RELIGIÓN AZUL

[Jerónimo Muñoz]

Trasladaba mi cuerpo, paso a paso,
por el gris malecón de piedra antigua,
carcomida por lluvias pertinaces
y oleajes atroces. Era un atardecer.
Llovía débilmente como era habitual.
Allá en la lejanía, sólo bruma,
nubes bajas que anulan horizontes
haciendo parecer al cielo mar,
un mar constante, fresco y esponjoso...
Fue una revelación: todo de mar;
de mar el mar, de mar el cielo, todo,
la lluvia, el malecón, las barcas, las casillas,
el faro, las gaviotas, los sucios pabellones,
todo azul, sin perfiles, todo mar,
un mar omnipotente, inmaterial,
un infinito vientre del que nace la vida,
el principio esencial del universo,
mar sutil, aeriforme, respirable;
y, en medio de ese mar, mi cuerpo dócil,
tan tenue, tan etéreo, tan ligero,
que también con el mar se confundiera.
¡Sí! ¡Seguro! También mi cuerpo era de mar.
¿Cómo no lo pensé desde el principio?
Un pedazo de mar, con piel de mar
que no delimitaba mi contorno
sino que me fundía con el todo.
Era una religión, me daba cuenta:
un mar eterno, un mar omnipresente,
una moral difusa y sin aristas,
un credo simple y líquido, creíble.
Y el dogma principal estaba claro:
El mar nunca es el mar, sino la nada.

[Antonietta Valentina]

Regio poema, caray. Que envidia.....Un día traeré aquí alguno mío d emar, que me encanta escribirle...y siempre digo escribo al mar porque del mar vengo y al mar iré, porque el mar es Alfa y Omega.

Un abrazo marino

[José Manuel F. Febles]

A JERÓNIMO MUÑOZ



El cielo también es mar muy adentro en la soledad del mar. En la negrura de la noche sigue el mar. También en el corazón está el mar, porque somos, amigo mío, sal de mar y, esa es la común circunstancia de los que somos del mar. El mar, la mar, nos produce una sensación de aislamiento, al menos a mí que soy isla, que soy mar. Un grandísimo poema, mi querido amigo. Te felicito y te envío un gran abrazo.

José Manuel F. Febles

p.d.

Lo has logrado, me has hecho meditar un buen rato.

[Alonso de Molina]

imágenes espléndidas que muestran
una avenencia incondicional
con los fenómenos de la naturaleza

destaco estos versos por inspirados:

"Un pedazo de mar, con piel de mar
que no delimitaba mi contorno
sino que me fundía con el todo"

un placer la lectura querido amigo

.

[Ricardo Serna G]

Jrerónimo

Genial... Un poema supremo
como el azul que nos ilumina..

Un abrazo fuerte, Maestro

[federico ruibal]

Me encantó la "piel de mar"

Unha aperta.

F.-

[Rosario Alonso]

Que hermosa religión de mar!!! Amigo Jero, una maravilla. A mi me encantan los poemas marinos, y el tuyo precioso precioso.

Un besazo primorcillo.

[Viví Flores Massares]

Qué belleza... creo que de lo mejor que le he leído, Jerónimo, jamás dejo de inclinarme ante eso de potente y ten definible entre muchos que tiene su voz.

Mi admiración total, que lo sepa.

Un abrazo.

[Alejandra Goerne]

Sencillamente....PRECIOSO!! Nada más que agregar... que el mar lo sea TODO o NADA, pero que SEA.

[Jerónimo Muñoz]

Regio poema, caray. Que envidia.....Un día traeré aquí alguno mío d emar, que me encanta escribirle...y siempre digo escribo al mar porque del mar vengo y al mar iré, porque el mar es Alfa y Omega.

Un abrazo marino

Quizás sea el ω, como tú dices. Quizás... y ello me hace pensar. Pero el α seguro que fue. Del mar venimos todos, del mar viene la vida y por eso nos atrae a los que sentimos la llamada de su cántico preñado de promesas de inmortalidad.

Gracias, Antonieta. Fue un placer recibir tu amable visita.
Recibe otro abrazo, también rezumando azul de mar.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Precioso Jerónimo!!! este impresionista (nunca mejor dicho) e inmenso cuadro- poema, azul e integrador como el mar; porque eso, somos el 80% de nuestro cuerpo salada; osea mar.

Imágenes que como olas insisten y repiten creando un ambiente salado.... húmedo, en todo su estruendo poético.

Me moje hasta la coronilla en este empapado azul.

Salado abrazo

[Luis Oroz]

Preciosa divagación, querido amigo, donde el mar y el "yo" van haciéndose enormes hasta desaparecer de la memoria.
Tal vez sea esa, como tu apuntas, la mayor grandeza de la vida, ese formar parte de un todo incalculable sin apenas darnos cuenta.

Tú palabra sujeta una sabiduría que merece la pena tener cerca.
Un placer entrar en tu pensamiento y sentirme cómplice de él.

Mi sincero abrazo.

Luis Oroz.

[Jerónimo Muñoz]

A JERÓNIMO MUÑOZ

El cielo también es mar muy adentro en la soledad del mar. En la negrura de la noche sigue el mar. También en el corazón está el mar, porque somos, amigo mío, sal de mar y, esa es la común circunstancia de los que somos del mar. El mar, la mar, nos produce una sensación de aislamiento, al menos a mí que soy isla, que soy mar. Un grandísimo poema, mi querido amigo. Te felicito y te envío un gran abrazo.

José Manuel F. Febles

p.d.

Lo has logrado, me has hecho meditar un buen rato.

Tu comentario, José Manuel, es de verdadero lujo. Uno se siente recompensado al encontrar lectores tan atentos, comprensivos y coincidentes como tú. Para mí, que no soy isleño sino ribereño, el mar, más que una sensación de aislamiento, me produce una sensación de límite, de barrera que me impide el paso a todo aquello que quisiera comprender y que sé que nunca podré. Confundirme con el mar es para mí, saltar esa barrera y penetrar en el mundo del conocimiento supremo.
Te felicito por tu meditación y me felicito por haberla promovido. Seguro que tú meditas con más método e inteligencia que yo.

Un abrazo, querido amigo.

[julián borao]

Excelente, Jerónimo. Un discurso volcado en el mar, insistiendo en él, repitiendo su nombre a lo largo de los versos y, sin embargo, en ningún momento suena a insistencia (tan magistralmente está elaborado). Y el sentir inefable que expresas, esa lucidez repentina que tan brillantemente plasmas, ese salirse de sí mismo para hacer que la palabra vibre en el poema y en la emoción de quien lo lee. Poesía con mayúsculas. Mi admirado aplauso.
Un abrazo.
Julián Borao

[Pilar Iglesias de la Torr]

mi querido Jerónimo,

tiene este poema, como tantos otros tuyos, ese fondo sutancial de eterno interrogante, que hace posible el crecimiento comprensivo de las cosas y la maduración personal

aquí, en esa progresiva descripción simbiótica, en la que vas desapareciendo, integrado en el liquido reflejo de lo que somos, de lo que seremos..........llegas, en un acto de cosciente valentía, ante la propia realidad de ser

El mar nunca es el mar, sino la nada.


espléndida la pedagogía metafórica de tu soliloquio

un besazo desde esta meseta menos líquida................Pilar