Las aguas bajo el puente

[J. J. Martínez Ferreiro]

Se va revelando los pétalos entre los fluidos de la destrucción,
y excitada se amplía la imagen de la rosa.
El silencio y todo el aire son nuestros,
apenas queda algo que tasar.

Redimida, sangrienta,
te levantas y empujas la lancha río abajo;
el espacio se va agotando
mientras el tiempo se convierte en agua.
Sí, los días, la vida, nuestra vida
ha transitado como las aguas bajo el puente,
acaso como hierba instantánea
en un cauce arqueado de estrellas.

Ven, siéntate conmigo en esta roca,
inhalemos el bálsamo de alguna guitarra,
de algo que parece crecer
en el incendio de otra naturaleza,
de otra razón
intuitivamente sentida.

[Ignacio Fajardo]

Traes hoy un poema complejo y realmente denso. Al final queda la verdad del ser, al margen de teóricos oropeles o reconocimientos. Nos salvamos de la nada. Ha sido una lectura difícil pero muy interesante (como para releer varias veces e ir descubriendo nuevos matices).

Un abrazo.

[federico ruibal]

Hay que volver a los clásicos. Anduve culebreando por Internet, hasta que dí contigo. Y es que hay que volver a los clásicos.

Abrazo. galego.

f.-

[Hallie Hernández Alfaro]

Un poema lleno de tesoros, Ferreiro!

"El silencio y todo el aire son suyos
y apenas queda algo que tasar.
Redimido, sangriento, entre el fluido de la destrucción,
se levanta y empuja su lancha río abajo,
hacia el mar dividido."

Versos inexpunables, abiertos como venas que resplandecen y hacen de la sangre un río de supervivencia. Aplausos.


"Una garganta abierta a lo profundo de la catarata
se cubre de misterio,
se desborda sobre el abismo exhausto de sus cabellos,
esfumando la trascendencia del límite sonoro
en el ferviente pábilo de la espuma. "

Luego esta música fervorosa que se redime a sí misma, la imagen final es superlativa. Más aplausos.


"Ven, siéntate conmigo en esta roca
mientras la luz se muere en los cristales
como un sol desligado de la tierra.
Deberíamos consentir un gigante tranquilo
murmullando caricias en las sienes
como una música de redención en la suciedad de los delatores."

Con estos versos he sentido tan de cerca a Hesse, su murmullo solitario pero con manos abiertas a la comunión del otro. Sigo aplaudiendo.

"Inhalemos el bálsamo de alguna guitarra,
de alguna mujer, que parece ampliarse en el calor de otra naturaleza,
de otra razón distantemente sentida."


Aqui hago silencio para que la belleza no se perturbe ni siquiera con la exhalación del suspiro.

Enhorabuena y gracias por crear esta obra magnífica!

Abrazote.

Hallie

[Marcos de la Mancebía]

Pues yo lo tengo claro: Tus versos son para interpretar.

Leer estos versos es como sentarse a esperar un inapelable desenlace, que si bien nos afecta, lo aceptamos como tal.

"...Ven, siéntate conmigo en esta roca
mientras la luz se muere en los cristales..."

Y quizá esperando la eternidad:

"...Continuaremos siendo
aunque nadie publique las cartografías de nuestra endeble juventud..."

Un abrazo.

Marcos

[Aubriel Camila de la Prad]

En la humedad del rojo se revela su piel,
y excitada se amplía la imagen de la rosa,
celebrando con esplendor la discordia del cuerpo.
―en el temple de la expansión la carne se atormenta,
sus incógnitas cifras se repelen.
El silencio y todo el aire son suyos
y apenas queda algo que tasar.
Redimido, sangriento, entre el fluido de la destrucción,
se levanta y empuja su lancha río abajo,
hacia el mar dividido.
Como si un rayo lo hubiese atravesado, pierde la ligereza,
y lleno de vacíos avanza reemplazando el aire.
Mientras su espacio corre, el tiempo se convierte en agua.
Navega hacia el desastre, apenas el rostro representado.
Hay trágicos reflejos en el latido roto
al Sol doliente de la tarde.
Por la línea admirada del cielo
asciende la sombra de un puente y la inestable desnudez del río.
Una garganta abierta a lo profundo de la catarata
se cubre de misterio,
se desborda sobre el abismo exhausto de sus cabellos,
esfumando la trascendencia del límite sonoro
en el ferviente pábilo de la espuma.

Sí, el día, la vida ha transitado como las aguas bajo el puente,
acaso como hierba instantánea en un cauce arqueado de estrellas,
como la pérdida
o el todo
repartido un segundo antes de la concentración.

Por siempre perseguido de extremos deleznables,
sí, todo su afán huye al mar.

Ven, siéntate conmigo en esta roca
mientras la luz se muere en los cristales
como un sol desligado de la tierra.
Deberíamos consentir un gigante tranquilo
murmullando caricias en las sienes
como una música de redención en la suciedad de los delatores.

No consintamos ante el inviolado carácter de las cosas,
el diseño de forma y fundamento,
que siempre solemne se mueve y zumba sin sentido.
Inhalemos el bálsamo de alguna guitarra,
de alguna mujer, que parece ampliarse en el calor de otra naturaleza,
de otra razón distantemente sentida.

Continuaremos siendo
aunque nadie publique las cartografías de nuestra endeble juventud.

J.J., hay sensaciones que son inefables. Cómo poner en palabras lo que sentí al leer tu poema? Es tan hondo, llega tan lejos dentro de quien lo lee...
Una maravilla.

Besos y aplausos muy muy fuertes.

[Pilar Morte]

Versos hermosos y profundos, como un rayo atravesando el acero. Volveré, este poema es para varias lecturas. Un placer encontrar poemas como éste, un maravilloso regalo
Un abrazo
Pilar

[J. J. Martínez Ferreiro]

Traes hoy un poema complejo y realmente denso. Al final queda la verdad del ser, al margen de teóricos oropeles o reconocimientos. Nos salvamos de la nada. Ha sido una lectura difícil pero muy interesante (como para releer varias veces e ir descubriendo nuevos matices).

Un abrazo.

Gracias Ignacio por abrir este tema. Celebro que te haya gustado y le dediques más de una lectura, creo que todos los poemas las necesitan.

Un abrazo.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Hay que volver a los clásicos. Anduve culebreando por Internet, hasta que dí contigo. Y es que hay que volver a los clásicos.

Abrazo. galego.

f.-

jajaja... eso de "clásico", amigo federico, me queda demasiado grande; y por cierto es un traje que está colgado en perchas muy lejanas y que alguien del futuro delcolgará para entregar a aquellos que lo logren llevar sin hacer el ridículo más hortera.

De todas maneras, gracias por tu "clásica" rotundidad crítica.

Un abrazo

[Armilo Brotón]

Un poema para meditar. La vida, el tiempo que pasa, dónde situarnos: en la corriente o en la roca?

Me agradó haber encontrado estos versos.

Un abrazo

Armilo B.

[Luis Oroz]

Ven, siéntate conmigo en esta roca
mientras la luz se muere en los cristales
como un sol desligado de la tierra.
Deberíamos consentir un gigante tranquilo
murmullando caricias en las sienes
como una música de redención en la suciedad de los delatores.

Declaración de intenciones, inercia de vida.
Tus versos son la apófisis de la sensibilidad.
Me ha encantado la "locución" los distintos grados de conciencia que se unen en esa magnitud vital desde la que escribes.

Poema ambivalente que abre y cierra imaginaciones, lo humano y lo terreno unidos en la constante absorción de la vida.

Estás en forma, Jota, y yo me alegro pero muy mucho.
Abrazos.

Luis Oroz.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Gracias Hallie, por esa disección comentada que haces del poema. Celebro que te haya gustado.

Bicos.

[Rafel Calle]

Un poema muy hermoso, querido amigo Ferreiro, donde desarrollas el tema con una pericia admirable. Estoy de acuerdo con Luis, estás en una forma espléndida.
Acabo de leer una bellísima obra de Aubriel y me encuentro de bruces con otra joya. En fin, esto está que arde, jajajaj. ¡Más madera!
Tendré que clavar los codos para ponerme a vuestra altura, compañero.
Ha sido un placer leerte. Felicidades por el poema.
Un fuerte abrazo.

[Ramón Carballal]

Será casualidad pero estoy leyendo "El corazón de las tinieblas" y al leer tus versos, he visto como en un fogonazo las imágenes del libro. Es un poema de una profundidad y de un simbolismo que abruman. Mi felicitación e unha aperta.

[Amparo Guillem]

Nuestras cartografías, nuestras arqueologías del vivir: un poema estructuralista donde los haya.
Saludos desde este Mediterráneo encapotado.
Amparo