
Si no mitigo mi sed sobre tu boca
soy aljibe arenado de nostalgia y estoy solo.
De ti,
vela al viento sobre pétalos de agua
brota el rumor imponderable de la dicha,
todo un blanco luminar de estelas
más hermoso que la aurora boreal que pasea por mis sueños.
Si te llegas,
todo es luz robada al alba
que se extiende hasta el límite del gozo,
y tu mirada limpia, de micas incendiada,
se desborda miniada de ilusiones
afilando las estrellas de los ojos
como un cálido brazo de mar sin oleaje.
Así te veo, así te siento,
lengua de cristal, serena y sin zozobras,
buscando con deleite la impaciencia de mis labios
con un lenguaje a punto de nieve
que se eleva primoroso hasta las sienes
para escandir con diligencia el verso adormecido.
*Andros