy un experto en meterme en líos, y creo que lo último habría que matizarlo, y más teniendo en cuenta la naturaleza de las personas que escribimos; somos suceptibles, yo al menos lo admito en mí mismo, quizás no era necesario indicar mis preferencias ya que hay otras formas de indicarlo y que hay quienes cuidan las formas y merecen todos mis respetos y quienes tienen una tendencia al lenguaje metafórico y sobresalen por sus logros y sus asombroso universo de imágenes, y no digamos cuando se unen ambas cualidades . No he estado afortunado y quisiera que nadie se diera por aludido, ese regusto amargo me llega de otras fuentes y de otras experiencias, no tiene nada que ver con este Foro.

Un abrazo socio, si no se dan cuenta de lo grande que eres es que yo estoy loco.

[Joan Port]

Creo, Joan (estoy seguro de que eres más joven que yo) que tu introspección en Cohen es espléndida, pero sólo das unas pocas pinceladas del Cohen de 1971, el de canciones de amor y odio. No es el mejor disco de la música popular, no tiene la complejidad, ni el universo diverso de Revólver. Lennon, McCartney y Harrison parecen una sola persona, y el mal batería que era Ringo ralentiza el ritmo con toques jazzísticos que deja rienda suelta a los genios que tenía como amigos y flirtean con los alucinógenos que no necesitan para decir basta ya de ser una máquina de hacer dinero.

Avalanche, Joanne of Arc y Famous blues raincoat sólo están al alcance de un genio que se sufre a sí mismo perdido entre dos religones que siendo la misma se odian en silencio. No manchemos el nombre de Cohen otorgándole el Nobel de literatura, no necesita estrella quien nació estrellado.

Un abrazo, tengo el placer de haber llamado la atención de jóvenes que daréis que hablar; Naster, Alberto y tú, rodeados de cuaentasílabas y buscadores de metáforas,

Un abrazo socio, si no se dan cuenta de lo grande que eres es que yo estoy loco.

Los muchachos de azul ya no existen,
ni el champan junto a la copa de la noche
la musica se pierde en sinfonias bajo las estrellas perdidas de oriente
en los crepusculos blancos del viento se pierden en cenizas nuestro nombre,
somos historia, trinchera abatida,
cualquier revolución debio perdurar implorando piedad ante los dioses,
el suicidio es el camino, para anhelar la vida junto a la hierba de los troncos,
ríos de locura cabalgan en sus aguas frescas libres del pecado de la vida
la juventud es rezar arrodillado ante la felicidad que a todos nos robaron.

Un abrazo socio, pense en los muchachos de azul de Cohen y me salio esto.
Un saludo.

[Bruno Laja]

Hola, Joan,
"danza herido el mundo", como una peonza llena de agujeros, y por ellos respira. Un bello homenaje para un poeta primordial. Un placer de lectura. Un saludo.

[F. Enrique]

[JUSTIFY]Soberbio, Joan, quizás de forma autónoma o flirteando con el propio poema. La vida es dura pero, ya ves que Leonard sigue ahí, con una energía que asusta, como yo dije alguna vez, eligió correctamente cuando tomó la rosa y abandonó la pistola. Creo, Joan, que eres de los que te reactivas en tu mundo creativo cuando se te provoca con elegancia aunque sea a través de equivocaciones.

Un abrazo, socio.