Pablo Sales escribió: ↑Lun, 21 Mar 2022 21:22
Para los poetas y poetisas
de alma impregnada
y corazón Alaire.
Ved ahora la tarde en vilo, la luz huyendo,
dolor de campanas que sobrevuela
las nubes y los trigos. Un bosque
arde en voz baja mientras la cúpula
se cierra sobre el mundo; esféricos dragones
dibujan antiguas historias en el cielo. Y aquí
las herrumbrosas, pesadas llaves, los relojes
ajenos al tiempo, los espejos de plata falsa
que solo reflejan fantasmas. Si,
hube de alejarme para volver al útero
y la sepultura, hecho grito y luego piedra.
Piafan impacientes caballos de mármol
y en el salón se desangra un vals azul:
hay cadáveres envenenados con champán,
mas todavía debo seguir bailando.
A salvo de oraciones, los dioses inextinguibles
perpetran fechorías: el mar dejó en la orilla
sus advertencias. Pero a mí, ¿qué estruendo
de siglos podrá silenciarme? ¡Oh nubes,
oh tritones! no despertéis al velero
que duerme en el agua mansa.
Los claustros, los soportales, el árbol grande
del paseo no guardan memoria
de los universos imaginados en horas de lluvia.
Iridiscentes pompas de jabón contenían
deseos inocentes, que ahora flotan en el viento
que barre la tierra. Y vivo desde el borde
mismo otro ocaso, otra noche,
otro ensayo del sueño o de la muerte.
Restaña, cose o quema estas heridas
cuando va alta la luna de la nostalgia
y los poetas esperan su palabra.
En el adentro eterno de la cueva,
una ocarina hace la luz:
principio.
[
No había leído este gran trabajo. Hoy te bfelicito doblemente por el magistral poema y por el premio logrado.
Desde la soledad de mi isla, un cordial abrazo.
José Manuel F. Febles