Maria Pilar Gonzalo escribió:Algunas noches, cuando las olas enfurecidas entregan su pecho entre las rocas, la espuma rellena de rabia me despierta envuelta de escarchas primigenias, lagos que siempre poblaron mi cuerpo con los labios amoratados esperando el amor recorrer mis entrañas.
Esta noche no me dejaré sorprender por la cencellada que paraliza mi huida.
Siempre soñé con esparcir a mi paso amapolas febriles, lilas inquietas, simientes perpetuas.
El mar me llama poderoso con un espasmo desafiante mas yo lo ignoro con canciones fantaseadas en mi niñez, me escondo en los bosques repletos de carrasca, en la lucha por sobrevivir entre lobos poderosos por la sangre regalada en el camino.
Cuando la hiedra renace cuajada de corazones, miro al infinito por si te veo llegar hablando de nuevo la lengua olvidada de los hombres.
Todo es en vano, ya abandonaste mis labios de niña enamorada. Ignoraste mis manos sedientas bordando tu camisa blanca con ribetes y ondas, dime romero ¿En qué corazón habitas...?
¿Tanto te cuesta decirme que me amas?
Ya salté al vacío de nuevo, las hierbas de enamorar se perdieron para siempre.
Mis cabellos fueron perdiendo sus brotes blancos, mis vestidos de conchas y estrellas de mar se oscurecieron entre eclipses totales en tus entrañas.
Ya solo queda suspirar amarrando los troncos que el mar devuelve en cada amanecer, por si uno de ellos te cobija en calma, cansado y perdido reclamando toda mi fe.
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Hermoso poema, amiga María Pilar, donde trabajas el asunto del amor y en él te muestras como pez en el agua.
Es un poema dispuesto en forma de prosa, pero podría ser un poema en verso, todo depende de lo que quiera dejar la autora. Y es que la forma es lo menos importante del poema.
Ha sido un placer leerte. Felicidades por el poema.
Un cordial abrazo.