Editorial Alaire

Gracias, Ramón por esta Matrioska tan llena de ritmo desde la mayor a la más pequeña, aún por completar por quien te ama.

Enhorabuena, querido amigo, por la merecida distinción a este estupendo poema.
Abrazos y salud

Te felicito, amigo Ramón, por este merecido reconocimiento a tan magnífico poema.

Un fuerte abrazo.

Muchas gracias, ERA.

Un afectuoso abrazo.

Muchas gracias, Mirta.

Un abrazo grande.

Muchas gracias, Ignacio.

Un fuerte abrazo.

Muchas gracias, Víctor.

Un fuerte abrazo.

Muchas gracias, querida amiga Pilar.

Un afectuoso abrazo.

Muchas gracias, amigo Ferreiro.

Un fuerte abrazo.

Hondo aroma salado a mar en el viento de la magia de tu Matrioska, amigo mío.
Gracias por la generosidad de compartirlo. Inestimable.

Felicidades por el más que merecido reconocimiento.
Fonda aperta.

Ramón Castro Méndez escribió: ↑Vie, 20 Ene 2023 13:31 En mi sangre hay un dolor antiguo,
pero no avergüenzo a mis heridas.
JOSÉ MANUEL MARTÍN



I.

No es el reflejo de la luna sobre un párpado,
aún caliente el obituario de la noche,
ni la tempestad que roza los labios del ayer,
ni la luz que resuena al final del viento.

II.

Busco entre la niebla de barcos naufragados
otra noche herida, su insomne dolor
de cielos arrasados y horizontes en ruinas,
su sangre furiosa y trepidante.
Todo lo empaña la sangre, sí, todo lo empaña.

III.

Yo tengo otras heridas que ocultan cicatrices
que el tiempo no ha borrado,
que gustan de vivir a la intemperie.
Inmaculadas heridas que vuelven a la vida
hasta perderse en la desembocadura de mis venas.

IV.

Sobre las cenizas de la última marea
un vuelo de aves marinas se yergue a contraluz
sobre este camposanto de mares interiores,
donde los cuerpos languidecen como hoja caduca,
donde los santos yacen expuestos a las corrientes de aire.

V.

No será mañana cuando todo vuelva a su sitio,
cuando amenace con estallar tanto dolor amotinado,
aunque las sombras se acantonen en cualquier rincón
esperando la muerte de un sol crucificado.

VI.

Un recuerdo sin dueño late entre las sienes de la aurora,
se encaminan mis pasos hacia el norte de las brújulas
y es, entonces, que el tiempo se detiene al mediodía.
Apenas el paisaje, en su pálida tristeza, ha encanecido un siglo.

VII.

Como si aún fueras mía,
yo así te siento,
te acompaño en la larga travesía
hasta donde el viento despierta de un fingido ocaso
y el mar se abre hasta las lindes más secretas.

VIII.

Dejo este verso suelto
por si algún día pudieras encontrarlo.

Un abrazo, amigo mío, deseándote mi más sincera feliicitación, POETA.
Desde la soledad de mi isla.

José Manuel F.Febles

="Ramón Castro Méndez"
En mi sangre hay un dolor antiguo,
pero no avergüenzo a mis heridas.
JOSÉ MANUEL MARTÍN



I.

No es el reflejo de la luna sobre un párpado,
aún caliente el obituario de la noche,
ni la tempestad que roza los labios del ayer,
ni la luz que resuena al final del viento.






















II.

Busco entre la niebla de barcos naufragados
otra noche herida, su insomne dolor
de cielos arrasados y horizontes en ruinas,
su sangre furiosa y trepidante.
Todo lo empaña la sangre, sí, todo lo empaña.

III.

Yo tengo otras heridas que ocultan cicatrices
que el tiempo no ha borrado,
que gustan de vivir a la intemperie.
Inmaculadas heridas que vuelven a la vida
hasta perderse en la desembocadura de mis venas.

IV.

Sobre las cenizas de la última marea
un vuelo de aves marinas se yergue a contraluz
sobre este camposanto de mares interiores,
donde los cuerpos languidecen como hoja caduca,
donde los santos yacen expuestos a las corrientes de aire.

V.

No será mañana cuando todo vuelva a su sitio,
cuando amenace con estallar tanto dolor amotinado,
aunque las sombras se acantonen en cualquier rincón
esperando la muerte de un sol crucificado.

VI.

Un recuerdo sin dueño late entre las sienes de la aurora,
se encaminan mis pasos hacia el norte de las brújulas
y es, entonces, que el tiempo se detiene al mediodía.
Apenas el paisaje, en su pálida tristeza, ha encanecido un siglo.

VII.

Como si aún fueras mía,
yo así te siento,
te acompaño en la larga travesía
hasta donde el viento despierta de un fingido ocaso
y el mar se abre hasta las lindes más secretas.

VIII.

Dejo este verso suelto
por si algún día pudieras encontrarlo.

Mi querido poeta-amigo- hoy solo leeré alguna vez más este poema qué, por su categoría poética y decir, me ha llegado al alma. Mi felicitación sincera. Yo, por motivos de salud, he permanecido ausente una período de tiempo. Vaya un cordial abrazo,
desde la soledad de mi isla.

José Manuel F. Febles

Felicidades por tan merecida distinción a tu obra, Ramón Castro Méndez.
Un abrazo.

Mi enhorabuena, Ramón, por el merecido reconocimiento a este bello poema, que desvela los entresijos de la memoria.

Un abrazo.

Un recorrido mágico, querido amigo...
Un gusto siempre...
Felicitaciones por el merecido reconocimiento...
Te abrazo con todo mi cariño...
Nancy