Re: Cuidados paliativos
Publicado: Jue, 21 Ago 2025 7:58
Mi cansancio choca con tu enorme creatividad y ganas de vivir y bien morir. Me quedo con los versos que ha resaltado Julio, son buinísimos.
Un abrazo grande
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Perdonad, amigos y compañeros, que me salte el orden natural de respuestas, a los generosos y enjundiosos comentarios que dedicáis a este cuento, para agradecer a Pilar Morte su esfuerzo a pesar de su cansancio, me imagino que con el sopor del verano éste es mayor.Pilar Morte escribió: ↑Jue, 21 Ago 2025 7:58 Mi cansancio choca con tu enorme creatividad y ganas de vivir y bien morir. Me quedo con los versos que ha resaltado Julio, son buinísimos.
Un abrazo grande
Muchas gracias Enrique por el esfuerzo en su lectura y por tu comentario. Efectivamente el ritmo machacón es intencionado pues quisimos hacer un pequeño homenaje a Violadores del verso, nos gusta el rap.enrique sanmol escribió: ↑Mar, 12 Ago 2025 15:51 Creo que ya he leído este poema tres veces y... La verdad es que no sé qué comentar sobre él, Armilo.
Me parece un delirio sublime, un delirio junto con una canción machacona, con esas rimas tan fuertes en "ón", que en vez de ensuciarlo parecen subirlo aún más de nivel. Luego comentas que está basado en hechos reales, y aunque la realidad en ocasiones ya sabemos que supera la ficción, esta vez optaré por no creerte.
Enhorabuena y fuerte abrazo desde la canícula mediterránea.
¡Qué linda eres Ana!Ana Muela Sopeña escribió: ↑Dom, 10 Ago 2025 11:29 Gracias, Marisa... muchos besos.
Gracias, Alejandro... eres muy efusivo...
¿Armilo loco encantador? Podría ser.
Para mí es cuerdo certero. Aunque posiblemente ambos conceptos se rocen.
Un abrazo
Genio y figura hasta la sepultura, jajaja. Cuanto dolor encierran estos versos ardientes sobre la fría y pegajosa realidad del hoy. Es un poema de alto voltage para resucitarnos. Les felicito a ambos por estas chispas poética que ligran alumbra con gran ingenio esta noche.Armilo Brotón escribió: ↑Dom, 10 Ago 2025 5:07 "No todo lo que muere… muere del todo."
Para Ana Muela Sopeña
Toma mi beso si te falta color,
vivimos para follar con pasión;
a cambio,
guardo para ti, en el desorden,
la mejor colección de delirios;
nos vamos a mojar
con esta canción.
Después del choque:
En la puerta del súper
la abuela saltó como chimpancé fornicado,
pudimos haberla matado.
Todo puede romperse en un segundo:
la ciencia,
la conciencia,
el corazón que muerde,
la desolación,
lloré.
elPrior dio para tres barricas de ron,
luego el juicio. Castigo y condición:
Trescientas horas de trabajo comunitario,
multa y dos años sin conducción.
Helena llegó como una condena hermosa
en Cuidados paliativos de Belén,
su perfume a rosa rota era un vaivén
de trecientas horas viendo esperar su derrota
como un tren que iniciara el viaje sin ascensor.
Silencio de alba. Entre horas muertas
le hablaba y reía, pero sus frases eran puertas
que el viento cerraba sin dejar huella,
en esa laguna de no saber si la vida apesta
o es solo un sueño sin retoño.
Dame un beso cuando me falte calor,
si volvemos a contarlo será con razón,
guardo la mejor colección
de delirios que pudieran fraguarse
en esta canción.
Cuarenta horas a su lado después,
celular en mano,
le preguntó: “¿Cuánto llevas sin temblar, hermana?”
"Qué poético estás hoy Roger"
"Te voy a poner un video, mueve tus dedos…
yo me largo un rato
hasta escuchar algún suspiro en andanada."
No fue grosería, fue fósforo encendido;
a la risa del cristal, golpeado por el frío,
le contestó la rabia de no tener respuestas
para su vida.
Lo hizo así varios días, repitiendo el desafío
donde el deseo rompía el vacío
de las horas muertas.
Una noche la miró, sintió vida en sus ojos,
mientras el vídeo bajó la mano
hasta sus bragas; como un conjuro rojo
dibujó constelaciones bajo el destello de Copérnico
—bueno esto me lo he inventado,
me emocioné,
no tengo ni puta idea quién es ese tipo o constelación—
y sintió que sus vidas corrían en un solo arrojo,
su abrojo.
¿Que cómo lo sé?
Porque me lo contó.
Ya no había reloj, ni juicio ni muerte.
Ella se la quiso chupar, él probó suerte,
solo el temblor exacto podía sostener
la certeza de que morir es sobrevivirse.
Dame un verso cuando me falte calor,
volveremos a cantarlo si nos falta pasión.
Guardo la mejor colección
de delirios que quisieron morir
en esta canción.
Pero ella no quería morirse
lo supo por sus espasmos
que la madrugada firmó:
iba a resistirse.
Roger también lo supo
cuando ella dejó de mentirse,
cuando entendió que toda historia
podía reescribirse,
aunque fuera en los renglones torcidos
de Dios.
Ni curas, ni miedos, ni rezo ni gloria,
dos cuerpos rompieron la noria hueca
del destino, de la vida la rueda.
Si la muerte tenía cita la cambió de día
la risa se quedó tatuada en sus pieles
ante la agonía,
y yo aprendí que, a veces, la poesía
es sostenerla firme y derecha,
aunque sea una herejía
a nuestra edad.
¿Y ahora qué Roger?
Ahora nada,
mi noche nunca espera a Dios,
lo encierra y amanece, lo mata
y olvida su pasado entre panes;
come su médula y lamenta
una primavera que faltó.
Dame un beso cuando me falte calor,
volveremos a contarla con la misma pasión
guardo la mejor colección
de delirios que quisieron ser tu canción.
Hno Renato Vega