Editorial Alaire

Rafel Calle escribió:Me da miedo pensar en la fusión del aura.
Horno, cuerpo, gemidos.

Prende la melodía en la fascinación de tu figura,
los dedos son un río por tus manos; la vocación del agua son anillos.
Mística y piel convergen, se abrigan,
están y son. Regresan de los marcos sin grafismo.

Me despiertas la sed de las batallas.
La lid es un incendio en los sentidos,
ciclones en el vientre de una justa relámpago,
los rayos son pellizcos
en la acidez de los temblores;
una guerra perdida en el instinto.

Por la sinceridad del aire que nos besa
el labio es un ardid, rojo insinuante que firma un armisticio.
La lumbre calma, sigue la palpitación en el tuétano,
húmedos los sudarios; un cigarrillo.

Y quién sabrá del fuego sin tus ojos,
profundidad del orbe, la combustión del agua, pólvora del erotismo,
chispa en los haces que enciende tu mirada
en la cuenca de los mitos.

Arde en realidad un elemento mágico,
llamas sin condición en lo hermoso del oxígeno.

Rafel Calle escribió:Me da miedo pensar en la fusión del aura.
Horno, cuerpo, gemidos.

Luis Oroz escribió:El poema es una joya, Rafa, lo es por la búsqueda, por la hilazón, por la profunda convicción de un equilibrio encontrado.

Partimos de una base plural, donde cada uno es capaz de posicionarse en el poema, de administrar su grado imaginativo.
La puerta queda abierta hasta el punto de una ambigüedad total, donde el protagonista pierde toda identidad para transformarse en verso alcanzable, en generalizada vivencia personal.
A esto le llamo yo "apertura lectora"

Esta estrofa deja un sabor perdurable, como el mejor de los vinos.

Y quién sabrá del fuego sin tus ojos,
profundidad del orbe, la combustión del agua, pólvora del erotismo,
chispa en los haces que enciende tu mirada
en la cuenca de los mitos.

En fin, que es un placer y un orgullo verte en plena forma, amigo.

Luis Oroz.