PONGAMOS QUE NO HAY RUIDO

[julián borao]

Y yo estoy en la casa,
en la trémula estancia,
aquí,
en la permanencia de la sombra
que se escucha a sí misma
cuando todo se calla.
La ciudad se detiene
mientras la última lluvia
se reposa
y el desliz de la noche la ambiciona.
Un lugar sobre aquello
que devuelve a la imagen su secreto.

Y yo estoy en la entrega
de la voz que se ausenta de las cosas,
fugaz y estremecido
donde se abraza el pulso
del tacto y de la grieta,
del dolor y el aliento que acontece al olvido.
Un temblor, una pausa,
una medida amarga que vigila
de su tesón la causa
como si fuera el rito
de mitigar los duelos
que un fantasma invisible prodigara.

Pero hagamos un alto,
pongamos que no hay ruido
ni más gestos que hieran,
tan sólo aquél que incumbe a la armonía
cuando prima el susurro
de estas horas.
Porque nada es forzado
pues nada es permanente,
no me fuerza a quedarme nada aquí,
estos instantes tientan,
me inclinan a su paz
mas no me obligan.

Y hagamos que se sienta la indolencia
de un estar pasajero,
la lentitud benéfica
que en su velar se sueña
sin premura,
la quietud, la penumbra,
el anhelo de ser en lo intangible
mientras todo es pasar,
deslizarse en el roce
de lo que no sucede,
mudarse en lo invisible de la estancia
que existe en un espacio mudo y subjetivo,
dejarse respirar
en el vacío libre de estos muros;
incluso adivinar tras los cristales
la lentitud del aire y sus paisajes,
la mudanza del tiempo
que se duerme a este lado
y se abandona
como si nada fuera a continuar después.


J. Borao

[Pilar Morte]

Me encantó tu poema buscando el silencio, el lugar donde se encuentra uno así mismo.
Un place leerte
Un abrazo
Pilar

[Óscar Bartolomé Poy]

julián borao,

"dejarse respirar
en el vacío libre de estos muros;
incluso adivinar tras los cristales
la lentitud del aire y sus paisajes,
la mudanza del tiempo
que se duerme a este lado
y se abandona
como si nada fuera a continuar después."

Cuando lees este poema, y más en concreto, estos últimos versos, parece que el reloj se para y el tiempo se suspende. Transmite una placentera sensación de calma y sosiego, creando una suerte de refugio espiritual.

Saludos, Julián.

[Ricardo Serna G]

julián borao,

La búsqueda preente
el silencio interior
la ausencia de exterior
la sensación del palpitar
que hace mover los versos
al frente: la belleza


Maravillosa poesía, amigo mío

un abrazo fuerte

[Marian Ramentol Serratosa]

Coincido completamente con Oscar, el poema consigue retenernos en un mar de aceite, calmo y sereno.

Un abrazo
MArian

[julián borao]

Me encantó tu poema buscando el silencio, el lugar donde se encuentra uno así mismo.
Un place leerte
Un abrazo
Pilar

Gracias, Pilar, ese silencio a veces llega sin buscarlo y, como bien dices, uno se encuentra consigo mismo.
Un abrazo.
Julián

[julián borao]

julián borao,

"dejarse respirar
en el vacío libre de estos muros;
incluso adivinar tras los cristales
la lentitud del aire y sus paisajes,
la mudanza del tiempo
que se duerme a este lado
y se abandona
como si nada fuera a continuar después."

Cuando lees este poema, y más en concreto, estos últimos versos, parece que el reloj se para y el tiempo se suspende. Transmite una placentera sensación de calma y sosiego, creando una suerte de refugio espiritual.

Saludos, Julián.

Me alegra el saber que he conseguido transmitir esa misma sensación de calma que sentí al escribirlo, Óscar, no estaba seguro de haberlo logrado. Gracias por tu comentario, compañero.
Un afectuoso saludo.
Julián

[Aubriel Camila de la Prad]

Y yo estoy en la casa,
en la trémula estancia,
aquí,
en la permanencia de la sombra
que se escucha a sí misma
cuando todo se calla.
La ciudad se detiene
mientras la última lluvia
se reposa
y el desliz de la noche la ambiciona.
Un lugar sobre aquello
que devuelve a la imagen su secreto.

Y yo estoy en la entrega
de la voz que se ausenta de las cosas,
fugaz y estremecido
donde se abraza el pulso
del tacto y de la grieta,
del dolor y el aliento que acontece al olvido.
Un temblor, una pausa,
una medida amarga que vigila
de su tesón la causa
como si fuera el rito
de mitigar los duelos
que un fantasma invisible prodigara.

Pero hagamos un alto,
pongamos que no hay ruido
ni más gestos que hieran,
tan sólo aquél que incumbe a la armonía
cuando prima el susurro
de estas horas.
Porque nada es forzado
pues nada es permanente,
no me fuerza a quedarme nada aquí,
estos instantes tientan,
me inclinan a su paz
mas no me obligan.

Y hagamos que se sienta la indolencia
de un estar pasajero,
la lentitud benéfica
que en su velar se sueña
sin premura,
la quietud, la penumbra,
el anhelo de ser en lo intangible
mientras todo es pasar,
deslizarse en el roce
de lo que no sucede,
mudarse en lo invisible de la estancia
que existe en un espacio mudo y subjetivo,
dejarse respirar
en el vacío libre de estos muros;
incluso adivinar tras los cristales
la lentitud del aire y sus paisajes,
la mudanza del tiempo
que se duerme a este lado
y se abandona
como si nada fuera a continuar después.


J. Borao

"Pero hagamos un alto,
pongamos que no hay ruido
ni más gestos que hieran,
tan sólo aquél que incumbe a la armonía
cuando prima el susurro
de estas horas."

¡Qué poema, Julián! No tiene desperdicio. El final está logradísimo.

Besos. Y aplausos.

[julián borao]

julián borao,

La búsqueda presente
el silencio interior
la ausencia de exterior
la sensación del palpitar
que hace mover los versos
al frente: la belleza


Maravillosa poesía, amigo mío

un abrazo fuerte

Me ha gustado la interpretación que condensan tus versos, Ricardo. Gracias, amigo.
Un fuerte abrazo.
Julián

[Óscar Distéfano]

Excelente captación poética de ese estado de ánimo en que cada instante es una eternidad; y las cosas, cada objeto, y hasta uno mismo, se desnudan en su esencia más indivisible. Como siempre, con el dominio de la métrica imparisílaba, logras consumar un poema de gran altura, estimado Julián. Mis aplausos.

Un abrazo.
Óscar

[José Manuel F. Febles]

Coincido con la mayoría de los compañeros. Independientemente de su magisterio poético, nada extraño, los versos finales ofrecen, o trasmiten, un paz inmensa. Te felicito, querido amigo Julián.

Un abrazo.

José Manuel F. Febles

[Mario Martínez]

Hola Julián
Hermoso, muy hermoso, un lugar sin ruído, un lugar para buscarse a si mismo ¿Dónde está, amigo mío? seguro que lo sabes.
Un abrazo.
Mario.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Excelente entrega amigo Julio. El poeta toma, de manera exhaustiva, conciencia del espacio que habita, se siente el pálpito del tiempo con todos sus objetos minuciosamente habitar cada uno de estos versos.

Un placer de lectura.

Un abrazo.

[julián borao]

Coincido completamente con Oscar, el poema consigue retenernos en un mar de aceite, calmo y sereno.

Un abrazo
MArian

Me alegra que lo pienses, Marian, la serenidad creo que es algo imprescindible. Gracias por tu comentario.
Un abrazo.
Julián

[emerio henriquez]

hola Julián. Muy buen poema,perfecto en forma y ritmo, para irnos sumergiendo con tus hermosos versos ,en esa estancia de paz que tanto se anhela.Lo malo es que a veces ni siquiera esto basta para silenciar el ruido que sigue en nuestras mentes.
Un placer de lectura amigo,un fuerte abrazo.