Rafel Calle escribió:Reverencia promiscua a los pies de tus manos, el poema se alza como un monte de susurros tiritando, es la idea del frío que resuelve sus trazos con el mantra que sufre de un deshielo, desabrigado.
Siempre has sido un autor con muchas posibilidades, te lo dicen desde hace mucho tiempo, por ello carece de valor que yo haya sido uno de los que siempre han creído en ti.
El caso es que Luis Oroz no para de subir las prestaciones de su poeta. Como muestra, valga la obra que nos ocupa, un poema métrica y técnicamente impecable con ramalazos estilísticos sobresalientes.
Por un lado, el dominio de la métrica se hace palpable con esos constantes vaivenes rítmicos en un trabajo multimétrico trufado de sáficos imponentes. ¿Sabes? Algunos de los más grandes, Borges, por ejemplo, cuando lograban un sáfico que valiese la pena, se quedaban casi estupefactos. Es lógico, ya que aunar acentuación, ritmo y semántica, todo de calidad, no es cosa que salga todos los días. Probablemente, la cúspide de la poesía tiene que estar por ahí.
Iremos hablando del verso multimétrico, aún tengo muchas dudas sobre algunas cuestiones que me parecen relevantes. Con el tiempo he ido cambiando la opinión sobre el concepto primario de la combinatoria entre pausas versales. Estoy reflexionando mucho sobre ello, sin embargo, creo que la solución es más sencilla de lo que parece.
Bueno, la verdad es que tenerte tan cerca nos ayuda mucho a todos.
Dado que tú y un servidor somos como dos gotas de agua en lo que respecta a la concepción rítmico-estilística fundamental del poema, tan iguales que en muchas ocasiones me cuesta asimilarlo, para mí es muy importante tenerte cerca, me das seguridad y, desde luego, no ando sobrado de ella.
Por otra parte, tu técnica ha subido de una forma espectacular. Ay, si en gran Quevedo levantara la cabeza; no podría creerse lo de tu encabalgamiento léxico. Él, que creía que esa figura era deplorable, estoy seguro de que no tendría más remedio que aplaudirte:
“como una bestia enorme
mente triste”
He ahí, dos versos que contienen un encabalgamiento léxico, absolutamente permitido por su virtuosidad técnica, que aplaudiría el mismo Quevedo.
En fin, para mí es un privilegio contar con tantos compañeros del foro, autores que tienen posibilidades reales de ser leídos, con los que estamos desarrollando una forma de encarar el mundo del poema que, con tal alto grado de tesón, habilidad y solidaridad, no se había desarrollado hasta ahora, o un servidor no la conocía.
Ya ves, en mi artículo del encabalgamiento, que está en el foro Taller, hablo del encabalgamiento léxico y lo defiendo en algunos casos, precisamente en lo que sigue:
Hablemos del encabalgamiento léxico, del cual Quevedo decía más o menos que se trataba de una baratija poética. Se oponía con rudeza a ese tipo de encabalgamiento que consiste en partir una palabra al final del verso para continuar con la otra parte de la palabra en el siguiente verso.
Yo no me opongo. Y no me opongo al encabalgamiento léxico, siempre y cuando permita la pausa versal y además acabe, aunque sea figuradamente, el sentido del conjunto sintáctico de cada verso. Ese detalle, que parece insignificante -hablar de pausas, como una cuestión básica en la estructura de los versos, no parece tan importante-, es fundamental en todos los órdenes del poema, incluso en su estética semántica. Usualmente el encabalgamiento léxico se hace con una palabra compuesta, así que la primera parte de la palabra encabalgante, tiene que tener un sentido, por sí sola, con el resto del verso del cual forma parte, y pasará lo mismo que en la parte de la palabra encabalgada y con el verso que forma. Como es natural, hacer eso es bastante complicado pero es posible.
Por ejemplo:
Palabra, la hermosura fuerte
mente acechante de tu alma.
Bien, colega, queda demostrado que el encabalgamiento léxico es difícil de hacer pero no imposible, tus versos así lo corroboran.
Veremos, querido amigo Luis, si al final de este periplo hemos llegado a saber que no sabemos nada, jajaja. Sería gratificante porque algo inalcanzable, siempre puede suponer un reto, jajaja.
Ha sido un placer leerte. La realidad nos dice que has escrito un manual del poema multimétrico. Bellísimo y muy interesante trabajo este tu primer aporte para nuestro libro “Orígenes”. Enhorabuena.
Feliz Año.
Un fuerte abrazo.
¡Joder Rafa!
Sirva esta expresión para madurar el comentario, para recapacitar sobre él, y valorarlo como se merece.
Gracias por esa generosidad que siempre le regalas a mi Poesía, esa que hemos amasado, horneado y digerido para volver a amasar con más conciencia. La Poesía es un animal inmortal mortalmente herido, por eso insiste siempre. por eso ataca cuando menos lo esperamos.
No creo que merezca en absoluto esa confianza en tuya en mis palabras, es más, cuanto más cerca creo estar de lo que quiero ser como Poeta, más me alejo. Un paradoja triste-
mente cierta.
Si conseguimos que alguien se mire en el espejo del Poema, que allí se reconozca, que descubra aquello que pasó por alto de su psique, lo habremos conseguido todo. Probablemente no hay nada más allá de eso, de esa sencillez de ser en los demás.
Un abrazo, compañero, y mil gracias.