Editorial Alaire

Ana, ¡qué historia tan tierna y humana! Despierta, dentro de lo paradójico de la situación. la esperanza del consuelo y la generosidad, el regalo del verdadero amor. Me ha encantado. Salud.

Mi querida Ana, entre el título y lo que contiene me has dado una grata sorpresa. Pensé que te irías por otros rumbos, jamás se me hubiese cruzado este por la mente.

Me ha encantado.
Sé que muchos han hecho referencia a su ternura, a su humanidad, y sí, puedo ver ambas cosas, pero lo primero que pensé fue en que la decadencia también tiene su receso, quizá hasta con un poco de paz, que seguramente se convertirá en parte de la carga, aumentando el peso. Pero por esos recesos, bien vale haber nacido.

¡Qué buena eres escribiendo!

Te quiero.
Un abrazo.

Gracias, Guillermo, por tus palabras:

Un beso
Ana

Agradezco mucho tu precioso comentario, Alejandro:

Un beso grande
Ana

Mil gracias, Marisa, por venir y comprender:

Un abrazo
Ana

Así es, Ramón:

Siempre se da un encuentro humano incluso en lo que supuestamente es más sórdido.

Pero es que la luz, la humanidad y la empatía están en todas partes.

Un abrazo
Ana

Muchas gracias, Óscar, por tus delicadas palabras:

Un beso
Ana

Hola, Lisandro:

Dentro de las historias de cliente prostituta hay muchas de salvación, amistad, terapia, redención...

Diversos amigos me han contado sobre sus increíbles experiencias. Experiencias llenas de humanidad y sensibilidad.

Un amigo pagaba a una chica de pago para simplemente conversar porque con su mujer no podía hablar, todo eran gritos e insultos de ella hacía él.

Existen muchas historias llenas de humanidad en estos entornos sórdidos.

Un abrazo
Ana

Gracias, Julio, es una alegría saber que has visto todas esas cosas en la historia.

Un beso
Ana

["Ana Muela Sopeña" post_id=441002 time=1515474143 user_id=92]
Espera en una esquina
al cliente que pare y la contrate.
Imagina su mundo más anclado
en los sueños de infancia.

Llega un hombre disperso
y desolado.
No sabe a dónde ir.
Camino del suicidio
siente su deambular
un paseo hacia el blanco cementerio.

Contempla
apoyándose sobre un edificio
a una chica insinuante que le llama.

Pactan precio y servicio.
Suben al dormitorio.
Él tiembla como un adolescente.
No puede funcionar...
pero ella le sonríe y no le cobra.
Le prepara un café.
Él llora, obsesionado, por su ex.
Ella conoce bien la sensación.

Quizás sea otro día
pero hoy no...
Hoy no terminará
con su sórdida vida.

Ella sabe que hay noches como esta
que le hacen sentir bien,
más allá del dinero,
más allá de las lágrimas
o de los orgasmos simulados.

Ella sabe que a veces
es bueno haber nacido...


Ana Muela Sopeña

Hola Ana. Leí varios comentarios, pero uno me ha recordado aquellos tiempos.. .Más o menos dice, que la poesía está en todas partes y tú, como no, la pones en vida. Otros tiempos.

Hoy más que nunca, desde la soledad de mi isla..

Un fuerte y cordial abrazo.

José Manuel F. Febles

Ana Muela Sopeña escribió: ↑Mar, 09 Ene 2018 6:02 Espera en una esquina
al cliente que pare y la contrate.
Imagina su mundo más anclado
en los sueños de infancia.

Llega un hombre disperso
y desolado.
No sabe a dónde ir.
Camino del suicidio
siente su deambular
un paseo hacia el blanco cementerio.

Contempla
apoyándose sobre un edificio
a una chica insinuante que le llama.

Pactan precio y servicio.
Suben al dormitorio.
Él tiembla como un adolescente.
No puede funcionar...
pero ella le sonríe y no le cobra.
Le prepara un café.
Él llora, obsesionado, por su ex.
Ella conoce bien la sensación.

Quizás sea otro día
pero hoy no...
Hoy no terminará
con su sórdida vida.

Ella sabe que hay noches como esta
que le hacen sentir bien,
más allá del dinero,
más allá de las lágrimas
o de los orgasmos simulados.

Ella sabe que a veces
es bueno haber nacido...


Ana Muela Sopeña

Así es Ana, aunque la vida no nos corresponda siempre con halagos, es muy hermoso haber nacido, respirar y estar de pie para luchar por o que uno quiere. Lo mas valioso es, haber nacido, estar aquí.

Hermoso y realista

Que tengas una feliz tarde
Un abrazo
Siempre, Rafael.

Hola Ana
Tu poema es un poco sórdido pero al fin y al cabo como la vida misma.
Es de estos escritos que expulsa verdades, bien escritas y mejor sentidas.
Me ha gustado amiga.
Un abrazo

Gracias, Ara:

Muy bueno tu comentario.

En los mundos sórdidos puede haber mucha humanidad. Y, como bien dices, la decadencia también tiene su receso.

Un beso enorme
Ana

Muchas gracias por venir, José Manuel:

Un beso grande
Ana

Me gusta tu comentario, Rafael, gracias:

Un beso
Ana