NO CONOZCO A NADIE
Moderador: Hallie Hernández Alfaro
-
- Mensajes: 1054
- Registrado: Mar, 25 Nov 2008 7:12
NO CONOZCO A NADIE
Le dijo que escribiera su nombre y no levantara la vista. Alguien se acercó y le dio un beso. ¡Un beso! Nadie lo había besado desde que era un jovencito de cara, corazón y manos tristes. Cuando se miraba esas manos pensaba que nunca comprendería por qué en las palmas siempre encontraba colores sin nombre, armonías inauditas y un rastro de último vuelo del colibrí que todas las mañanas venía al jardín de su casa a eso de las once.
Recordó entonces a su madre. Era una mujer hermosa, con los ojos iluminados y el alma apagada. Tenía la costumbre de cantar cuando cocinaba y siempre miraba por la ventana y se fumaba un cigarrillo mientras afuera llovía. No la volvió a ver desde aquel día en que sin aviso alguno, se la llevaron dos pensamientos y un apuro impetuoso de dicha y libertad. Él no sabía entonces que soñar a veces cuesta frágiles dolores que al menor toque se derraman por el alma inquietando otros sueños menos vivos pero más asequibles.
“Te dije que no me miraras. Dame tu mano derecha”. Extendió la mano y el dolor fue tan agudo y exacto que el desmayo arribó como una bendición inesperada pero bienvenida. Le pusieron enfrente una libreta vieja y sucia.
–Lee y dime si reconoces algún apellido.
Cerró los ojos, las hojas aleteaban suave, despaciosamente, y de pronto sintió el ruido en las sienes y el golpe rotundo y seco en la cara.
-¡Abre los ojos!, cabrón. ¿Te estás haciendo el listo?
Abrió los ojos y miró. Ahí estaba el nombre de su única amiga, aquélla que un día ya en la secundaria, le quitara la virginidad a fuerza de caricias sin seudónimo, de roces y gemidos en voz alta que a él le parecieron provocadoramente sublimes.
También encontró al maestro Saavedra, adicto a Brahms, al ron y a la charla interminable pero amena sobre la poesía y sus virtudes terapéuticas si se administran al espíritu tres sonetos de Quevedo y “Alma desnuda” de Alfonsina Storni, antes de acostarse.
Macedonio y Mael, los gemelos con quienes compitió por la beca para terminar sus estudios de cello en Linz y luego en Viena. Pobres, nunca le perdonaron que sus dedos tocasen cuerdas y almas con la misma facilidad, elegancia y clemencia con las que mandó a la mierda todo y se volvió a su patria buscando adagios y allegrettos que nunca nadie conoció porque jamás una doble pausa le permitió sembrarlos en el pentagrama que dibujó sobre el océano Atlántico.
Otra bofetada. Esta vez dolió menos. Ya la esperaba (sabía que se estaba deteniendo demasiado en sus evocaciones), y entonces, sus ojos se paralizaron. Ahí estaba. A un lado del nombre decía: “Finalizada”.
Laila Baucells. Era ella. ¿Sería posible? ¿Ahí? ¿En ese lugar de espasmos entre la angustia lacerante y las condenas irremediables y grotescas?
Sintió el beso de nuevo. Le besó también la frente y las manos. Esas manos irisadas, rebosantes de música, de suspiros amparados entre fantasías y cálidos impromptus. Manos ahora bañadas de dolor, de real y ensangrentada deshonra y desesperanza.
Desdobló uno a uno los recuerdos y la ausencia. Sintió dócilmente la tan añorada ternura de una lágrima simple y fugaz sobre la esencia de esa memoria que había mantenido fría y apática lo mejor que le había sido posible. Fue un momento de lucidez, de fina y blanda dicha. Se comparó, indignado, con el dictador, con el pelele en cuyo raído ser ya nadie se atrevía a escupir con la consciencia autónoma y honesta.
Apretó la confianza a su pecho, acalló las antiguas voces que lo atormentaron mucho más que el verdugo impenetrable y eclipsado que con saña lo torturaba y, entonces, cedió. Cedió por fin al perdón, al indulto que significó más luz y felicidad que todos esos años de irritable y molesta indiferencia intentando olvidar el abandono indigno, inmerecido.
Miró impasible y de frente al hombre torvo que se disponía a cortarle el último dedo. Miró aquellas manos ásperas, rústicas, elementales y dijo, obscureciendo el grito horrendo, ya sin ese miedo abyecto corriendo con su sangre por el suelo:
-¡No! Ya le dije que no conozco a nadie.
- MarRevuelta
- Mensajes: 993
- Registrado: Mar, 30 Sep 2008 11:24
- Ubicación: CyL
- Contactar:
-
- Mensajes: 1054
- Registrado: Mar, 25 Nov 2008 7:12
- Marcos de la Mancebía
- Mensajes: 981
- Registrado: Sab, 02 May 2009 12:06
- Ubicación: Entre los vivos
-
- Mensajes: 1054
- Registrado: Mar, 25 Nov 2008 7:12
Marcos de la Mancebía escribió:Lo leía y pensaba en Víctor Jara.
Yo habría cantado, así fuere el cara al sol. Lo sé, soy un cobarde.
Un beso.
Marcos
No lo sabemos Marcos. En realidad el alma tiene rincones que no conocemos, algunos claros otros no tanto, pero sí puedo decir que aprendemos a reconocernos hasta que compartimos con otros vida; la vida que vierte su luz y sombra a diario, y donde la voluntad humana es capaz de brillar si la dejamos, si le permitimos alzar su voz esplendorosa.
Gracias por leerme. Abrazos para ti,
-
- Mensajes: 146
- Registrado: Mar, 10 Mar 2009 10:03
Re: NO CONOZCO A NADIE
Me ha gustado mucho la construcción de tu relato y la lectura me deja con el alma en vilo.
Felicidades, artista.
Con cariño.
Lidia
-
- Mensajes: 1054
- Registrado: Mar, 25 Nov 2008 7:12
Re: NO CONOZCO A NADIE
Lidia Romero escribió:Impactante relato Liz. Tiene muchísima fuerza de principio a fin y su lectura revuelve al recordar un pasado que resulta todavía cercano. Los recuerdos que le llegan a través de los nombres que lee nos ayuda a conocerlo a él, saber algo de su vida y nos deja con ganas de reconocerlo.
Me ha gustado mucho la construcción de tu relato y la lectura me deja con el alma en vilo.
Felicidades, artista.
Con cariño.
Lidia
Gracias por este espléndido comentario Lidia. Me honra y alegra saberte por acá.
Besos y mi cariño,
- José Manuel Sáiz
- Mensajes: 4502
- Registrado: Vie, 14 Dic 2007 16:31
- Ubicación: Abezia (Alava)
- Contactar:
re: NO CONOZCO A NADIE
Originalísimo y con un final impactante. Un verdadero placer el haberme adentrado en estos campos.
Un abrazo, amiga.
J. Manuel
-
- Mensajes: 68
- Registrado: Mié, 23 Ene 2008 7:22
- Ubicación: Almería España
- Contactar:
-
- Mensajes: 1054
- Registrado: Mar, 25 Nov 2008 7:12
Re: re: NO CONOZCO A NADIE
José Manuel Sáiz escribió:Vaya!, no entro mucho a este foro de relatos cortos y cada vez que lo hago me encuentro algún trabajo que me sorprende.
Originalísimo y con un final impactante. Un verdadero placer el haberme adentrado en estos campos.
Un abrazo, amiga.
J. Manuel
Mucho me alegra y mucho aprecio que hayas asistido a esta prosa, poeta.
Gracias por detenerte en mis letras. Bienvenido siempre.
Abrazos y un beso para ti,
-
- Mensajes: 1054
- Registrado: Mar, 25 Nov 2008 7:12
-
- Mensajes: 2416
- Registrado: Mié, 10 Dic 2008 19:40
- Ubicación: Buenos Aires - Argentina
-
- Mensajes: 1054
- Registrado: Mar, 25 Nov 2008 7:12
Aubriel Camila de la Prad escribió:Liz querida ... qué gusto raro queda en el alma al terminar de leer este cuento! Agri-dulce. Estoy hablando de las sensaciones que produce leerlo.
Es excelente, Liz, en todo sentido.
Besos, mi cariño y APLAUSOS.
Gracias Aubriel, es mi privilegio saber que asististe a este relato y mucho te agradezco esos aplausos con mayúscula que me llenan de alegría.
Recibe un gran abrazo y un besito,
-
- Mensajes: 19451
- Registrado: Mié, 16 Ene 2008 23:20
Un beso y un abrazo, compañera.
porque yo que nunca pisé otro camino que el de tu luz
no tengo más sendero que el que traza tu ojo dorado
sobre el confín oscuro de este mar sin orillas."
El faro, Ramón Carballal
- Liz Barrio.
- Mensajes: 2215
- Registrado: Jue, 11 Oct 2012 18:14
- Ubicación: México
- Contactar: