
Voy llegando
desde el principio de la sangre,
desde los abismos oscuros
de las palabras,
hasta ese horizonte que se ofrece nuevo.
Voy llegando,
de antiguas soledades y nuevos miedos,
desde el infinito profundo de la mentira
hasta este siempre hoy,
de palomas en vuelo.
Voy llegando…
y he de alcanzarte
en ese sueño azul de las mañanas,
en el perfume nuevo
de una manzana
en la brisa que canta
su romanza entre los árboles.
Voy llegando…
no te detengas a esperarme,
que la vida es una y apura,
no tiene tiempo y seguirá su ruta.
No te detengas,
he de alcanzarte…
“con una rosa en el pecho,
y otra en la espalda”