Editorial Alaire

Mitsy Grey escribió:

jose manuel saiz escribió:DÍAS EXTRAORDINARIOS


Solo era una muchacha en un balcón, y yo un jilguero buscando
prodigios en el aire; y aquellos fueron días, simplemente,
extraordinarios.

Y ahora que he perdido mi ingenuidad por el camino sé,
que golondrinas como esas, nunca vuelan solas.


--oOo--

Lirismo, romanticismo y un mosaico de amor a primera vista que en tus letras, hace soñar!!! Felicidades josé manuel, venero a tu pluma que sabe del arte de describir y hacer sentir, como pocas... toda mi admiración por tu hermoso versar.

Un fuerte abrazo....

Mitsy

Carmen Pla escribió:Una bonita historia hecha poesía y de una ternura extraordinaria.
Un placer leerte, J. Manuel.
Un abrazo

Marisa Peral escribió:

jose manuel saiz escribió:
¡Ay, José Manuel!
Leerte siempre hace que el día sea extraordinario y no es una tontería que se me acaba de ocurrir, no señor.
Haces que lo que parece inapreciable se convierta en un suceso importante y lo haces mostrando todo lo que rodea a ese momento que, siendo efímero, nos muestra un mundo de sensaciones e imágenes bellas.
Me encanta tu poesía, tu inigualable y magna sencillez, amigo mío.
Te felicito y te envío un abrazo gigante.

Noemi Sánchez escribió:Hermoso como siempre leerte y dibujar en mi cabeza aquello que describes,
es un gusto poder regresar a leerles.

Una brazo.

Luis M. Mariño escribió:Perdona que vuelva a entrar, he leído el comentario de Óscar, y luego tu contestación, y bueno, como al fin y al cabo esto es un foro interactivo, con vuestro permiso y respetando todas las opiniones (sobre todo la decisión del autor del poema) intervendré en la crítica que atañe al asunto.
Es verdad que había resaltado los últimos versos del poema, que a mí particularmente me parecieron muy hermosos y parte importante y fundamental del mismo.
Quizás (y siempre en mi humilde opinión de mero lector) afinando mucho se podría mejorar el anterior final del poema. Si fuera mi poema posiblemente lo hubiese finalizado de esta manera (o algo parecido):

"Y ahora que mudé mi ingenuidad por el camino sé
que algunas golondrinas, nunca vuelan solas."

Pero sinceramente pienso que modificar el antiguo cierre por el nuevo resta una gran parte de "chispa" al poema, y no es que sea malo el nuevo, sino que el antiguo finiquitaba de manera "emocionalmente" perfecta la poesía.

Aunque según he entendido (quizás equivocadamente) el comentario de Óscar, él hacía referencia al penúltimo verso, en lo que estoy de acuerdo con él, pero quitar el anterior último me parece un error.

Espero no molestar al autor, es solo una opinión personal. Abrazos amigos.

Just Gafar escribió:Parece sencillo Jose Manuel, pero no lo es.
Tienes una magnifica forma de elevar, aquello que podría pasar como un simple anécdota, en un verdadero hálito de lirismo y poesía.
Sutil, cotidiano, humano en todos sus ángulos , pero es en la mirada del poeta donde los guijarros vuelan.
Un placer de lectura. Mi abrazo.

Pablo Ibáñez escribió:José Manuel,

de nuevo un magnífico poema, querido amigo. Tu creatividad parece no tener límite. Siempre destaco lo mismo de tus poemas: esa capacidad para sacar petróleo de la nada. De un episodio aparentemente nimio (la visión de una mujer asonada a un balcón), eres capaz de sacar todo un mundo, una vida, y traérnoslos a los ojos. Es como si cada uno de los detalles pequeños estuvieran íntimamente ligados unos con los otros, de manera que fuera imposible entender nada si no se entendiera cada uno de ellos en su profundidad estética.

Un abrazo.

jose manuel saiz escribió:DÍAS EXTRAORDINARIOS


Un día vi asomada a un balcón a una muchacha
pálida y frágil como las estatuas de mi oscura ciudad.
Desde aquella atalaya miraba al mundo y a la gente
y yo, debajo, al cielo y a los pájaros.
Deslumbraba, era como si la luz y la gravedad
fueran núcleo y epicentro de su rostro.
Se ofrecía al sol. Creo que tenía los pies desnudos, o la blusa
despreocupadamente abierta, o los pechos indefensos
por expuestos, o todas aquellas maravillas desplegadas a la vez.
Y sucedió en un tiempo por el que andaba yo
de ronda por la vida.

Así permaneció un rato. Luego se esfumó. Era hermosa.
Tal vez vivía sola.

Regresé un par de veces (quizás algunas más). Definitivamente
muchas más.
No hubo suerte. Es probable que se fuera a otro lugar
o se hallara de paso
y no viviera allí.

Solo era una muchacha en un balcón
y aquellos fueron días, simplemente,
extraordinarios.

Ahora pocas cosas me roban el asombro.
Lentamente la vida se ha vuelto previsible
y mi ciudad acaso más oscura.
Por otra parte, el tiempo enseña,
que golondrinas como ella, nunca vuelan solas.


--oOo--

Pilar Morte escribió:La sencillez profunda con que abordas los temas es exquisita. Un poema precioso.
Besos
Pilar

Armilo Brotón escribió:Buena reflexión muy bien metaforiza en esa joven del balcón que te da pie a profundizar poéticamente sobre el paso del tiempo.
Interesantes comentarios de los compañeros. Nunca se acaban los poemas, están en movimiento cuando están vivos.

Recibe un cordial saludo