Editorial Alaire

Pablo Ibáñez escribió:Óscar,

me ha gustado mucho el poema, amigo. La descripción en primera persona de la vejez, de la debilidad, logra una identificación instantánea con el personaje. Nos metemos dentro de su ajada piel y entendemos su resignación y su humildad. El último nocturno de Chopin, la música en la noche, se convierte en la última gloria disponible para este hombre mísero, una imagen de gran patetismo y belleza.

Un abrazo.

Gracias, Pablo, por tan esclarecedoras palabras, y por la generosidad con que describes tus emociones ante la lectura. Es muy bueno y estimulante tenerte como lector, amigo.

Un abrazo grande.
Óscar

Bello poema como siempre de la
mano de su talento.
Le felicito.

Un poema magnífico, Óscar. Tu voz se sostiene con eufonía a lo largo y ancho de la composición.
Espléndido trabajo, amigo, que ha sido una delicia leer.
Recibe un abrazo fraternal.
Felipe.

Pilar Morte escribió:Te vuelvo a decir que me encantan tus poemas, los disfruto, me llegan porque me dicen. Estas reflexiones sobre el fondo de Chopin son excelentes.
Besos
Pilar

Gracias, Pilar. Te confieso que tu comentario es para mí como un parámetro. Éste me ha hecho feliz.

Un abrazo.
Óscar

José Manuel Sáiz escribió:Nos dices mucho sobre tí en el poema. Desnudas una parte de tu psique y la compartes en unos versos profundos, elegante e intimistas. La excusa del nocturno de Chopin contribuye a crear esa peculiar atmósfera. Excelente.
Un abrazo
J. Manuel

Te agradezco de corazón, amigo, tu generoso comentario. Es cierto que el poema contiene elementos autobiográficos muy marcados (últimamente sólo me interesa lo que me afecta existencialmente, y eso trato de escribir). En cuanto a Chopín, sólo quiero decirte que para mí él y su música simbolizan la lucha humana contra la enfermedad, la agonía y, por qué no decirlo, la muerte misma. El padecimiento de este gran artista no se compara con nuestros miserables dolores reumáticos. Yo amo a Chopín por su calvario, por seguir creando en plena agonía. Yo lo tengo como el paradigma del artista auténtico.

Un abrazo grande.
Óscar

Víctor F. Mallada escribió:Oscar,

Estoy leyendo tu nocturno y escuchando a Chopin (Nocturno Op. 9, nª 2). Todo un placer para los sentidos. Sentirse transportado por tu letras y las notas de un piano a un plano de hermosura con sus fortes, pizzicatos, altos, bajos, vida en pleno desarrollo.

A pesar del ambiente de tristeza (también expresado por la música) uno no puede menos de sentirse afortunado por poderse deleitar en expresiones tan rítmicas y tan bien construidas en este poema.

¿El destino? Cada uno se ha labrado el suyo a golpe de bailar con lo que suena.

Un abrazo, amigo.

Víctor

Gracias, amigo Víctor, por tan generoso comentario. Muy atinadas reflexiones las tuyas. Es un honor tenerte.

Un abrazo.
Óscar

Oscar. Enorme tu poema, me ha encantado mucho su lectura. Pese a los cuestionamientos en otro foro, te considera un gran poeta. Un abrazo.

Muy hermoso poema, amigo Óscar, digno de figurar entre tus mejores trabajos.
Dices que tiene mucho de autobiográfica esta celebración existencialista, donde creo que consigues un ritmo trepidante y mucha potencia idiomática, ambos aspectos, a mi juicio, un sello inconfundible en tu poética.
Ha sido un placer leerte. Felicidades por el poema.
Un cordial abrazo.

Excelente poema. Toda la carga de la experiencia vital se derrama en versos de gran altura. Mi felicitación y un abrazo.

qué enorme poema. aterricé a leerlo a demasiada velocidad (estoy en el medio de una mudanza de oficina y en el medio de la locura decidí meterme al foro para respirar. comencé y me ví obligado a frenar duramente. el poema es tan en serio, tan humano, es tal la atracción que dictamina, la pausa, la reflexión. uno sabe que del otro lado de lo que lee alguien se ha jugado el pellejo para decir y para ello ha metido todo en su voz, todos sus días a que escurran de entre los dedos, con las manos compartiendo ser lo que queda de uno.
te mando un abrazo y mis felicitaciones.

Óscar Distéfano escribió:Oyendo un nocturno de Chopín

Hoy es aún mi tiempo, tal vez una de las últimas noches
donde pueda oír un nocturno de Chopín.

Soy un hombre mecánico, con ritmo temporal
en mi estructura osteológica y en la función de mis arterias,
y tan sólo me resta ennoblecer los sucesos errantes de mi psiquis
por las venas con tufo a sangre accidentada,
a sueños carcomidos por la abulia,
a eternidad sin gloria,
como tristes historias de amor de drogadictos.

Crear palabras cordiales para los solitarios,
y como ellos ser también un hombre nocturno
acostumbrado al coro impertinente de los grillos.
No desangrarme más
rastreando las notas de algún violín muerto de amor.

Estoy junto a la vida, amo lo vivido,
cerca de los recuerdos -grandes blanqueadores de mi alma-.
Pero pasaron muchos años,
y a montones recojo escombros de mi empeño,
y se vuelven los árboles más débiles, como mi madre,
aunque la noche sigue tranquila hacia su lecho helado.

Voy cayendo a la tierra como una semilla con alas,
en búsqueda poética de hundirme en surco fértil,
y un temblor de retoño se extiende por mis ramas,
y cada día saco fuerzas de mis hojas muertas,
del crepúsculo -cofre de todos mis secretos-.

Y en una de estas noches de brillantes estrellas
descargará el destino su furia sobre mí.

"Estoy junto a la vida, amo lo vivido,
cerca de los recuerdos -grandes blanqueadores de mi alma-.
Pero pasaron muchos años,
y a montones recojo escombros de mi empeño,
y se vuelven los árboles más débiles, como mi madre,
aunque la noche sigue tranquila hacia su lecho helado.

Voy cayendo a la tierra como una semilla con alas,
en búsqueda poética de hundirme en surco fértil,
y un temblor de retoño se extiende por mis ramas,
y cada día saco fuerzas de mis hojas muertas,
del crepúsculo -cofre de todos mis secretos-.

Y en una de estas noches de brillantes estrellas
descargará el destino su furia sobre mí".








... y el poema avanza, avanza y lo hace zigzagueando, recogiendo, amasándose mediante trozos y esquirlas de vida, hasta que poco a poco se planta en los versos dejados más arriba, y el poeta, en medio de su campo natural, de su propio corazón, expande las palabras para, de cuajo, arrancándoselos, recoger un plus de sentimientos y traérnoslos y hacérnoslos condición severa de poeta y su presencia. Lo demás, quede al prestigioso criterio personal de compañeros de Foro; sé que, con creces, detentan ese poder sutil de detectar e hilvanar los más bellos y exultantes secretos álmicos con que existe y es la poesía. Mis saludos, Óscar Distéfano; Orión

Guillermo Cuesta escribió:Una vivífica confesión existencial bajo la música grata de un nocturno de Chopin
aunque internamente fluye alguna carencia muy bien plasmada por la expresión
poética de tu magnífico poema.

un abrazo

Lo has definido. Es una confesión; pero, no en el sentido cristiano de buscar el arrepentimiento, sino, más bien, en una forma de catarsis y de dejar el alma en orden. Muchas gracias por tu visita, amigo.

Un abrazo.
Óscar

Carlos Justino Caballero escribió:Óscar Distéfano, Destilando lirismo y talento tu poema atrapa! Lleno de imágenes sugerentes y también explícitas me lleva al aplauso, poeta!

Gracias, compañero, tus palabras me llegan muy amistosas. Me hacen bien.

Un abrazo.
Óscar

Óscar Distéfano escribió:Oyendo un nocturno de Chopín

Hoy es aún mi tiempo, tal vez una de las últimas noches
donde pueda oír un nocturno de Chopín.

Soy un hombre mecánico, con ritmo temporal
en mi estructura osteológica y en la función de mis arterias,
y tan sólo me resta ennoblecer los sucesos errantes de mi psiquis
por las venas con tufo a sangre accidentada,
a sueños carcomidos por la abulia,
a eternidad sin gloria,
como tristes historias de amor de drogadictos.

Crear palabras cordiales para los solitarios,
y como ellos ser también un hombre nocturno
acostumbrado al coro impertinente de los grillos.
No desangrarme más
rastreando las notas de algún violín muerto de amor.

Estoy junto a la vida, amo lo vivido,
cerca de los recuerdos -grandes blanqueadores de mi alma-.
Pero pasaron muchos años,
y a montones recojo escombros de mi empeño,
y se vuelven los árboles más débiles, como mi madre,
aunque la noche sigue tranquila hacia su lecho helado.

Voy cayendo a la tierra como una semilla con alas,
en búsqueda poética de hundirme en surco fértil,
y un temblor de retoño se extiende por mis ramas,
y cada día saco fuerzas de mis hojas muertas,
del crepúsculo -cofre de todos mis secretos-.

Y en una de estas noches de brillantes estrellas
descargará el destino su furia sobre mí.

Chopin y tu poesía, uff, qué combinación magistral. Hondamente me han llegado al alma todos y cada uno de tus versos, poeta, porque conforman un concierto profundo e infinito imposible de olvidar.
Un gran abrazo

E. R. Aristy escribió:El poema en la superficie habla del envejecimiento, de la debilidad, del cordon umbilical que nos ata a una matriz en la cual ya no puede vivir el hombre hecho...por otro lado, Chopin, el nocturno artistico, el crepusculo que no solo guarda los secretos de la identidad inmadura, pero el secreto del hombre-artista, del hombre atemporal, el secreto de fuerzas nascientes en el poniente de arboles circulares, y son todas estas cosas inefables, transcendentes que nos llevan a amar las hojas otonales, muertas y aun asi, continuando ser poderosos simbolos de vida. Me ha maravillado tu poema, Oscar. Abrazos, ERA

Me ha encantado esta mirada tuya sobre el poema. Le has brindado la luz de tu hondo espíritu. Pienso que a estas alturas de nuestras vidas, y estando entre amigos entrañables como tú, podemos atrevernos a hablar de ciertas preocupaciones vitales, a modo de buscar la fraternidad que, justamente, tú me has otorgado sin interés alguno. Valoro enormemente la extraña fuerza sensorial que se ha creado en este magnífico foro. Compartir con espíritus poéticos como el tuyo es un privilegio que no me canso de recordar. Y todo gracias a internet.

Un beso de amistad.
Óscar