y decías amor, y lo cuajabas todo,
el almíbar al borde de sus pestañas y los dedos
y decías amor y la infancia, de repente a punto de hilo el labio
sobre su alma.
Le decías mi amor, y una cosa adelgaza mi garganta
y es ahogo, fin que se aborda y tiembla ... y temo,
- madre – ese baile suavecito que me espanta por no visto,
- madre – de los labios que besaron sin reproches
que engendraron siete vidas y mil noches con BlancaNieves.
Os decíais amor y él duerme – madre – mientras tus manos de azúcar
lloran tres de diciembres (él cumple noventa y dos años).
3/12/07
( ¿Qué decirte, corazón mío, ahora, 22 de Junio de 2010? Me cuentas que no quieres ir a la boda de Marisa, tu nieta y sobrina mía, porque él no está, me cuentas cómo eráis de novios, el inmenso amor vuestro, me cuentas ¡ cómo si yo no hubiera vivido todo, cómo si no lo supiera de memoria...y no lloras, se te cuajan los ojos, mamá... deberías llorar, no seas tan fuerte y ¿vamos a la boda el día 10? Tu hijo y mi hermano te esperan.)