NOCHE DE OTOÑO

[Juan Vicedo]

Te habías marchado ya.
La casa estaba fría y el gato, solo el gato,
me miraba fijamente. Lo demás
guardaba en su silencio el esplendor del gozo,
las luces de la tarde que vivimos.

Te habías marchado ya.
Habían encedido las luces
y los escaparates se mostraban impúdicos
llenos también de luz,
mientras la noche iban cayendo
sobre los hombros de las estatuas,
sobre la sombra ajada de la rosa.

Porque todo fue breve
y breve tu visita y más breve tu carne,
te habías marchado ya
y el gato se miraba tan contento.

[Lillian Hernández]

Disfruté conocer tus versos.

Saludos.

lh

[Juan Vicedo]

LILIAN HERNÁNDEZ: Gracias, amiga Lilian, por tus palabras. Espero que nos vayamos leyendo. Un saludo.