Editorial Alaire

Alejandro Costa López escribió:
Ya solo queda suspirar amarrando los troncos que el mar devuelve en cada amanecer, por si uno de ellos te cobija en calma, cansado y perdido reclamando toda mi fe.


Una manera delicada y elegante de decir te quiero y reclamar la fe en el amor, a quien amamos.

En definitiva, amor en estado puro.

Ese antológico final, así lo desnuda.

Buen escrito.

Un besazo.

Hallie Hernández Alfaro escribió:Coincido con todos los compañeros; hay una belleza profunda e ingrávida en tu poema, María Pilar.

Van aplausos y un abrazote,

Hallie

Maria Pilar Gonzalo escribió:Algunas noches, cuando las olas enfurecidas entregan su pecho entre las rocas, la espuma rellena de rabia me despierta envuelta de escarchas primigenias, lagos que siempre poblaron mi cuerpo con los labios amoratados esperando el amor recorrer mis entrañas.

Esta noche no me dejaré sorprender por la cencellada que paraliza mi huida.

Siempre soñé con esparcir a mi paso amapolas febriles, lilas inquietas, simientes perpetuas.

El mar me llama poderoso con un espasmo desafiante mas yo lo ignoro con canciones fantaseadas en mi niñez, me escondo en los bosques repletos de carrasca, en la lucha por sobrevivir entre lobos poderosos por la sangre regalada en el camino.

Cuando la hiedra renace cuajada de corazones, miro al infinito por si te veo llegar hablando de nuevo la lengua olvidada de los hombres.

Todo es en vano, ya abandonaste mis labios de niña enamorada. Ignoraste mis manos sedientas bordando tu camisa blanca con ribetes y ondas, dime romero ¿En qué corazón habitas...?

¿Tanto te cuesta decirme que me amas?

Ya salté al vacío de nuevo, las hierbas de enamorar se perdieron para siempre.

Mis cabellos fueron perdiendo sus brotes blancos, mis vestidos de conchas y estrellas de mar se oscurecieron entre eclipses totales en tus entrañas.

Ya solo queda suspirar amarrando los troncos que el mar devuelve en cada amanecer, por si uno de ellos te cobija en calma, cansado y perdido reclamando toda mi fe.

ROBERTO LÓPEZ escribió:

Maria Pilar Gonzalo escribió:

Me encanta cómo entrelazas los sentimientos, la pasión, con las olas y la espuma, con los elementos. Tus metáforas son profundas y magníficas. Estas palabras tuyas están tocadas por las musas, sin duda. Un beso.

Alejandro Costa López escribió:Ya solo queda suspirar amarrando los troncos que el mar devuelve en cada amanecer, por si uno de ellos te cobija en calma, cansado y perdido reclamando toda mi fe.

Debería decírtelo. La dulzura de tus palabras, componen un escrito lleno de ternura y pasión.

Es como una declaración escrita con el alma.

Mil besos.

Aurora Zarco escribió:Melancolía a raudales que se escapa de tus letras, me gustó leerte, un besito
aurora

Manuel Sánchez escribió:"Cuando la hiedra renace cuajada de corazones, miro al infinito por si te veo llegar hablando de nuevo la lengua olvidada de los hombres"

Bello, Maria Pilar. Me alegro de haberlo leido.
Un abrazo

Ramón Carballal escribió:Ha sido un placer leer esta prosa poética tan bella e intimista. Mi felicitación y un abrazo.

Juan Fionello escribió:Ente otras virtudes, Pilar, tu poesía tiene la capacidad de estremecer al lector, de inyectarle la emoción en vena provocando escalofríos. Me alegro de que se haya recuperado este poema que en su momento me perdí.

Un abrazo.