Foro poético-literario, revista y tienda de libros de la Editorial Alaire. Poemas de todo tipo, relatos cortos, ensayos. Debates, discusiones y todo tipo de estudios sobre temas relacionados con el ámbito literario. Convocatorias de concursos de poesía.
https://foro.editorialalaire.es/
Gracias, por tu paso, amigo Antonia y por esa referencia de Denise Levertov.Antonia Mauro escribió: ↑Vie, 18 Ene 2019 10:51 Nunca puede haber un mal poema, si se gesta en una cocina,.
Cuando empecé a leer me recordó a uno qu3eme gusta mucho, "la acólita" de Denise Levertov.
un abrazo.
Gracias, Marius, por tu paso y generosa y "fabulosa" lectura.Marius Gabureanu escribió: ↑Dom, 20 Ene 2019 15:47 Tenía que dejar huella en este poema, un poema que agranda la retina y fabulosamente se deshace de la realidad. Mis abrazos sinceros, estimado amigo.
Gracias, Luis, por tu paso y generosos comentarios.Luis M escribió: ↑Mar, 19 Feb 2019 14:36 Me gustan mucho los poemas impactantes, también aquellos que saben crear ambiente de manera directa y sin mucho artificio. Creo que son los que más llegan al lector. Y si además poseen la calidad poética que rebosa el tuyo, ya es la ostia.. Para mi gusto uno de tus mejores trabajos, Ferreiro. Mis aplausos y un fuerte abrazo amigo.
pd: si me permites una pequeña crítica, para mi gusto en estos versos: "los labios negros de los hombres en las mujeres sanguinolentas,/ en la iluminada noche de la ciudad.", ese doble "en" no me convence demasiado, quizás escribiéndolo de esta manera: "los labios negros de los hombres sobre las mujeres sanguinolentas,/ en la iluminada noche de la ciudad." no sé...
Gracias, hermano, por esa generosidad y contundencia que siempre te acompaña. Celebro que hayas disfrutado de estos versos.Armilo Brotón escribió: ↑Dom, 10 Mar 2019 15:35 Pienso que la poesía se diferencia de cualquier otro género literario porque deglute sin piedad de cualquier comida y la transforma en nutrientes asimilables directamente por el alma. Eso has hecho tú aquí con la maestría que te caracteriza hermano. El rito ancestral del sacrificio es alimento de la emoción: una hostia en nuestros morros líricos.
Un abrazo fuerte y hasta la próxima estación.
Nos vemos.