Apoteosis de José Tomás en Las Ventas (Mayo de 1997)

[F. Enrique]

No vendrán las palomas,
ni los volatineros
de la plaza de España
guiarán tu alegría
a la iglesia sin nombre.

No vendrá el rocio
anidado en tus labios,
perdido en tu desvelo
para desenterrarte
de la muerte que llevas
en el pecho prendida.

No vendrá la palabra
que te busca sin suerte,
ni el murmullo del mar
que arrinconó tu aroma,
ni el aire ensimismado
que mueve tus cortinas
para hacer un capote
que tiemble entre las manos
del último esplendor.

Ya nunca el torerito
culminará la tarde
que atraviesa la herida
de mayo en tu mirada.

Ya nunca los aplausos
rodarán por la arena
porque sigue sin rumbo
la pena inquebrantable.

El alma de Arlequín
la llevaré prendida
para que tú me sientas
como si fuera un lirio,
como si despertara
en tus yermos jardines
para llevar la risa
de sueños y praderas.

No vendrán las palomas,
no vendrá la palabra
ni el desierto que gime
sobre tu amor herido,
ni un recuerdo de sombras
en tus ojos de luz.

Pero mi alma vuela
para enterrar la muerte.

[Julio Gonzalez Alonso]

Se siente el aire silbando en el asta del toro hasta alcanzar la vida. Excelente desarrollo en un poema de los de verdad. Felicitaciones.
Salud.

[Ricardo Serna G]

No vendrán las palomas,
ni los volatineros
de la plaza de España
guiarán tu recuerdo
a la iglesia sin nombre.

No vendrá la palabra
que te busca sin suerte,
ni el murmullo del mar
que arrinconó tu aroma,
ni el aire ensimismado
que mueve tus cortinas.

Ya nunca el torerito
culminará la tarde
que atraviesa la sombra
de Mayo en tu mirada.

Ya nunca los aplausos
rodarán por la arena
porque sigue sin rumbo
la pena inquebrantable.

El alma de Arlequín
la llevaré prendida
para que tú me sientas
como si fuera un lirio,
como si despertara
en tus yermos jardines
para llevar la risa
de sueños y praderas.

No vendrán las palomas,
no vendrá la palabra,
pero mi alma vuela
para enterrar la muerte.

Sólo vendra
tu magnífica poesía

Encantado de entrar en ese mundo de la fiesta brava


Un abrazo fuerte, querido amigo

[F. Enrique]

Me ha hecho ilusión, Julio, que seas precisamente tú quien haya inaugurado los comentarios a este poema. Tengo muy en cuenta lo que dices y cuando me dices algo bueno me quedo pensando que algo habré hecho bien.

Un abrazo.

[F. Enrique]

No soy aficionado a los toros, Ricardo, pero mi madre lo era, y esa tarde la veía satisfecha, José Tomás era un héroe. No le enseñaron que los toros sufren. Quise quedarme con lo que ella sentía, evidentemente ella pensaba que había arte y valentía, en cierta forma no le faltaba razón.

Muchas gracias, Ricardo, un abrazo. Es un poema especial para mí.

[Luis M]

Aun en mi condición de antitaurino el poema me parece realmente hermoso. No seré yo quien culpe a mis abuelos (eran muy aficionados a los toros) y a su generación por una tradición que mamaron desde pequeños. Afortunadamente los españoles, aunque despacio, vamos evolucionando...

Mis felicitaciones, F. Enrique. Un abrazo.

[curra anguiano]

Hermoso y muy real , se siente la plaza, el toro la bravura, la fuerza

Genial
Mil besos y mil gracias

Curra

[Rafel Calle]

Hermoso e interesante poema de Enrique.

[Pilar Morte]

Me ha encantado encontrarme con este poema hermoso, fuerte y tierno a la vez. Lo he disfrutado de veras.
Abrazos
Pilar

[F. Enrique]

Una minoría, selecta y culta por lo general, ahí estarían Hemingway y Welles, de los que vinieron a la España franquista, se quedaban entusiasmados con el presentimiento de la tragedia, el colorido y la solemnidad con la que algunos toreros desafiaban la muerte respetando un código no escrito que no les permitía tomar ventajas ante el toro. Pero creo que la mayoría de los extranjeros que presencian una corrida sienten perplejidad y una cierta indefensión ante la contemplación de la barbarie. No sé la edad que tienes, Luis, pero te aseguro que con la mía se aceptaba con naturalidad, por extraño que parezca, el mundo de los toros en toda su extensión. Mi abuelos y mi madre eran unos buenos aficionados y gozaban con los toreros serios y ortodoxos, y detestaban las peligrosas acrobacias efectistas de "El Cordobés" a pesar del valor incuestionable de este torero ante la muerte y el efecto circense que arrebataba al público poco entendido. Yo me aburría con todos y reconozco que no pensaba en el destino fatal de unos animales que mueren castigados y desangrándose durante 10 o 12 minutos. No éramos ecologistas, ni animalistas, ni medíamos las calorías de un alimento antes de comérnoslo. La vida era más dura y severa que ahora, pero nuestros padres nos contaban que su niñez había sido terrible, acabamos creyendo sus historias con el convencimiento de que asistíamos a un primer bienestar que estaba dinamitando nuestra moral.

Muchas gracias, Luis, por tu amabilidad y comprensión, hablo simplemente de algo que viví, no me pronuncio sobre consideraciones éticas. Estoy en contra de los toros, pero, por unas razones difusas que no llego a comprender, siento una indefinible tristeza al presentir una desaparición que se me antoja cercana.

[F. Enrique]

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¿Dónde estarás, Curra? Echo de menos tu humildad sincera, no me creo la de muchos, y tu candor, tus ganas de aprender que, quizás, te hayan hecho buscar otros caminos distintos que te llevaran, entre la soledad y la reflexión, a encontrar la verdad que queda en un mundo poco amigo de ella.

Evoco el último día que recuerdo de mi madre, moriría en octubre de aquel mismo año. Yo escuchaba música y leía en la habitación de al lado y solo vi, a ratos, la faena liberado de mi marasmo por las voces de entusiasmo de ella. Era el segundo triunfo en la misma Feria del torero de Galapagar. Mi madre se sintió tan exultante como yo lo había estado con el primer triunfo de Indurain en el Tour, cuando marcó, acompañado por el Gitano y advirtiendo la falta de aliento de LeMond en las últimas rampas del coloso pirenaico, una línea implacable entre él y los otros en la bajada en muy buen estado del Tourmalet.

Entre lo confesional y lo imaginado diré que mi relación con mi madre siempre fue más bien tensa, hollando siempre la ruta de la incomprensión y el desapego generacional. No tengo sentimiento de culpa, no puede otorgárselo en aquellos días a un niño de menos de cuarenta años, aunque compruebe, no sin un poco de amargura, que años de bondad y de saber estar no me proporcionaron lo que unos meses de locura. Así son las cosas, así miré hacia atrás y escribí poemas. A algunos he tardado años en darle una forma definitiva porque no sabía como expresar sentimientos tan encontrados.

Muchas gracias, Curra. Te digo todo esto por si acaso te llega.

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[F. Enrique]

Supongo, Rafel, que debido al título del poema habrá gente que se lo salte de puntillas, pero como habrás podido comprobar el mundo taurino solo sirve marco; lo que quise decir ocurre durante una corrida, podría haber sido durante una canción o un partido. Respeto a los toreros aunque esté en contra de los toros, he comprobado de primera mano que los toreros de verdad piensan con convencimiento que es un arte. Pero la vida es más importante que el arte. De todas formas pienso que el toreo tiene una idiosincracia y un léxico riquísimos que ayudan a formar un mundo propio con un hondo sabor literario. Es sin duda, junto al boxeo, la práctica "deportiva" que más ha aportado a la literatura.

Muchas gracias, Rafel, por tu amabilidad.

[Armilo Brotón]

Hola F. Enrique, espero que te encuentres bien. Muchos compañeros saben que soy un defensor de la Tauromaquia y lo he expuesto varias veces en el foro, originándose intensos debates, a raíz de poemas estrictamente taurinos.
Aquí leo un bello poema de amor donde el sentimiento y la emoción salen a flor de piel y me llegan como las olas del mar.
Un abrazo y salud

[Luis M]

Es sin duda, junto al boxeo, la práctica "deportiva" que más ha aportado a la literatura.

Ahí no puedo estar de acuerdo contigo, F. Enrique. En primer lugar no es una práctica deportiva, y además la tauromaquia es una temática enormemente minoritaria en la literatura mundial. Solo en la literatura española ha tenido cierta relevancia, como, me imagino, el circo romano lo tuvo en la literatura que se escribía en la época del Imperio romano, no más.
Enaltecer la crueldad humana y el maltrato animal lógicamente está fuera de lugar en el mundo moderno, y artisticamente solo es un resquicio costumbrista de otros tiempos y determinados países. Hay y ha habido miles de grandes escritores nacionales y extranjeros que nunca han escrito sobre esa gran vergüenza que empaña la historia de nuestro país. Un abrazo, compañero.

[F. Enrique]

Me refería, Luis, a la literatura española; Lorca, Alberti, Miguel Hernández... escribieron sobre los toros con fe, entusiasmo y un hondo conocimiento. Negar que estamos llenos de dichos, frases hechas y expresiones usadas con sentido metafórico con marcado sabor taurino, sería negar la verdad, es simplemente algo que ocurre y que hemos escuchado desde pequeñitos. He remarcado lo de práctica deportiva con ironía haciendo mención a los pocos periódicos estadounidenses donde encontramos crónicas de corridas, el que tuve en mis manos las situaba en la sección de deportes. Después de haber sido un buen aficionado al boxeo profesional, tomar consciencia del peligro para la salud que corren sus practicantes, me ha hecho considerar que sería conveniente que tampoco fuera considerado deporte. En efecto, no estamos en los tiempos del circo romano. Pero muchos muchachos en países en vías de desarrollo no tendrían la ilusión de luchar por ese algo que les sacaría de la calle. Es fácil identificar los poblemas pero en absoluto hallar las soluciones.

Creo haber dejado muy clara mi postura; la vida, incluso la de un animal, no puede justificar el arte, y esto me duele. Soy radical en el fondo, pero en esta etapa de mi vida prefiero mostrar un perfil moderado en la forma. Tienes razón en algunas cosas que dices y en otras no, ¿cuáles son más importantes? No lo sé, no me siento en Las Ventas al lado de Calamaro o Sabina, pero nunca silbaría a una canción maravillosa como "Media Verónica". No creo que la tauromaquía sea un asunto trivial para nuestro país, aunque se va imponiendo entre la población la opinión favorable a su prohibición está muy arraigada, sobre todo en Madrid y Andalucia, y de ella depende el sustento económico de muchas personas. Pienso que no debemos excedernos en nuestras descalificaciones, recuerda que el toro bravo no busca las tablas.

Muchas gracias, Luis, por tu amabilidad.