Editorial Alaire

Alejandro Costa escribió:Es fresco, original, como si hubieras realizado un video a cualquiera en cualquier día.

Vamos real, hasta en las sensaciones.

Bien desarrollado, con mucho ritmo y con volumen, que cuando un escrito es bueno se agredece que sea extenso.

Con todo, era normal que fuera galardonado.

Mi doble enhorabuena, por el galadón y por la calidad del escrito.

Un abrazo, compañero.

Ramón Carballal escribió:Enhorabuena por la distinción. Un saludo.

Alonso Vicent escribió:Me gusta cómo retratas al común de los mortales, con grandes dotes de realismo, humor y ese fondo que suele tener de conformismo.
Coincido con Luis, es un poema cojonudo... y de largo nada.
Un saludote, Jorge, sin horarios ni oficinas... ni becarias.

Jorge Salvador escribió:Te levantas con buenas intenciones,
das las gracias a Dios por alumbrarte el día
y arrojas al lavabo las legañas;
cantas una de Queen mientras te embutes los vaqueros
y vas soltando gas para aliviar el cuerpo.
Si sobra tiempo igual te ofreces un sexual auto homenaje,
a saber cuánto llevas sin catar otra cosa,
unas veces por las jaquecas asesinas de tu esposa,
otras porque con niños la ocasión jamás la pintan calva.

Te embuchas las tostadas con noticias,
y ya desinformado hasta los huesos,
te abalanzas al tráfico rodado
para empezar a lamentar que existes.

El primer tonto no tarda en presentarse
quemándole las ruedas a un puto BMW
que corre incluso más de lo que cuesta;
después Fernando Alonso en patinete,
un ciclista en dirección prohibida por la acera,
el butanero, la Oración del Huerto,
un par de cazadores de pokemons
y una rubia imposible de no verla
con el short remangado en las axilas…

Tarde y mal, dando gracias a la Virgen
y enajenao del tó, llegas al curro…
-“¿Qué, Gutiérrez, el tráfico de nuevo?
-“(maldito explotador) Lo siento, don Servando,
esta noche me quedo hasta las nueve a lo que mande …”
-“Después querremos cobrar todos lo mismo, venga, al tajo…”

Resistes por los cuatro churumbeles,
por la hipoteca y porque Dios, si existe,
debe de haber salido a por tabaco
o a decidir qué plaga nos arroja ahora.

Te centras en el curro y en segundos te descentras
mirándole el escote a la becaria,
hasta que al encontrarte con la suya
le apartas tu mirada avergonzado;
te fumas la campana de Toledo,
te almuerzas el bocata de chorizo
y ahogas en coñac tu carajillo...

El tiempo no transcurre, qué calvario,
qué ganas de salir a campo abierto
y abandonar la hostil viscosidad de esta oficina;
de vez en cuando un wattshapp de tu esposa
con dos emoticonos y un te quiero;
respondes: “Y yo a ti” seguido de un bostezo
y un (hasta que el divorcio nos separe),
absorto en la insolente juventud de la becaria,
que lo sabe y sonríe permisiva…

(La rutina es el arma más temible
que maneja el destino;
la coartada perfecta del sistema
para matar sin dar explicaciones
y mantener en orden el desorden;
o aceptas acatar la ley del miedo
o empiezas a mirarte camposantos,
pero, ¿qué sabrás tú de todas esas cosas?

Cuando vuelves a casa como si llueve en Tánger,
la total ignorancia por parte de los presentes,
la gala de Gran Hermano
y un caldo de estofado en la nevera
que engulles mirando el Marca;
te la pelas de nuevo a salud de la becaria,
y cuando adviertes que no tienes perro,
aceptas pulpo como animal de compañía…

Armilo Brotón escribió:¡Olé, Ramón! Un gusto verte por las alturas con este poema que refleja muy bien el burrimiento cotidiano de una vida falta de alicientes y motivación. Muy buena esa imagen del escote como escape mental y sueño.
Felicidades y vaya mi abrazo.

E. R. Aristy escribió:

Jorge Salvador escribió:Te levantas con buenas intenciones,
das las gracias a Dios por alumbrarte el día
y arrojas al lavabo las legañas;
cantas una de Queen mientras te embutes los vaqueros
y vas soltando gas para aliviar el cuerpo.
Si sobra tiempo igual te ofreces un sexual auto homenaje,
a saber cuánto llevas sin catar otra cosa,
unas veces por las jaquecas asesinas de tu esposa,
otras porque con niños la ocasión jamás la pintan calva.

Te embuchas las tostadas con noticias,
y ya desinformado hasta los huesos,
te abalanzas al tráfico rodado
para empezar a lamentar que existes.

El primer tonto no tarda en presentarse
quemándole las ruedas a un puto BMW
que corre incluso más de lo que cuesta;
después Fernando Alonso en patinete,
un ciclista en dirección prohibida por la acera,
el butanero, la Oración del Huerto,
un par de cazadores de pokemons
y una rubia imposible de no verla
con el short remangado en las axilas…

Tarde y mal, dando gracias a la Virgen
y enajenao del tó, llegas al curro…
-“¿Qué, Gutiérrez, el tráfico de nuevo?
-“(maldito explotador) Lo siento, don Servando,
esta noche me quedo hasta las nueve a lo que mande …”
-“Después querremos cobrar todos lo mismo, venga, al tajo…”

Resistes por los cuatro churumbeles,
por la hipoteca y porque Dios, si existe,
debe de haber salido a por tabaco
o a decidir qué plaga nos arroja ahora.

Te centras en el curro y en segundos te descentras
mirándole el escote a la becaria,
hasta que al encontrarte con la suya
le apartas tu mirada avergonzado;
te fumas la campana de Toledo,
te almuerzas el bocata de chorizo
y ahogas en coñac tu carajillo...

El tiempo no transcurre, qué calvario,
qué ganas de salir a campo abierto
y abandonar la hostil viscosidad de esta oficina;
de vez en cuando un wattshapp de tu esposa
con dos emoticonos y un te quiero;
respondes: “Y yo a ti” seguido de un bostezo
y un (hasta que el divorcio nos separe),
absorto en la insolente juventud de la becaria,
que lo sabe y sonríe permisiva…

(La rutina es el arma más temible
que maneja el destino;
la coartada perfecta del sistema
para matar sin dar explicaciones
y mantener en orden el desorden;
o aceptas acatar la ley del miedo
o empiezas a mirarte camposantos,
pero, ¿qué sabrás tú de todas esas cosas?

Cuando vuelves a casa como si llueve en Tánger,
la total ignorancia por parte de los presentes,
la gala de Gran Hermano
y un caldo de estofado en la nevera
que engulles mirando el Marca;
te la pelas de nuevo a salud de la becaria,
y cuando adviertes que no tienes perro,
aceptas pulpo como animal de compañía…

LOL.WoW! El humor parece fácil y todo risa, pero es el más humano y eficaz alivio para la salud . Merecido reconocimiento, Jorge. Excelente! Felicidades! ERA

Ramón Castro Méndez escribió:Un interesante e irónico poema que nos mete de lleno en la realidad de la vida. Su lectura ha resultado muy amena, me ha sacado incluso varias sonrisas.
Te felicito, compañero.
Me ha encantado pasar por tus letras.

Un abrazo.

Jorge Salvador escribió:

Alonso Vicent escribió:Me gusta cómo retratas al común de los mortales, con grandes dotes de realismo, humor y ese fondo que suele tener de conformismo.
Coincido con Luis, es un poema cojonudo... y de largo nada.
Un saludote, Jorge, sin horarios ni oficinas... ni becarias.

Hola, querido Alonso, ¿qué tal sigue el Dacia? Celebro que no se te haya hecho largo, te aseguro que estuve a punto de no publicarlo por su extensión. Celebro el calificativo de cojonudo, que es mucho...
Oye, vamos a dejar ahí a la becaria, que ya es bastante duro el trabajo como para quitarle lo único bueno que tiene...
Un abrazo, amigo

jose manuel saiz escribió:Enhorabuena Jorge por este magnífico poema y por la distinción merecida.
Un abrazo.
J. Manuel

Pilar Morte escribió:Enhorabuena, amigo, por la distinción, realmente merecida, a tu hermoso poema.
Abrazos
Pilar