Publicado: Lun, 20 Ago 2012 6:16
Muy buen poema amigo Ferreiro. Salud.
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Gracias, Sara, por tu paso y generosos comentarios.Sara Melisa Suarez escribió:Ferreiro, estupendo poema, un disfrute de ritmo y metáforas. Saudos.
J. J. M. Ferreiro escribió:En Sevilla, a la cuatro de la tarde,
siete soles hambrientos retumbaban
despeñándose rojos por los montes.
Agrandaba el jardín ante la sangre,
la umbría deliraba sed de tiempo
y la tarde expandía su demora.
El profano marfil de las efigies
vaporizaba el sueño de la luz.
Se glorificó el verde más errático
y fue polvo inmolado en los insectos.
Derramaban los muros en los llantos
amarguras disueltas en la fuente.
El catarro del grifo se hizo ronco,
los peces se atoraban en el agua.
Los paseos trotados en la niebla
y las telarañas del tiempo cano
revestían veredas y parterres.
Mientras ella dormía en un banquillo,
una lúbrica esencia despertó
y extendió su designio, confundida
con los acalorados balbuceos
de los ramajes en la hora cumbre.
Un benéfico augurio de palomas
ceñía la dulzura de sus pechos.
Sus piernas, en dos cuerpos taciturnos,
sutiles, presentían descarnadas.
Una angustia empedraba sus delicias
―cárdena y confundida cruz remota.
Una nevada de ámbar anegó
su vientre ―sensorial como la nube
exaltada de sexo cuando amó,
años atrás, bajo el Sol de Castilla
Entre los muslos rubios mis dos manos;
un cárdeno pudor ―febril urgencia―
subía su columna vertebral
como un columpio roto con chiquillo
adentro que se eleva disparado
esparciendo virutas en el cielo.
Todo el aire restante se partía
provocando extensiones de su cuerpo.
Su yo sería más que el yo de ella,
con el yo de otros más: mármol divino,
pájaros detenidos, hojas muertas…
sería soledad con azotea
interior que aglutina tanta gente
como las espesuras tragan luz.
Tibias, prestas, sus manos minerales,
por el ópalo rosa de un nudillo,
se arqueaba su alma y como espada
se hundía en la espesura del silencio,
en la matriz vacía de los vidrios,
que ―cual madre cabal― toda se colma
de manantiales lácteos; sustento
proteico en lo profundo del instante.
Gracias, Pablo, por este generosos y valiosos (todos los tuyos lo son) comentarios que haces de este viejo poema.Pablo Ibáñez escribió:Ferreiro,
me ha gustado muchísimo. Me gusta mucho el ambiente modernista de jardín decadente, utilizando el metro endecasílabo clásico, modernista de suyo, que dominas con maestría. Dos estatuas en plena tensión sexual, el mármol "divino" derritiéndose de deseo, es una imagen potentísima que invita a soñar.
Uno podría pensar en esculturas griegas desnudas pero la referencia a Castilla abre un nuevo horizonte más conocido, más pudoroso y místico "pájaros detenidos, hojas muertas..."
En la primera lectura pensé "tal vez un poco largo", pero en las siguientes me daba pena que terminara.
En fín, que me ha encantado.
Un abrazo.
Es todo un honor, Julio, que hayas disfrudo de estos versos.Julio Gonzalez Alonso escribió:Te comentan con muy buen criterio los aciertos de esta potente creación tuya, Ferreiro, y reconozco todos y cada uno de ellos. Te diré, no obstante, que he disfrutado dejándome llevar por la arrebatada escritura de estos versos magníficos, y que me han dejado pensativo en ese estado relajado después de las buenas lecturas. Felicitaciones.
Salud.