Re: Apoteosis de José Tomás en Las Ventas (Mayo de 1997)
Publicado: Sab, 26 Sep 2020 6:21
Los besos por escrito no llegan, se lo beben los fantasmas por el camino.
(Franz Kafka - Última carta a Milena Jesenska)
(Franz Kafka - Última carta a Milena Jesenska)
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Me has exigido mucho, Armilo, en este interesante debate sobre los Toros, en el que has mostrado tus conocimientos profundos, apasionados, sociales y panorámicos (así es como me gusta el sentido dinámico de la Historia) y te maldecía (no tengo confianza contigo para añadir un cabrón enfático). Me has hecho escribir despacio y sin miedo a que se me perdieran fantasmas por el camino. Después de todo he comprendido, tú me has ayudado a ello, que si yo fuera crítico taurino mi mujer tendría que hartarse de hacer horas extras para sacar adelante a nuestra familia. Mi velocidad de redacción eneste tema es miserable.
Me has hecho perder horas en poder contestarte con decoro a tus sabios y sopesados razonamientos y cuestiones (sí, los taurinos no sois unos bárbaros sedientos de violencia gratuita y de sangre), dado que mis conocimiento sobre el asunto, de forma voluntaria y consciente, así lo había yo determinado en mi adolescencia libertaria cegada por el fulgor, lo tuvo y mucho, de la Transición, que impedían que pudiera estar a tu altura, abordábamos la Tauromaquia como un arte fugaz que se recuerda siempre, el propio Antonio Machado lo diría y con una perspectiva y hondura muy parecidas; aunque estemos en la orilla opuesta vamos en el mismo barco; el del diálogo respetuoso sabiéndonos situar, con algo de acierto, en el lugar del otro. Estando muy por encima del hombre de la calle que ha decidido posicionarse en el sentir de que el show debe acabar para siempre, estoy muy lejos de los que vivís con entusiasmo y, casi como una religión, ahí estaría el principal inconveniente que os pongo a los taurinos, todo lo que concierne al apasionante y mítico mundo de los toros.
Si un español culto no reconoce la importancia que el mundo de los toros ha aportado a nuestro acervo cultural, a nuestro apego a la sentimentalidad heroica (las victorias morales del franquismo que nos demostraban a las claras que los países democráticos de nuestro entorno eran los equivocados- Aunque el Sevilla y su afición, un tanto fanática, lo reconozco, se haya ganado el cariño y la admiración de muchos españoles y extranjeros nos haya de mostrado que el David de Miguel Ángel que se prepara a derribar al gigante quizás no acertó a alcanzar su frente. Acabaré siendo del Cádiz, mi ciudad de adopción. Estoy tan acostumbrado a la derrota que me asusto cuando empato) y a nuestro sentido alegre y trágico de la vida al mismo tiempo, nos demuestra que no superó alguna asignatura importante en su formación.
Me has hecho perder horas en poder contestarte con decoro a tus sabios y sopesados razonamientos y cuestiones (sí, los taurinos no sois unos bárbaros sedientos de violencia gratuita y de sangre), dado que mis conocimiento sobre el asunto, de forma voluntaria y consciente, así lo había yo determinado en mi adolescencia libertaria cegada por el fulgor, lo tuvo y mucho, de la Transición, que impedían que pudiera estar a tu altura, abordábamos la Tauromaquia como un arte fugaz que se recuerda siempre, el propio Antonio Machado lo diría y con una perspectiva y hondura muy parecidas; aunque estemos en la orilla opuesta vamos en el mismo barco; el del diálogo respetuoso sabiéndonos situar, con algo de acierto, en el lugar del otro. Estando muy por encima del hombre de la calle que ha decidido posicionarse en el sentir de que el show debe acabar para siempre, estoy muy lejos de los que vivís con entusiasmo y, casi como una religión, ahí estaría el principal inconveniente que os pongo a los taurinos, todo lo que concierne al apasionante y mítico mundo de los toros.
Si un español culto no reconoce la importancia que el mundo de los toros ha aportado a nuestro acervo cultural, a nuestro apego a la sentimentalidad heroica (las victorias morales del franquismo que nos demostraban a las claras que los países democráticos de nuestro entorno eran los equivocados- Aunque el Sevilla y su afición, un tanto fanática, lo reconozco, se haya ganado el cariño y la admiración de muchos españoles y extranjeros nos haya de mostrado que el David de Miguel Ángel que se prepara a derribar al gigante quizás no acertó a alcanzar su frente. Acabaré siendo del Cádiz, mi ciudad de adopción. Estoy tan acostumbrado a la derrota que me asusto cuando empato) y a nuestro sentido alegre y trágico de la vida al mismo tiempo, nos demuestra que no superó alguna asignatura importante en su formación.
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El toro de lidia muere con una dignidad encomiable, justifica el fin por el que ha sido creado y algunas veces da una póstuma vuelta al ruedo con el respeto profundo de los buenos aficionados. Los bueyes envidian la vida que lleva el toro durante unos cinco años. Es muy probable que no haya animal salvaje ni amaestrado que goce de algo parecido a la plenitud que no existe que solemos llamar felicidad; el toro muere de pie, no conozco a ningún taurino serio que lo niegue. Tengo un par de poemas escritos en los últimos años, marcadamente antitaurinos, que ni se me hubiese ocurrido firmar después de escuchar tus explicaciones. Brindo por ti, Armilo. Ya ves, tuve que decantarme y opté por decir que quince minutos de martirio pesan más que cinco años de felicidad. Muchos hombres me dirían con razón que estoy equivocado. *** *** ***
Mi abuelo decía
Mi abuelo era un hombre muy peculiar, Armilo. Creo que lo más importante para el eran por este orden; la familia, España, el fúbol o cualquier cosa a la que se jugara que solemos encuadrar en la denominación un tanto difusa de Deporte, el catolicismo (Me enteré de ello en su velatorio, en casa por supuesto, porque mi madre no cesaba de repetir consternada y entre lágrimas que era muy católico, pero solo iba a misa de difuntos y por respeto a quien se había marchado. Unos diez años más tarde leyendo un ensayo del excéntrico y desconcertante hispanista Británico- Birmano Henry Kamen sobre el destino desorientado (aman y están resentidos con España. La cuestión Palestina y la creación del Estado de Israel, les creó problemas en Marruecos unos pronlemas que antes no habían tenido, su destino favorito en el que intentar sofocar a poca distancia su nostalgia enfermiza por España, y en el nuevo estado siempre han sido visto por debajo del hombro por los judíos de origen centroeuropeo cuando tienen un patrimonio cultural tan importante como el suyo, quizás para siempre los sefardíes tengan su espíritu errando, ahí tenemos el ejemplo de la sensual y valiosa Yasmine Lévy. Envidié, puede que no de una forma sana, el estilo, la amenidad, la profundidad casi trágica del destino de un pueblo tan español como el que más en su día y el didactismo de su relato, pero me acordé y mucho de algunas costumbres de mi abuelo, un hombre que vivía de la mar, no muy bien, sin embarcarse, y que se sentía libre solo cuando iba a ver su Ceuta y celebraba cada gol de su equipo con una euforia gestual rayana al ridículo, esto que digo es de dominio público y lo sabe cualquier forofo de Abyla de cierta edad ya que lo recuerde, sin que, por suerte, llegara a oídos de mi abuela, una mujer amargada y dominante que guiaba con mano de hierro a sus nietos sin que nos diera nunca una zanahoria, sin ponernos nunca una mano encima. Unos años después de su muerte creí saber las causas de su intensa amargura. Volviendo a lo que decía, los toros estaban en un quinto escalón en las preferencias de mi abuelo, intentó de una manera tierna, como la que empleó con los deportes, recurriendo a la épica y la leyenda, hablándome con entusiasmo de la Edad de Oro del Toreo, por cierto, nunca me enteré de si era de Belmonte o Joselito, hablaba y hablaba de los dos pero sin decantarse claramente por ninguno, me decía que el hermano del "Gallito", el "Divino Calvo " era el más ortodoxo y clásico a pesar de sus espantás"; "Hay gente pa tó".
En un último intento por hacer que entrara en la fiesta, ya con diez o doce años, me llevó al espectáculo del Bombero Torero y puso énfasis en que prestara atención a la faena en que un currante torero, fracasado y amargado porque su arte no había sido interpretado, como el tío Jacinto, mataba a un toro. No vi ni bien ni mal la faena, sin pensar en el sufrimiento del animal, me di cuenta de que no me interesaba para nada el mundo de los toros, bastante entretenido estaba yo con la apoteosis del tercer entorchado (más bien 2 + 1) del jugador más asombroso de todos los tiempos.
Mi abuelo decía que fue de viaje de novios, la luna no era de miel todavía, a Tetuán con la que tenía lazos que nunca quiso mencionar ni mucho menos explicarme, cuando la gente humilde al casarse solía quedarse en su casa, en el caso de que la tuviera propia. Su novia se vistió de luto aunque era pura y, por qué no decirlo, puritana. Mi abuelo decía que, dejando a un lado la familia, lo más importante de la vida era España y que España no se podía entender apartando el legado que el Mundo de los Toros ha dejado, sobre todo en los últimos tres siglos . Mi abuelo decía...
Seguirán los versos en forma de rosa, llenos de espinas. Seguirá el tiempo presente, la sociedad y el amor. O el amor por la sociedad. Aun enferma, aun derrotada. (Juan Jiménez García)
En un último intento por hacer que entrara en la fiesta, ya con diez o doce años, me llevó al espectáculo del Bombero Torero y puso énfasis en que prestara atención a la faena en que un currante torero, fracasado y amargado porque su arte no había sido interpretado, como el tío Jacinto, mataba a un toro. No vi ni bien ni mal la faena, sin pensar en el sufrimiento del animal, me di cuenta de que no me interesaba para nada el mundo de los toros, bastante entretenido estaba yo con la apoteosis del tercer entorchado (más bien 2 + 1) del jugador más asombroso de todos los tiempos.
Mi abuelo decía que fue de viaje de novios, la luna no era de miel todavía, a Tetuán con la que tenía lazos que nunca quiso mencionar ni mucho menos explicarme, cuando la gente humilde al casarse solía quedarse en su casa, en el caso de que la tuviera propia. Su novia se vistió de luto aunque era pura y, por qué no decirlo, puritana. Mi abuelo decía que, dejando a un lado la familia, lo más importante de la vida era España y que España no se podía entender apartando el legado que el Mundo de los Toros ha dejado, sobre todo en los últimos tres siglos . Mi abuelo decía...
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Brian May vio la oscuridad implacable de la muerte en los ojos cansados de su compañero de fatigas, lo fútil de la gloria cuando se asiste en soledad a unos últimos pasos que se dan sin saber si la tristeza y la amargura forman parte también del espectáculo cuando las luces se apagan y no se puede más, y se esfuma la alegría de la vida cuando no quedan ganas de reír porque el maquillaje se ha agrietado mientras el poeta sin gracia escribe versos en el rincón del jardín donde florecen las mariposas condenadas por el tiempo y se cierran las cortinas cuando ya no distingues entre una reina o un peón si ambos tenían el triunfo en la mano pero perdieron la partida entre la realidad que acecha con su perfil descarnado y la más patética pantomima que nos arrebata el sueño eterno del amor.
Tardará mucho tiempo en nacer, si es que nace,
un andaluz tan claro, tan rico de aventura.
Yo canto su elegancia con palabras que gimen
y recuerdo una brisa triste por los olivos.
(Lorca - Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías)
un andaluz tan claro, tan rico de aventura.
Yo canto su elegancia con palabras que gimen
y recuerdo una brisa triste por los olivos.
(Lorca - Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías)
No puedo comprender, como tú, la necesidad que le pudo llevar a Ignacio a su vuelta tardía a los ruedos; sin problemas económicos, sin ningún imperativo categórico que cumplir, como hombre sabio que era, y que le obligara a arriesgar su vida por un sueño del que nunca saldría. Siento una cornada que me traspasa el pecho, gritaría Alberti en su justamente célebre carta de condolencias. Ignacio, cuñado del ya difunto Joselito, era un hombre culto y elegante con estampa de señorito andaluz, pero sin el rancio y clasista conservadurismo atávico y ridículo de éste. Lejos de Joselito, como todos los toreros de su época, exceptuando a Belmonte, era un torero hondo y con recursos técnicos para la entendida y excesiva en su pasión afición sevillana. ¿Qué le llevó a un hombre que era amigo de los poetas y escritor a su vez, que tenía tertulias degustadas con ansias en el sabor de un buen vino, que disfrutaba de la vida con su vasta cultura, su Feria de Abril, supongo que ya existía, y podía ver desde el palco o las gradas a sus jóvenes compañeros de fatiga que buscaban ver su nombre en la parte alta del cartel?
Freddie Mercury tenía todo el triunfo en la mano por su talento como compositor y su voz prodigiosa pero perfectamente imitable, doy fe de ello. A Ignacio solo le faltaba una cosa de las importantes en su vida. El británico nacido en la África profunda lo perdió todo por su irrefrenable promiscuidad y la visita de una nueva enfermedad que, en cierta forma, vino a rompernos un poco a todos en forma de amigos o conocidos. A ignacio le pudo las ansias de toros cuya pasión hizo sangre de sus venas.
Freddie Mercury tenía todo el triunfo en la mano por su talento como compositor y su voz prodigiosa pero perfectamente imitable, doy fe de ello. A Ignacio solo le faltaba una cosa de las importantes en su vida. El británico nacido en la África profunda lo perdió todo por su irrefrenable promiscuidad y la visita de una nueva enfermedad que, en cierta forma, vino a rompernos un poco a todos en forma de amigos o conocidos. A ignacio le pudo las ansias de toros cuya pasión hizo sangre de sus venas.