¿Es posible volver al hogar?

[Ramón Carballal]

No es un palacio ni un cromo ni un vendaval de zafiros.

Crece la infancia con un balón de mercurio,
crece con pasillos de hembras rosadas,
se extiende como el cansancio del leopardo
y la rugosa piel de la herida,
acampa en habitaciones sin luz
y dorados de terciopelo en la sangre vespertina.

Tengo memoria, tengo la araña que baja a su nido,
a reconocer su lecho, su arbitrario crisol, su herrumbre.

La casa, el hogar,
su silencio se eleva como una llanura de sutiles auroras
y retorna a las grecas de un suelo sin edad,
a los paisajes de qué dentaduras,
en medio de qué música,
tan lejos del grito de los caballos verdes.

Duermen los ecos en su narciso de hojalata;
encuentro gestos, preguntas, pómulos de nieve.

Y todo eso, amigo, no es más que el regreso.

La memoria infantil, el recuerdo de las cosas y los hechos que nos forjaron...me ha emocionado. Me quedo recordando ese suelo blanco con estrellas de seis puntas y todas las gamas de los grises hasta llegar al nego, contemplado hasta la saciedad mientras meréndabamos chocolate con pan candeal en los días de tormenta. Precioso!
Besos.

Si te ha emocionado el poema, es el mayor elogio que le podías hacer. Muchas gracias, Mar. Un abrazo.

[Ramón Carballal]

No es un palacio ni un cromo ni un vendaval de zafiros.

Crece la infancia con un balón de mercurio,
crece con pasillos de hembras rosadas,
se extiende como el cansancio del leopardo
y la rugosa piel de la herida,
acampa en habitaciones sin luz
y dorados de terciopelo en la sangre vespertina.

Tengo memoria, tengo la araña que baja a su nido,
a reconocer su lecho, su arbitrario crisol, su herrumbre.

La casa, el hogar,
su silencio se eleva como una llanura de sutiles auroras
y retorna a las grecas de un suelo sin edad,
a los paisajes de qué dentaduras,
en medio de qué música,
tan lejos del grito de los caballos verdes.

Duermen los ecos en su narciso de hojalata;
encuentro gestos, preguntas, pómulos de nieve.

Y todo eso, amigo, no es más que el regreso.

Gracias a tus versos he vuelto a sentir los rayos de sol, mañana de domingo otoñal, tamizados por los cristales de la casa que ya no habito y los años de una infancia que también perdí. Un abrazo.

Gracias a ti por acercarte a mi poema y comentarlo. Un abrazo.

[Ramón Carballal]

Estoy muy dolido, muy dolido, porque todos los días estudio tu obra, todos los días, y todos los días le digo a Walter lo grandioso que sos, todos los días, y no me dijiste ni gracias.

Vamos a ver, Jorge, yo no soy adivino, por tanto ignoro lo que en privado puedas decir de mi poesía. Si tus comentarios son elogiosos, naturalmente tienes mi agradecimiento, espero que se haya aclarado el tema. Un abrazo.

[Jorge Lemoine y Bosshardt]

No, más grande que vos no hay ninguno, serán iguales, pero más grandes no. No porque los estudio. Serán gustos. Para mí Oroz y vos son lo máximo de la poesía en castellano, como le digo todos los días a Walter. Cada línea, cada verso que escribís vos, cada combinación de palabras, es maestría absoluta, altísima perfección, pura grandeza, un talento sin igual, sin par, y originalísimo, una inspiración sobrenatural. Además poesía inteligentísima, toda belleza, toda belleza, toda grandeza, todo incomparable, la genialidad que tenés para escribir versos, no, eso no se encuentra, por lo menos yo que he buscado no lo he encontrado, se lo digo todos los días a Walter, si tiene idea, si tiene la mínima noción del poeta que tiene, o sea vos, o sea Carballal, ¿cómo no te da un premio superlativo?, yo le pregunto, lo cuestiono, lo critico, porque es tanta la grandeza que tenés vos, es tan superior tu poesía, tan superior, tan incomparable e inconfundible, que sos demasiado lujo para Walter, él tiene que ser justo, él tiene que darte un premio impresionante, poner las cosas en claro, no, momentito, Carballal son palabras muy mayores, muy mayores, bueno, eso es lo que Walter tiene que dejar bien en claro, y no lo hace y me enfurezco. Abrazos hermano, abrazo maestro de maestros, abrazos genio total, abrazos Ramón, admirado Ramón, sin igual Ramón, lo máximo, lo máximo, lo máximo de todo, Ramón Carballal, abrazos Ramón.