Aquel ayer inaudito

[Alejandro Costa López]

Aquel ayer inaudito, prendido a fuego de cabellos,
a la espuma acrílica de las noches sin camino,
a los románticos valles con vistas de árbol de navidad,
a la luz alborotada caminando de puntillas,
a las gotas de lluvia que nunca mojaban,
a aquella nieve que nunca cuajaba
y a ese ambiente sincero de paz y armonía
que se calentaba entre los brazos del amor.
Aquel ayer inaudito, donde, yo, eras tú,
tú…, aquel transeúnte despistado de mirada radiante,
ellos…, los peones de una afable partida de ajedrez,
con un único final en tablas,
y todos, un racimo de uva fresca en la orilla de un mar transparente.
Aquel ayer inaudito con cortinas de campanillas,
un plato de lentejas viudas,
un pedregal por jardín y un sendero por carretera,
un poquito de carbón y alguna astilla como mecha,
un colchón de lana, una fría mañana
y un bonito amanecer.
Aquel ayer inaudito,
éste hoy, desconcertante.

[Ignacio Fajardo]

Aquellos ayeres debieron ser inauditos por imaginarios. La memoria es ideal y guarda lo perfecto. Pero en cualquier caso siempre es preferible añorar épocas doradas para comprender el estupor de nuestro momento. Me quedo con tu ayer.

Un abrazo.

[María de la Cruz Díaz]

Solemos rememorar, solemos extrañar momentos y no ser totalmente justos con nuestro presente... Me deja meditando mi querido poeta.
Bendiciones en esta cercana Navidad que ya se anuncia.

Maricruz