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Me alegra mucho, Alejandro.Alejandro Costa escribió:Estamos ante una obra con firma inequivoca.
Tiene toda tu tinta en cada verso y tiene esa calidad que se le supone y exige a un buen poeta, y que desde luego tu llevas en tu pluma.
Me ha gustado, Carmen.
Es un buen escrito.
Besos, corazón.
Muchas gracias, Carlos, tu presencia siempre es grata.Carlos Justino Caballero escribió:Presente con el habitual placer en tus letras, estimada Carmen! Besos para tiCarmen Pla escribió:¡ Ah, no!
La vida no es tan larga.
El amor vuelve loco a cualquiera;
se detiene a leer cada palabra
en su nebulosa de paisaje.
El amor,
a veces es un chef de prestigio
o un cocinero de tropas;
conquistando una estrella Michelín.
La sensualidad feliz de una boca golosa,
imaginando con qué salsa lo convertirá
en una obra de arte de aperitivo carnal.
Hasta perder la piel y el color del pelo
sin querer advertir las embestidas.
Tengo la tentación de poner
mi mano sobre tu pecho,
sentir a través de la tela
la firme tibieza de tu carne.
La fisura mínima que embarga
la emoción de caer al precipicio
- sin miedo -
Aterrizando en un vértigo infinito
- sin paredes -
Sobre la brava tormenta apurada
calada en puesta de sol.
Y aunque el mar entre en casa,
navegar con los cuerpos de coral
hasta el calor de un latido.
Como un rayo tajado de cielo
paralizando los cuatro nudos
- hasta rugir -
A velas enredadas
el tiro parco será nuestro amuleto;
con la respiración a ritmo
de la lengua rosada lamiendo
- agua con sal -
Mordiendo los ocres del mar
y el cobalto de nuestros vientres
antes de apretar.
Así, si te sientes pena,
bajaré como un duendecillo maligno.
Hasta comprender el misterioso recorrido
que me conduce a tu intransigencia.
Siempre son maravillosos tus comentarios, querida Marimar.Marimar González escribió:Alcanzar un camino seguro a través de tus acertadas metáforas con ese despliegue natural y claro del lenguaje resulta sumamente agradable. Placentero el poema que habla de eso mismo con naturalidad y encanto.
Cariños, Carmen.
May
Sidel Zeissig escribió:Interesante, fuerte, sensual y bello recorrido por tus imágenes y tus letras.
Es la primera vez que te leo, pero es la primera de muchas que vendrán.
Un abrazo, Carmen.
Un abrazo, Luis.Luis M. escribió:Sensual, ingenioso, bello... Un gran poema que me encantó leer, Carmen. Mis sinceras felicitaciones, amiga. Un abrazo.
Rafel Calle escribió:Bello y evocador trabajo de Carmen.
Me alegra mucho, Guillermo.Guillermo Cuesta escribió:Como el amor hace diabluras que bien se lee tu poema. Te felicito y aplaudo.
Un abrazo
Muchas gracias, amigo Alejandro.Alejandro Costa escribió:Estamos ante una obra con firma inequivoca.
Tiene toda tu tinta en cada verso y tiene esa calidad que se le supone y exige a un buen poeta, y que desde luego tu llevas en tu pluma.
Me ha gustado, Carmen.
Es un buen escrito.
Besos, corazón.
Muchas gracias, Carlos.Carlos Justino Caballero escribió:Presente con el habitual placer en tus letras, estimada Carmen! Besos para tiCarmen Pla escribió:¡ Ah, no!
La vida no es tan larga.
El amor vuelve loco a cualquiera;
se detiene a leer cada palabra
en su nebulosa de paisaje.
El amor,
a veces es un chef de prestigio
o un cocinero de tropas;
conquistando una estrella Michelín.
La sensualidad feliz de una boca golosa,
imaginando con qué salsa lo convertirá
en una obra de arte de aperitivo carnal.
Hasta perder la piel y el color del pelo
sin querer advertir las embestidas.
Tengo la tentación de poner
mi mano sobre tu pecho,
sentir a través de la tela
la firme tibieza de tu carne.
La fisura mínima que embarga
la emoción de caer al precipicio
- sin miedo -
Aterrizando en un vértigo infinito
- sin paredes -
Sobre la brava tormenta apurada
calada en puesta de sol.
Y aunque el mar entre en casa,
navegar con los cuerpos de coral
hasta el calor de un latido.
Como un rayo tajado de cielo
paralizando los cuatro nudos
- hasta rugir -
A velas enredadas
el tiro parco será nuestro amuleto;
con la respiración a ritmo
de la lengua rosada lamiendo
- agua con sal -
Mordiendo los ocres del mar
y el cobalto de nuestros vientres
antes de apretar.
Así, si te sientes pena,
bajaré como un duendecillo maligno.
Hasta comprender el misterioso recorrido
que me conduce a tu intransigencia.