J. J. M. Ferreiro escribió:En la humedad del rojo se revela su piel,
y excitada se amplía la imagen de la rosa,
celebrando con esplendor la discordia del cuerpo.
―en el temple de su expansión la carne se atormenta,
las incógnitas cifras se repelen.
El silencio y todo el aire son suyos
y apenas queda algo que tasar.
Redimido, sangriento, entre el fluido de la destrucción,
se levanta y empuja su lancha río abajo,
hacia el mar dividido.
Como si un rayo lo hubiese atravesado, pierde la ligereza,
y lleno de vacíos avanza reemplazando el aire.
Mientras su espacio corre, el tiempo se convierte en agua.
Navega hacia el desastre, apenas el rostro representado.
Hay trágicos reflejos en el latido roto
al Sol doliente de la tarde.
Por la línea admirada del cielo
asciende la sombra de un puente y la inestable desnudez del río.
Una garganta abierta a lo profundo de la catarata
se cubre de misterio,
se desborda sobre el abismo exhausto de sus cabellos,
esfumando la trascendencia del límite sonoro
en el ferviente pábilo de la espuma.
Sí, el día, la vida ha transitado como las aguas bajo el puente,
acaso como hierba instantánea en un cauce arqueado de estrellas,
como la pérdida
o el todo
repartido un segundo antes de la concentración.
Por siempre perseguido de extremos deleznables,
sí, todo su afán huye al mar.
Ven, siéntate conmigo en esta roca
mientras la luz se muere en los cristales
como un sol desligado de la tierra.
Deberíamos consentir un gigante tranquilo
murmullando caricias en las sienes
como una música de redención en la suciedad de los delatores.
No consintamos ante el inviolado carácter de las cosas,
el diseño de forma y fundamento,
que siempre solemne se mueve y zumba sin sentido.
Inhalemos el bálsamo de alguna guitarra,
de alguna mujer, que parece ampliarse en el calor de otra naturaleza,
de otra razón distantemente sentida.
Continuaremos siendo
aunque nadie publique las cartografías de nuestra endeble juventud.
Me quedo extasiada leyendo tu poema, creo que lo tengo que leer más veces pero me gusta todo entero.
Abrazos.