carmen iglesia escribió:
Es la parte del tiempo que nos sobra,
andar calles torcidas
y sentarnos de espaldas a la luz.
Es la ciudad sin siestas,
la plaza que se adorna de palomas.
El milagro de un rostro que se arruga para tragarse el sol
-y masticar despacio su caída-.
Y es permanecer quietos,
sentados en el filo de una tarde sin demonios,
suponiendo, tan sólo, un leve ardor ,
un reguero de nombres,
un azul que se llene de candelas
y nos borre del gesto los pecados.
¿Qué te puedo decir a vos, Carmen querida? Sólo que es un disfrute leerte, que ya inicio la lectura pensando "ahora me voy a deleitar con una genialidad de Carmen".
¿El poema? Excelente, como todo lo que escribís.
Besos, y mi admiración.