
La tierra se hace flor en primavera
y una fuente de luz viste silencios.
La piedra herida, que dormida está,
busca la huella que le hizo sonreír.
Pero nada es fácil en este tiempo,
aunque el viento lleve aromas de mujer:
El dulce verso sigue enmudecido
afilando la memoria del canto abandonado
como alondra en las raíces de un gorjeo.
Hojas secas, esmeraldas ayer,
peces de cristal en ríos de ensueño,
flor de jara, blanca flor de la dehesa:
Revivid la naturaleza muerta
que opaca la claridad de mi estrella.
*Andros