En el lugar donde tus besos se adueñan del silencio

[Alejandro Costa López]

No debiera ser preciso durante un día agrisado
darte un abrazo sin humedecer antes los labios,
ni cruzar esas palabras a ritmo de sosiego
mientras se nos absorben los cansancios por el aliento.
Aquí, en cualquier lugar, debería de sobrarnos ardor
y expulsar por los poros de la piel todo el amor acumulado.
Darte un abrazo, darnos un abrazo,
sería como aliviar el estado de ansiedad,
comulgar en la diócesis de dos almas en éxtasis,
sería respirar el polen de la vida
a la vez que nos embadurnaríamos
de los aires ayer esparcidos por la angustia.
Abrazarnos nos erizaría de nuevo la piel,
Nos invitaría a huir del océano que nos ahoga,
nadaríamos por el jugo sellado del placer de un orgasmo,
y sentiríamos el celo que nuestras manos desprenderían.

En el lugar donde tus besos se adueñan del silencio
aún escribo sonetos recostados sobre tu hombro y mi pensamiento.
Escribo cartas, sin remitente, para que no rechaces su vuelo,
resisto enclavado en tu recuerdo,
abrazado al arte de sentirte, aún cuando no te siento.

Abrazarte, es vivir y sentir que la vida te tiende la mano.
Abrazarte, es calor y alegría,
…tu ausencia…,
… dolor y melancolía.

[julián borao]

Aunque la ausencia sea dolor y melancolía el poema destila pasión y entrega. Magníficos versos, Alejandro.
Un abrazo.
Julián Borao

[Alejandro Costa López]

Gracias Julián.
Un abrazo.

[Administración Alaire]

Sube de la Sala de Espera.