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Publicado: Jue, 04 Jun 2015 17:47
por Rafel Calle
Muy bello poma de Raul.

Publicado: Vie, 19 Jun 2015 14:07
por Raul Muñoz
Marius Gabureanu escribió:Todo eso lo que evocas, amigo Raúl, las potentes imágenes que sitúan el poema en un marco surrealista, y elegir los colores de la decadencia, le confiere al poema un aire inmortal. Me ha encantado, amigo. Recibe mis abrazos sinceros y felicitaciones.



Hubo un tiempo en que los hipopótamos me sonreían,
se zambullían en los ojos y salpicaban mis pantalones;
un tiempo en el que mi madre freía huevos al aire libre
y mi padre relamía el televisor con la luz apagada - es una estrofa maravillosa.

Muchas gracias Marius, por tus generosas palabras de apoyo.

Te envío un fuerte abrazo, amigo.

Re: Rojo y amarillo

Publicado: Vie, 19 Jun 2015 14:09
por Raul Muñoz
Begoña Egüen escribió:
Raul Muñoz escribió:Una perturbadora persona de cabellos rojos
viene cada noche a la cabecera de mi cama:

llora sobre mis manos ventiscas de otros amaneceres,
cuando recogíamos laureles
y las madres roían vigas de acero naranjas.

Hubo un tiempo en que los hipopótamos me sonreían,
se zambullían en los ojos y salpicaban mis pantalones;
un tiempo en el que mi madre freía huevos al aire libre
y mi padre relamía el televisor con la luz apagada.

Tiempos de blanco y negro, y correrías por el metro.
En los túneles cantaba mecano y encendíamos mecheros.
Y un cazador de sombras, con disgusto, miraba al escenario;
se arrancaba los dientes porque no prendían las canciones ñoñas de amor.

Volvía a mi casa, apesadumbrado por la música,
allí abría mi colección de mariposas y saltamontes;
los veía muy quietos y atravesados por dulces agujas de alfiler.
Brillaban mis ojos tras su regreso a la vida apacible,
llegaba a mi lengua de nata el aliento de la tierra mojada.

Pero, en la cocina, otra vez freían los aros de cebolla,
si seguíamos así acabaríamos por reventar.
No tuve más remedio, que introducir mis manos en el aceite hirviendo,
y ofrecer algo más de alimento a un mundo hambriento y voraz.

Y tampoco me arrepiento, ahora que mis manos arden en el infierno
y sujetan por el cuello al diablo.

Sólo siento lástima por un niño chamuscado,
que cada noche orina en el infierno
y pinta sus dibujos con dos plastidecores:

uno de color rojo y otro amarillo.
¡ Impresionante, poema, colmado de metáforas, bellamente expresadas. Te felicito.
Un abrazo.
BEGOÑA.

Muchas gracias, Begoña, me alegro de que te haya gustado.

Un abrazo, amiga.

Publicado: Vie, 19 Jun 2015 14:12
por Raul Muñoz
F. Enrique escribió: Me ha gustado mucho el poema, Raúl, cada vez te veo más entonado, se me viene a la mente aquella excelente Carta al padre. La niñez y un mundo distinto se deshacen en un mundo surrealista que no puede ocultar una verdad que duele.

Un abrazo.

Siempre un placer, Enrique, contar con tu sensibilidad y buen criterio. Sí es cierto que hay una vinculación entre los dos poemas, un mismo dolor desgarrador los vertebra; el dolor del desencuentro.

Muchas gracias, amigo por dejar tu huella en mis intentos.

Un fuerte abrazo.

Publicado: Vie, 19 Jun 2015 14:16
por Raul Muñoz
Ventura Morón escribió:Amigo Raúl, me ha gustado mucho el poema. Dentro de tu camino, que tenemos la suerte de compartir, atisbo los elementos y las formas que vienen a poblar tus versos de forma recurrente. Ese reconocimiento de tus obras, es ya en si mismo, el encontrar una voz reconocible, una voz que evoluciona a un ritmo y en una dirección espléndidos.
La niñez no es tan inocente, la visión adulta tizna los recuerdos, agolpa una sangre mancillada en unos ojos tiernos que no saben de lluvia, pero que se pasean por el averno en plena tormenta.
Muy sugerente el lenguaje, las imágenes, en conjunto, una obra que me ha encantado en toda su extensión y profundidad.
Un abrazo querido amigo

Me alegra el corazón encontrarte, Ventura amigo, lo mejor es saber que no caminamos solos. En este camino, aún me pierdo muchas veces, pero no dejo de sentir la necesidad de seguir andando.

Me llena de alegría que te llegue esas emociones grabadas a fuego. Siempre agradecido por tu inmensa generosidad,

recibe un caluroso abrazo.

Publicado: Vie, 19 Jun 2015 14:17
por Raul Muñoz
Rafel Calle escribió:Muy bello poma de Raul.


Muchas gracias, Rafael amigo, por tu apoyo a mis intentos.

Un fuerte abrazo.

Publicado: Sab, 20 Jun 2015 0:51
por Josefa A. Sánchez
La infancia y su caleidoscopio de momentos tiñendo de colores el presente. Me ha gustado tu poema.
Un abrazo.
Pepa

Re: Rojo y amarillo

Publicado: Mar, 07 Jul 2015 20:38
por Lunamar Solano
Intensas imágenes que desnudan los instantes sensibles de la memoria...
Muy grato leerte amigo...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Re: Rojo y amarillo

Publicado: Mié, 08 Jul 2015 2:34
por E. R. Aristy
Raul Muñoz escribió:Una perturbadora persona de cabellos rojos
viene cada noche a la cabecera de mi cama:

llora sobre mis manos ventiscas de otros amaneceres,
cuando recogíamos laureles
y las madres roían vigas de acero naranjas.

Hubo un tiempo en que los hipopótamos me sonreían,
se zambullían en los ojos y salpicaban mis pantalones;
un tiempo en el que mi madre freía huevos al aire libre
y mi padre relamía el televisor con la luz apagada.

Tiempos de blanco y negro, y correrías por el metro.
En los túneles cantaba mecano y encendíamos mecheros.
Y un cazador de sombras, con disgusto, miraba al escenario;
se arrancaba los dientes porque no prendían las canciones ñoñas de amor.

Volvía a mi casa, apesadumbrado por la música,
allí abría mi colección de mariposas y saltamontes;
los veía muy quietos y atravesados por dulces agujas de alfiler.
Brillaban mis ojos tras su regreso a la vida apacible,
llegaba a mi lengua de nata el aliento de la tierra mojada.

Pero, en la cocina, otra vez freían los aros de cebolla,
si seguíamos así acabaríamos por reventar.
No tuve más remedio, que introducir mis manos en el aceite hirviendo,
y ofrecer algo más de alimento a un mundo hambriento y voraz.

Y tampoco me arrepiento, ahora que mis manos arden en el infierno
y sujetan por el cuello al diablo.

Sólo siento lástima por un niño chamuscado,
que cada noche orina en el infierno
y pinta sus dibujos con dos plastidecores:

uno de color rojo y otro amarillo.

Las imágenes surreales de este magnifico poema es impactante, quema como el aceite caliente en esas manos. Colores de gran simbología, Raúl, ese amarillo es la gran decadencia del entorno. ¿La ictericia de una causa oculta en el padecimiento de todos?, te felicito, sigo impresionada de tu intensidad poética. ERA

Re:

Publicado: Dom, 09 Ago 2015 8:10
por Raul Muñoz
Josefa A. Sánchez escribió:La infancia y su caleidoscopio de momentos tiñendo de colores el presente. Me ha gustado tu poema.
Un abrazo.
Pepa

Gracias Pepa, me alegro de que te guste.

Un abrazo.

Re: Rojo y amarillo

Publicado: Dom, 09 Ago 2015 8:12
por Raul Muñoz
Lunamar Solano escribió:Intensas imágenes que desnudan los instantes sensibles de la memoria...
Muy grato leerte amigo...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Gracias Lunamar, me alegro de que sea de tu agrado.

Otro abrazo con cariño

Re: Rojo y amarillo

Publicado: Dom, 09 Ago 2015 8:14
por Raul Muñoz
E. R. Aristy escribió:
Raul Muñoz escribió:Una perturbadora persona de cabellos rojos
viene cada noche a la cabecera de mi cama:

llora sobre mis manos ventiscas de otros amaneceres,
cuando recogíamos laureles
y las madres roían vigas de acero naranjas.

Hubo un tiempo en que los hipopótamos me sonreían,
se zambullían en los ojos y salpicaban mis pantalones;
un tiempo en el que mi madre freía huevos al aire libre
y mi padre relamía el televisor con la luz apagada.

Tiempos de blanco y negro, y correrías por el metro.
En los túneles cantaba mecano y encendíamos mecheros.
Y un cazador de sombras, con disgusto, miraba al escenario;
se arrancaba los dientes porque no prendían las canciones ñoñas de amor.

Volvía a mi casa, apesadumbrado por la música,
allí abría mi colección de mariposas y saltamontes;
los veía muy quietos y atravesados por dulces agujas de alfiler.
Brillaban mis ojos tras su regreso a la vida apacible,
llegaba a mi lengua de nata el aliento de la tierra mojada.

Pero, en la cocina, otra vez freían los aros de cebolla,
si seguíamos así acabaríamos por reventar.
No tuve más remedio, que introducir mis manos en el aceite hirviendo,
y ofrecer algo más de alimento a un mundo hambriento y voraz.

Y tampoco me arrepiento, ahora que mis manos arden en el infierno
y sujetan por el cuello al diablo.

Sólo siento lástima por un niño chamuscado,
que cada noche orina en el infierno
y pinta sus dibujos con dos plastidecores:

uno de color rojo y otro amarillo.

Las imágenes surreales de este magnifico poema es impactante, quema como el aceite caliente en esas manos. Colores de gran simbología, Raúl, ese amarillo es la gran decadencia del entorno. ¿La ictericia de una causa oculta en el padecimiento de todos?, te felicito, sigo impresionada de tu intensidad poética. ERA

Muy agradecido por tu visita ERA. Sugerente lo que comentas de la ictericia.

Te envío un fuerte abrazo, amiga.