
Vigilias amargas
donde Jesús trémolo
se fue tras sus llagas proféticas
y se olvido de mí.
A la libertad sintética
de esta nada: te reclamo,
sin tregua,
sin mortaja…
a tu vasallaje,
a tu caridad,
a la carcajada bestial
de esta realidad ojerosa
que no me invita a una plegaria
ni me anuncia una nueva mañana.
Te reclamó sí,
con el único pretexto de no poder
dejar de amarte, vida......