Revisando la foto del divorcio
hoy suspiro al ver tu bella imagen
enfundada en vestido de satén
y blancos crisantemos en la mano.
Y yo tan elegante en terno oscuro,
casi negro para el difunto amor.
La sonrisa lacrimosa en nuestros rostros
ha quedado fijada eternamente.
Y recuerdo el beso que nos dimos
con frialdad en la puerta del juzgado,
te largaste en mi coche al viejo piso
y en la acera quedé como un idiota.















